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Un cambio silencioso está transformando las organizaciones. Cada vez más empleados compaginan su jornada laboral con el cuidado de personas mayores o dependientes. Lo que antes se consideraba una cuestión doméstica empieza a revelarse como una realidad estructural con impacto directo en la productividad, el clima laboral y la retención del talento.
El cuidado, una realidad global y creciente
En Estados Unidos, según Harvard Business Review, el 14 % de los trabajadores —unos 23 millones— cuidan actualmente a un adulto mayor. Esta cifra ya supera a quienes cuidan de niños pequeños y sigue aumentando. Para 2050, se estima que 1 de cada 4 estadounidenses tendrá más de 65 años.
España sigue una trayectoria similar. El IMSERSO calcula que más de 8 millones de personas ejercen cuidados no profesionales, muchas de ellas mientras siguen activas laboralmente. No hablamos, por tanto, de un tema marginal, sino de un fenómeno que afecta a millones de hogares y empresas.
¿Qué coste tiene ignorarlo?
El impacto del cuidado informal en el entorno laboral es significativo. En EE. UU., el 50 % de los empleados cuidadores ajustan su jornada: algunos reducen horas, otros renuncian a promociones o abandonan temporalmente el trabajo. Esto representa un coste anual estimado de 264.000 millones de dólares, por pérdida de productividad, aumento del absentismo y deterioro de la salud mental.
Aunque España aún no dispone de cifras similares, las condiciones sociales —envejecimiento acelerado y fuerte peso del cuidado familiar— nos sitúan ante una tendencia comparable que urge atender.
Empresas que cuidan: modelos que inspiran
Como en su momento ocurrió con la conciliación familiar o la igualdad de género, hoy empieza a consolidarse una nueva necesidad: integrar el cuidado como parte de las políticas de bienestar y retención del talento.
Algunos referentes internacionales lo están haciendo ya:
- Bank of America ofrece 50 días de cuidados de respaldo, apoyo psicológico, asistencia legal y un foro interno de cuidadores.
- AbbVie incluye permisos remunerados, apoyo legal, grupos internos de apoyo y acceso a profesionales sanitarios para toda la familia.
- Microsoft contempla desde 2006 permisos familiares, orientación médica y apoyo a trabajadores con familiares con Alzheimer.
Estos ejemplos demuestran que el cuidado no es una carga, sino una oportunidad para construir entornos laborales más humanos, sostenibles y comprometidos con la diversidad generacional.
SUPERCUIDADORES: un recurso estratégico en España
En este contexto, SUPERCUIDADORES ha desarrollado un modelo integral de apoyo a empresas que buscan impulsar políticas reales de acompañamiento a sus empleados cuidadores.
Entre sus líneas de actuación destacan:
- Formación online acreditada y flexible: en curso de atención sociosanitaria a personas dependientes, salud mental, Alzheimer, primeros auxilios, nutrición y más. Todos son bonificables para empresas.
- Asesoramiento para la acreditación de competencias: para que trabajadores sin titulación oficial puedan obtener un certificado profesional basado en su experiencia.
- Talleres y sensibilización: sesiones sobre conciliación, autocuidado, liderazgo consciente y cultura del cuidado.
- Apoyo emocional: con psicólogos y coaches especializados en estrés, duelo y gestión del cuidado.
- Asesoramiento familiar personalizado: planes de cuidados, dependencia y orientación en recursos públicos o privados.
- Diseño de planes corporativos: acompañamiento para integrar políticas de apoyo al cuidador en la cultura empresarial, alineadas con los ODS y criterios ESG.
El cuidado como ventaja competitiva
En España, donde la esperanza de vida supera los 83 años y muchos viven más de una década en situación de dependencia, cuidar se convierte en una tarea cada vez más prolongada y exigente.
¿Puede una empresa permitirse ignorar esta realidad entre sus trabajadores? Apostar por el cuidado es invertir en salud organizacional, productividad sostenible y reputación corporativa.
Liderar el cambio: una oportunidad para actuar
Frente a este escenario, las empresas españolas tienen la oportunidad de anticiparse y liderar. No se trata solo de mejorar el clima laboral: se trata de adaptarse a una sociedad que envejece y demanda nuevas formas de equilibrio entre vida profesional y vida personal.
Formar, reconocer y acompañar a quienes cuidan no es un coste. Es una inversión en el presente y futuro de la organización.
¿Tu empresa ya tiene una estrategia para apoyar a sus trabajadores que cuidan? Tal vez hoy sea el momento de empezar a construirla.