En un mundo que a menudo nos empuja hacia el individualismo, es fácil caer en la trampa de pensar que solo nuestro entorno más cercano merece atención. Sin embargo, cada vez somos más quienes cuestionamos esa idea, convencid@s de que nuestro «mundo» no termina donde acaba nuestra rutina diaria.
¿Y si nuestro verdadero mundo fuera el que construimos entre tod@s?
Cada gesto cobra sentido cuando nace de una atención consciente, una intención clara y la imaginación de lo que aún no existe.
Cuando comprendemos que nuestro impacto trasciende lo inmediato y que nuestra pieza del puzle encaja solo cuando también lo hace la de quienes nos rodean, empieza la verdadera transformación.
El pasado mes de abril tuve la oportunidad de co-organizar la IV edición del festival solidario Nosolocoaching 2025, creado por el Instituto Ben Pensante a beneficio de la Fundación Vicente Ferrer. Una experiencia que me marcó profundamente, no solo por su propósito, sino por todo lo que movilizó. El festival fue la excusa, el encuentro, el verdadero tesoro.
Fue un movimiento que generó comunidad, impulsó conciencia y activó la responsabilidad social desde un lugar genuino.
Desde asociaciones empresariales, deportivas y educativas, hasta organizaciones públicas y privadas, empresas, autónom@s, artistas y más de treinta voluntari@s, hemos alzado la voz con un objetivo común: garantizar a más de 50 niñ@s un año de escolarización, con todo lo que eso implica: libros, uniformes, comida y material escolar.
Visibilizar va mucho más allá de contar algo
Dar visibilidad no es solo mostrar. Es actuar desde lo que uno sabe que puede aportar. Es implicarse desde el lugar que cada uno ocupa, con los recursos disponibles, y con la certeza de que el primer paso para construir un mundo mejor es alinear lo que hacemos con los valores que queremos ver reflejados en él.
Proteger la infancia es proteger el futuro
Es prioritario defender y devolver a todos los niños aquello que nunca debió serles arrebatado: sus derechos. Derechos que, en demasiados casos, se han convertido en el privilegio de unos pocos.
Como dijo Agatha Christie: “Una de las cosas más afortunadas que te pueden suceder en la vida es tener una infancia feliz.” La buena noticia es que cuando hay coherencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos, aparece un regalo silencioso pero inmenso: la certeza de estar en el camino correcto.
Junt@s podemos alcanzarlo.