La Sostenibilidad es, hoy más que nunca, un idioma común. Un lenguaje compartido que trasciende fronteras, culturas y acentos, y que une a personas, organizaciones y territorios bajo una misma convicción: construir un mundo más justo, solidario y responsable.
Este 2025, Corresponsables cumple 20 años de trayectoria desde su constitución en 2005, y la Fundación Corresponsables, 15. Dos décadas que se dicen pronto, pero que han sido un viaje apasionante, lleno de aprendizajes, retos, sueños y cambios. En este camino hemos comprobado que, aunque falte mucho por hacer, el progreso es evidente. Lo demuestran las más de 200 entrevistas publicadas con motivo del aniversario, el Anuario Corresponsables y, por supuesto, los Premios Corresponsables.
En tiempos en los que la Sostenibilidad, la diversidad, la solidaridad o la responsabilidad se ven cuestionadas por discursos de negación o polarización, hay una certeza que permanece: cada vez que la sociedad retrocede un paso, miles de personas y organizaciones empujan para avanzar dos. Ellas son la prueba de que el cambio sigue vivo.
Durante las últimas semanas he tenido la oportunidad de recorrer distintas ciudades —Barcelona, Segovia, Valencia y Madrid— y encontrarme con organizaciones de todo tipo: grandes empresas, pymes familiares, administraciones, fundaciones o asociaciones de barrio. Todas compartían tres valores esenciales: entusiasmo, convicción y propósito.
Recuerdo una conversación con el equipo de Cruz Roja en Segovia, que me decía con humildad: “somos pocos, pero lo hacemos con corazón”. Esa frase resume lo que realmente significa la Sostenibilidad: no se mide solo en presupuestos, sino en valores. Lo mismo ocurre con los jóvenes en Valencia, que emprenden proyectos sociales transformadores, o con los grandes grupos de comunicación en Madrid, que empiezan a situar la Sostenibilidad en el centro de su agenda.
La Sostenibilidad no vive en una torre corporativa. Vive en la mirada de las personas que no se rinden.
Los XVI Premios Corresponsables, que celebran este año su 16ª edición, nacieron precisamente para reconocer ese esfuerzo, especialmente el de las pequeñas organizaciones. Este reconocimiento no se limita a lo logrado hoy, sino que también valora algo aún más importante: lo que esas organizaciones siguen soñando hacer mañana.
El jurado internacional, compuesto por más de un centenar de académicos y referentes, realiza cada año un trabajo riguroso y honesto. Y el comité técnico, formado por más de treinta consultores, lleva a cabo una primera evaluación exhaustiva de las cerca de 900 candidaturas recibidas, garantizando la transparencia y la excelencia del proceso. Ser finalista, por tanto, tiene un mérito extraordinario.
Pero más allá de los reconocimientos, hay una idea clave: hacer bien las cosas es imprescindible, pero contarlas bien lo es aún más. Comunicar la Sostenibilidad multiplica el impacto, inspira a otras organizaciones, genera confianza, crea cultura y acelera el cambio colectivo. Por eso, desde Corresponsables llevamos dos décadas defendiendo una máxima: si no se comunica, no existe.
En este tiempo hemos visto modas, crisis, cambios regulatorios y revoluciones tecnológicas, pero hay algo que no ha cambiado: las ganas de hacerlo bien y de mejorar cada día. La Sostenibilidad va más allá de los indicadores; se trata de personas que deciden ponerse de pie cuando otros prefieren sentarse.
Celebramos, por tanto, el impacto humano: el compromiso ambiental que salva recursos, el compromiso social que abraza a quien lo necesita y el compromiso ético que marca límites y principios.
Como novedad, los Premios incorporan este año una plataforma digital renovada que permitirá gestionar todo el proceso de manera más ágil, integral y transparente. Y, fieles a su espíritu, los galardones siguen siendo ecológicos y solidarios: elaborados en madera de bambú, la más sostenible y resistente, y con parte de su coste destinado al Área de Arritmias Pediátricas y Muerte Súbita Cardíaca del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.
Los XVI Premios Corresponsables no son una carrera por un trofeo; son una maratón por la excelencia, por la mejora continua y por el compromiso colectivo.
Permítanme cerrar con tres mensajes.
Primero: no cedamos ante la narrativa del miedo. Seamos faros, incluso cuando sople el viento en contra.
Segundo: sigamos comunicando, porque lo que no se cuenta no inspira.
Y tercero: no perdamos nunca el sentido del “para qué”. Este no es un trabajo de moda, sino de legado.
La Sostenibilidad representa otra forma de hacer las cosas: más humana, más justa, más inteligente.
Gracias por creer, por persistir y por inspirar.
Mientras sigan empujando, nosotros seguiremos acompañando.
Sigamos unidos. Sigamos colaborando. Sigamos siendo… corresponsables.
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