En un mundo cada vez más interconectado y exigente, marcado por desafíos ambientales, sociales y económicos, las organizaciones enfrentan la necesidad de evolucionar hacia modelos de gestión más éticos, resilientes y sostenibles. En FedEx, entendemos que nuestro papel como operador logístico global va mucho más allá del transporte de paquetes: somos facilitadores del comercio, impulsores de la innovación y actores clave en la transición hacia una economía más responsable.
La calidad y la sostenibilidad ya no son conceptos aislados, sino elementos interdependientes. La calidad en el servicio ha sido siempre uno de los pilares de nuestra identidad. Desde nuestros inicios, hemos apostado por la excelencia operativa, la puntualidad y la fiabilidad como elementos diferenciadores. Pero hoy, la calidad no se mide solo en tiempos de entrega o precisión logística. Se mide también en la capacidad de adaptarse a las necesidades cambiantes de nuestros clientes, en la transparencia de nuestros procesos y en el compromiso con el bienestar de las comunidades donde operamos.
Implica diseñar procesos robustos, seguros y eficientes que generen confianza. En FedEx, aplicamos estándares globales de calidad para:
- Garantizar la trazabilidad y seguridad en toda la cadena de suministro.
- Optimizar rutas y operaciones mediante tecnologías inteligentes.
- Escuchar activamente a nuestros clientes para mejorar continuamente.
Pero también entendemos que la calidad debe estar alineada con los valores de nuestros grupos de interés. Por eso, la integramos con criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG), promoviendo una cultura de mejora continua con impacto positivo.
En este sentido, la sostenibilidad se ha convertido en un componente esencial de la calidad. No podemos hablar de excelencia si no integramos criterios medioambientales y sociales en cada decisión que tomamos. Por eso, en FedEx hemos asumido el reto de alcanzar la neutralidad de carbono en nuestras operaciones globales para 2040. Este objetivo ambicioso se sustenta en tres pilares: electrificación de nuestra flota de reparto, inversiones en energías renovables y soluciones de eficiencia energética en nuestras instalaciones.
En España, ya estamos dando pasos concretos en esta dirección. Hemos incorporado vehículos eléctricos en nuestras rutas urbanas, optimizado nuestras rutas para reducir emisiones y apostado por centros logísticos más sostenibles. Además, trabajamos estrechamente con nuestros clientes para ofrecer opciones de envío más responsables, como soluciones de embalaje reutilizable y compensación de emisiones.
Más allá de la eficiencia operativa, la sostenibilidad es una palanca para la innovación con impacto social. En este sentido, es fundamental que la actividad logística contribuya al desarrollo de las comunidades donde operamos. Por ello, fomentamos una formación continua para nuestro equipo, promovemos prácticas de seguridad laboral de primer nivel y establecemos programas de vinculación con comunidades locales para comprender mejor sus necesidades y colaborar de forma responsable.
Creemos que una empresa sostenible es aquella que genera valor compartido, que crece junto a su entorno y que contribuye activamente al progreso de la sociedad.
La calidad y la sostenibilidad no son caminos paralelos, sino convergentes. Una logística de calidad es aquella que minimiza su impacto, que innova para ser más eficiente y que se compromete con el futuro del planeta.
Desde nuestra posición en España, reafirmamos nuestro compromiso con esta visión. Seguiremos trabajando para ofrecer un servicio excelente, innovador y responsable. Porque creemos que la calidad y la sostenibilidad no son solo parte de nuestra estrategia, también son parte de nuestra responsabilidad.
Caso práctico: FedEx Gull Wing – Innovación sostenible impulsada por la calidad
En FedEx Express, un equipo multidisciplinar enfrentó el reto de mejorar la eficiencia del transporte aéreo de mercancías. Gracias a nuestro sistema de gestión de calidad propio, Quality Driven Management (QDM), se logró desarrollar una solución innovadora: el Gull Wing, un pallet con “alas” que permite aprovechar mejor el espacio en el compartimento inferior de los aviones.
El proyecto se basó en los Principios QDM, especialmente en la colaboración transversal, el enfoque científico para identificar causas raíz, y la optimización del rendimiento empresarial, reduciendo desperdicios de espacio y recursos.
El resultado fue una mejora del 17% en la capacidad de carga aérea sin aumentar costes ni comprometer la eficiencia operativa, con un impacto estimado de 200 millones de dólares anuales. Además, el Gull Wing ha sido patentado, abriendo oportunidades de comercialización con otras aerolíneas.
Este caso demuestra cómo una cultura de calidad puede catalizar la innovación sostenible, generar valor compartido y transformar procesos logísticos desde la base operativa.

