Vicente López, Director de Sostenibilidad y Comunicación en ENUSA, comparte con Corresponsables cómo la compañía está integrando la sostenibilidad como eje estratégico de su gestión y comunicación. Con la aprobación de la Política de Sostenibilidad y el Plan Director 2024-2026, ENUSA refuerza su desempeño ESG con avances en descarbonización, economía circular, acción social y gobernanza responsable.
¿Cómo está integrando ENUSA la sostenibilidad en su estrategia de comunicación para amplificar su impacto positivo?
Creo que, de inicio, ya es una buena señal que hayamos integrado sostenibilidad y comunicación en una misma Dirección. En julio, hubo cambios organizativos en ENUSA y asumí esta responsabilidad con el objetivo de impulsar las políticas corporativas ESG desde la estrategia.
Para nosotros, la sostenibilidad es el hilo conductor de todo lo que hacemos, incluida la comunicación. Y lo vivimos con la convicción de que comunicar sostenibilidad es contribuir a generar una cultura compartida, dentro y fuera de la empresa.
En este camino me sirve de guía el principio que Javier López-Galiacho destacaba en una entrevista con este mismo medio. He tenido el privilegio de disfrutarle y aprender de él como profesor y de comprender, como dice, que “la sostenibilidad es la conciencia de la empresa para emplazarse en la sociedad”.
Por eso, nos esforzamos en trasladar con rigor y cercanía los avances que se producen en cada uno de los cinco pilares estratégicos del Plan de Sostenibilidad de ENUSA, amplificando su impacto entre nuestros grupos de interés.
Internamente, usamos todos nuestros canales —intranet, campañas, jornadas, materiales audiovisuales— para reforzar el compromiso de las personas que forman ENUSA. Un ejemplo es la presencia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en soportes internos, la difusión de noticias ESG en el resumen de prensa diario o la visibilidad que damos al grupo de voluntariado.
Y, en el plano externo, participamos en foros sectoriales y de sostenibilidad, rendimos cuentas a través de nuestra Memoria anual y buscamos estar en los espacios donde realmente se generan conversaciones de impacto. También estamos incorporando nuevas narrativas que reflejan cómo la sostenibilidad impulsa la innovación y fortalece nuestra relación con el entorno, especialmente en el área de influencia de la fábrica de Juzbado (Salamanca).
¿Cuáles son las prioridades del compromiso sostenible de ENUSA, y cómo se alinean con los objetivos estratégicos de la compañía?
En 2024 dimos un paso importantísimo con la aprobación de dos documentos clave para ENUSA: la Política de Sostenibilidad y el Plan Director de Sostenibilidad 2024–2026. En ellos se recogen nuestras prioridades y, en definitiva, se define la estrategia de la compañía en esta materia.
Y como son documentos vivos, acabamos de aprobar una actualización de la Política de Sostenibilidad, incluyendo principios más ambiciosos.
Ambos están plenamente alineados con la estrategia del Grupo SEPI, al que pertenecemos, y con nuestro Plan Estratégico 21–30.
El objetivo con el que trabajamos en su elaboración fue claro. Queríamos elevar nuestro nivel de ambición, reforzar el desempeño en materia ESG y, al mismo tiempo, responder de forma ágil al fuerte impulso regulatorio que se está viviendo en los últimos años.
El plan pivota sobre cinco pilares: economía circular, descarbonización, ser un empleador de referencia, operaciones y productos seguros y responsabilidad social. Cada pilar se concreta en acciones que abordan los grandes retos actuales: gestión ambiental, cambio climático, diversidad, igualdad, cultura ESG, transparencia o cadena de valor.
¿Qué medidas concretas está implementando ENUSA para reducir su huella de carbono, y cómo contribuye a esto su Plan de Ahorro y Eficiencia Energética?
Lo primero fue conocernos mejor. Por eso, en colaboración con la Fundación Empresa y Clima empezamos midiendo la huella de carbono de la fábrica de Juzbado, y poco a poco lo hemos extendido al resto de nuestros centros de trabajo y filiales.
Ese paso nos permitió adelantarnos a la normativa y, sobre todo, actuar. Entre 2019 y 2023 hemos reducido un 50% las emisiones de alcance 1 y 2. Es un resultado muy significativo que, además. Esperamos que se traduzca en la obtención de los sellos de “Calculo” y “Reduzco” del Ministerio para la Transición Ecológica.
El Plan de Ahorro y Eficiencia Energética, aprobado en diciembre de 2022 como respuesta a la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania, ha sido fundamental en este camino.
Gracias a el hemos conseguido reducir consumos —un 19% menos de electricidad, un 15% menos de agua y un 12% menos de papel respecto a 2021— e impulsar medidas como el teletrabajo o la instalación de plantas fotovoltaicas en la fábrica y en Saelices el Chico, donde ENUSA desarrolla su plan de recuperación de la antigua mina. En el caso de Juzbado la planta ya cubre una cuarta parte de la energía que necesitamos.
Este sistema de autoconsumo nos aporta claros beneficio: reduce costes, aprovecha un recurso renovable y disminuye nuestra huella de carbono. Unido al contrato de suministro eléctrico con certificados de origen renovable, nos permite alinear a ENUSA con los objetivos climáticos europeos de forma tangible.
Son resultados muy concretos que nos confirman que vamos en la buena dirección y nos motivan para seguir avanzando.
¿Qué papel juegan el patrocinio, el mecenazgo y el voluntariado corporativo en la estrategia de acción social de ENUSA, y cómo se seleccionan estas iniciativas para maximizar su impacto?
Para ENUSA es esencial cuidar del entorno en el que trabajamos.
Nuestro Plan de Patrocinio y Mecenazgo nos permite colaborar tanto con entidades del sector como con Ayuntamientos de nuestra área de influencia, apoyando iniciativas locales que contribuyen a mejorar la vida de las personas. En concreto, en los últimos cinco años hemos contribuido con 150.000 euros en 22 programas presentados por los diferentes Ayuntamientos.
Y me mueve especialmente el Programa de Voluntariado Corporativo. Desde 2015 contamos con un programa muy vivo, impulsado por la propia plantilla. Hemos organizado desde recogidas solidarias hasta jornadas deportivas con personas con discapacidad. Este año, por ejemplo, más de 50 compañeros y compañeras, junto con sus familias, participaron en una actividad con la Fundación También. Fue emocionante ver cómo deporte y solidaridad iban de la mano.
Además, me gusta destacar la colaboración con STEM Talent Girl, porque nos permite inspirar a niñas y jóvenes en ámbitos científicos y tecnológicos. En un sector como el energético, donde la presencia femenina sigue siendo baja, es un compromiso que asumimos con especial ilusión.
¿Cómo está trabajando ENUSA para extender sus principios de sostenibilidad a proveedores y socios en su cadena de valor?
Queremos que nuestros proveedores compartan los valores de ENUSA y que la sostenibilidad forme parte de toda nuestra cadena de valor. Por eso, en 2024 actualizamos nuestro Código de Conducta, reforzando los principios de ética y conducta profesional.
También hemos incorporado criterios ambientales y sociales en los pliegos de contratación, de manera que cada proceso de compra pueda contribuir a objetivos como la igualdad o la gestión responsable de los recursos.
En paralelo, seguimos muy de cerca las prácticas de sostenibilidad de nuestros suministradores de uranio y servicios asociados a través de cuestionarios que revisamos y actualizamos de forma periódica.
Estamos ante un camino de mejora continua, es evidente, porque sabemos que el impacto de ENUSA se mide además en cómo hacemos las cosas junto a quienes nos acompañan. Esto enlaza con la primera pregunta que me hacía sobre cómo integramos la sostenibilidad en la estrategia de comunicación en cuanto a la importancia de conseguir que también las prácticas responsables de la compañía se transmitan y lleguen a los proveedores.
¿Qué mecanismos ha puesto en marcha ENUSA para garantizar la transparencia en sus informes de sostenibilidad, y cómo se comunica esto a los stakeholders?
Como empresa pública, la transparencia es uno de nuestros compromisos más firmes. Nuestro objetivo es mantenernos alineados con las mejores prácticas internacionales y garantizar que, una vez más, nuestros grupos de interés reciban información rigurosa, clara y útil.
Desde 2007 elaboramos nuestra memoria de sostenibilidad siguiendo las recomendaciones del Global Reporting Initiative (GRI), el estándar internacional más reconocido, y cumpliendo con la normativa española de información no financiera y diversidad.
Además, seguimos muy de cerca las novedades legislativas europeas sobre reporting porque queremos ir más allá de lo obligatorio.
¿De qué manera se aplica de forma transversal la gobernanza ESG en las operaciones y la toma de decisiones en ENUSA?
En ENUSA entendemos la sostenibilidad como un eje transversal, no como un área aislada. El Comité de Dirección es quien marca y coordina la estrategia, pero su aplicación depende del compromiso de todas las áreas de la compañía.
Y es que el papel de las empresas públicas ha cambiado mucho y la mentalidad de los equipos directivos, afortunadamente, también. Ahora, operamos en un entorno global, enfocados en eficiencia, sostenibilidad y valor público estratégico, tecnológico, económico o social. Como bien resume Javier López-Galiacho, en esta evolución “hemos pasado de los cuentos a las cuentas”.
Cada iniciativa que ponemos en marcha —desde la reducción de la huella de carbono hasta la elaboración del informe de sostenibilidad— requiere la implicación de distintas personas y equipos.
Para reforzar esta visión compartida, este año impartiremos junto a Forética una formación en ESG y Sostenibilidad abierta a toda la plantilla. Queremos que cada persona sea consciente de que integrar estos criterios en la gestión diaria no es una tendencia pasajera, sino una manera de generar valor y legitimidad social a largo plazo.
¿Cuáles son los objetivos clave del Plan de Sostenibilidad 2024-2026, y cómo se está monitoreando su cumplimiento?
Ya he mencionado que el Plan de Sostenibilidad 2024-2026 se articula en torno a cinco pilares estratégicos: economía circular, descarbonización, ser un empleador de referencia, garantizar operaciones y productos seguros, y asumir plenamente nuestra responsabilidad social. Detrás de cada uno hay acciones concretas que buscan dar respuesta a los grandes retos actuales en sostenibilidad y que marcan la hoja de ruta de ENUSA en los próximos años.
Los objetivos son claros: reducir el impacto ambiental de nuestras operaciones, fortalecer la cultura ESG dentro de la organización, asegurar la transparencia y la calidad de la información que compartimos, e integrar la sostenibilidad en toda la cadena de valor.
La gobernanza del Plan también es clave. De hecho, a finales de 2025 tendremos la primera evaluación con datos consolidados que nos permitirá medir con rigor el grado de avance y ajustar, si es necesario, nuestras actuaciones.
¿Cómo está explorando ENUSA el uso de la inteligencia artificial para avanzar en sus objetivos de sostenibilidad, y qué oportunidades o desafíos identifica en esta intersección?
La IA es una herramienta con un enorme potencial, pero también con retos importantes. Por eso nos hemos sumado al Manifiesto de Inteligencia Artificial Responsable (RAI) promovido por Forética y participamos en la iniciativa Inteligencia Artificial Responsable, una plataforma de trabajo impulsada también por esta organización.
Queremos aprender, aplicar y formar a nuestra plantilla para que la IA se use con criterio, ética y siempre al servicio de nuestros objetivos de sostenibilidad.
Por ejemplo, el Comité de Dirección va a recibir una formación específica sobre IA responsable. Creemos que es fundamental anticiparnos y hacerlo bien desde el principio.
Tuve oportunidad de que Corresponsables me publicara un artículo sobre este tema el año pasado y me reafirmo en lo que ya señalaba de que solo con un enfoque responsable y ético podemos asegurar que la IA beneficie a la sociedad, sin perpetuar errores y evitando los peligros de la discriminación y la exclusión. Una IA tecnológicamente avanzada, no es incompatible con que sea justa y equitativa. La tarea no es sencilla, pero sí fundamental. Una combinación de regulación, educación, diversidad y compromiso continuo con la mejora y la ética en el desarrollo tecnológico nos llevará a obtener su poder transformador.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en el Caso Práctico de ENUSA en el Anuario Corresponsables 2025.