En 2023, las búsquedas en Google de términos como “estrés” o “ansiedad” marcaron su récord histórico en España. Parece solo un dato, pero también es un síntoma que nos alerta de un problema mayor. La preocupación por la salud mental nos obliga a recapacitar sobre nuestro modelo de vida, que se acerca peligrosamente al descrito por Byung-Chul Han: él habla de una comunidad en la que la autoexplotación, el autocastigo y la propia presión interna son la regla. El agotamiento, el resultado inevitable.
En ocasiones, este sufrimiento pasa desapercibido, ya que rara vez se expresa en voz alta, pero se puede filtrar en cualquiera de nuestros entornos. Las empresas no somos una excepción. Por eso, el malestar emocional no puede seguir siendo un tabú y, por tanto, no podemos seguir entendiendo la salud mental como un beneficio accesorio o un gesto de buena voluntad: es una responsabilidad colectiva y estructural, que interpela a toda la sociedad y muy especialmente al tejido empresarial, porque es en los entornos de trabajo donde pasamos, de media, un tercio de nuestras vidas.
Siendo conscientes de esto, ¿qué podemos hacer desde las empresas? ¿Cómo se traduce esa comprensión en sistemas que alivien, que reparen? Desde esa reflexión es desde donde hemos querido construir en Ecoembes. A lo largo de más de 25 años de recorrido, hemos aprendido —no sin ensayo y revisión constante— que cuidar no es solo responder cuando algo estalla, sino prevenir, estar cerca. Esa mentalidad nos llevó a crear BEWELL, un programa que promueve el bienestar desde un enfoque integral. ¿Qué quiere decir esto? Que nos preocupamos por nuestra salud desde todos sus ámbitos, con especial atención a la salud mental y emocional, a la luz de los últimos datos. Nos concierne, además de como personas, como empresa formada por personas, a quienes consideramos el motor de nuestra actividad.
Por eso, en el marco del programa, organizamos webinars periódicos con especialistas en salud mental, talleres sobre gestión emocional, contenidos sobre autocuidado y retos colectivos para integrar hábitos saludables. A esto se suman las encuestas psicosociales que realizamos de forma periódica, y que nos permiten detectar señales antes de que se transformen en malestar sostenido. Porque muchas veces lo que le pasa a alguien no se dice en voz alta, pero se nota si uno sabe mirar. Y también porque cuidar es, en buena parte, anticiparse.
Otra pieza importante es nuestro protocolo de desconexión digital, no como una declaración, sino como una práctica viva que protege el descanso, los vínculos personales y la intimidad. Lo acompañamos con medidas de flexibilidad reales dentro de un paquete de 80 medidas de conciliación que se sustentan en el modelo EFR, Empresa Flexible y Responsable, desde horarios adaptables hasta beneficios ajustados a las distintas etapas vitales de cada persona. Porque no todos estamos atravesando lo mismo, ni necesitamos lo mismo al mismo tiempo.
Pero nada de esto sería posible si quienes lideran no lo encarnan también desde esa conciencia. Cuidar es crear un entorno donde cada persona puede expresarse y ser quien quiere ser, donde nadie tenga que fingir que puede con todo, donde cada miembro del equipo sepa que su bienestar no es un obstáculo para su desarrollo, sino la base para que ese desarrollo sea posible. Es nuestra responsabilidad como organización velar porque nuestras expectativas, políticas y maneras de liderar nunca deterioren el bienestar mental de nuestros equipos.
Que los motores de búsqueda reciban consultas diarias sobre “estrés” y “ansiedad”, si bien nos preocupa, nos indica que seguimos la vía correcta: colocándolo en el centro del discurso público, nos apela a todas las empresas a dar respuesta a esta preocupación. Desde nuestra posición podemos tener un impacto importantísimo en esa realidad que, como comentábamos, supone un tercio de nuestro tiempo vital. Cuánto antes podamos actuar frente a la aparición del malestar mental en el lugar del trabajo, mejor nos consolidaremos como organización que nunca ha dejado de poner a las personas en el corazón de su actividad.
Como sociedad, llevamos años aprendiendo que la salud va más allá del plano físico. Como empresas, nos oponemos a que esta sea nuestra asignatura pendiente.