Con motivo de la Jornada de Derechos Culturales y Economía Creativa para el Desarrollo Sostenible, celebrada en Barcelona y organizada por la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos) y la AECID, se genera un espacio de diálogo hacia el Mondiacult 2025. En este contexto, tenemos el privilegio de entrevistar a Márcio Tavares, secretario ejecutivo del Ministerio de Cultura de Brasil, una de las voces más relevantes de la política cultural iberoamericana. Con una sólida formación en Arte y Historia, y un extenso recorrido en la gestión cultural, Tavares ha sido pionero en integrar los derechos humanos y la memoria histórica en las políticas culturales, además de haber creado plataformas clave para el fomento cultural en Brasil.
A lo largo de su carrera, Márcio Tavares ha sido un firme defensor de la cultura como herramienta esencial frente a la emergencia climática, resaltando el valor de las artes y las tradiciones de los pueblos originarios, quilombolas y comunidades tradicionales. En su labor actual, impulsa una agenda internacional centrada en la sostenibilidad y la justicia social. Además, desde su puesto en el Ministerio de Cultura, Tavares ha sido clave en el diseño y promoción de políticas culturales innovadoras, como la Ley Paulo Gustavo, la Política Nacional Aldir Blanc y la Política Nacional de Economía Creativa, que posicionan a Brasil como líder en la promoción cultural internacional. Su enfoque es un testimonio del poder transformador de la cultura en la construcción de un futuro más inclusivo y resiliente.
¿Qué importancia tiene para Brasil la participación en la Jornada de Derechos Culturales y Economía Creativa para el Desapoyo Sostenible, celebrada en Barcelona?
Esta jornada es muy importante para Brasil, para el Ministerio de Cultura de Brasil, una vez que vamos a estar con muchos países de Iberoamérica que compartimos opiniones sobre temas centrales para el desarrollo de la economía creativa, de los temas digitales actuales y sobre todo de políticas comunes para promover el intercambio entre nuestras naciones. Es un momento clave antes del Mondiacult para fortalecer nuestros lazos.
¿Cómo entiende el Ministerio de Cultura de Brasil la relación entre Cultura, Desarrollo Sostenible y Derechos Humanos?
La relación entre Cultura, Desarrollo Sostenible y Derechos Humanos es plena, porque la cultura es un vector de promoción de los derechos humanos. Derechos humanos de las mujeres, de las personas discapacitadas, de los pueblos indígenas, de las etnias afro, todas son promovidas a través de las opciones de cultura y eso nos involucra con los derechos humanos totalmente, además de los temas de memoria histórica. La cultura y la economía creativa son de baja incidencia sobre el medio ambiente, tiene muchas posibilidades de impregnabilidad, sobre todo entre los más jóvenes, lo que nos pone en una frontera del desarrollo rumbo a una economía más sostenible.
Entonces estos vectores están comunicados y son importantes para las políticas culturales contemporáneas.
¿Qué papel puede desempeñar la economía creativa como motor de inclusión social y reducción de desigualdades en Iberoamérica?
Las economías creativas son cada vez más importantes al nivel de los PBI de los países de Iberoamérica. En Brasil, por ejemplo, es 3,11% del PBI y más de 7 millones de personas están empleadas en la economía creativa, lo que se convierte en una ventana importante para el desarrollo. Las economías creativas de la región igual crecen más rápidamente que la economía en general, lo que en pocos años va a consolidar su importancia a nivel nacional y regional.
Además, las economías creativas permiten atender regiones que no están todavía desarrolladas, pero que tienen vocación cultural grande y que pueden, con políticas acertadas, encontrar nuevas formas de promover oportunidades, generar empleo, renta a comunidades. Eso sucede también con las regiones más vulnerabilizadas de las grandes ciudades. En general, estas regiones tienen también posibilidades culturales enormes y con políticas bien armadas se puede garantizar la inclusión social de grandes camadas de la población.
¿Qué avances recientes destacaría Brasil en materia de políticas culturales que entregan la Sostenibilidad y los derechos culturales?
En Brasil logramos recientemente aprobar la reglamentación del Sistema Nacional de Cultura, que va a garantizar una articulación federativa de la gestión. Esto va hilado con las nuevas estructuras de financiación de la cultura. La Lei Aldir Blanc, por ejemplo, garantiza que todas las ciudades, todos los estados reciban fondos del gobierno federal.
Esto es una novedad en términos de gestión que tenemos en el país y que garantiza la universalidad del acceso a todas las regiones y todas las comunidades del país a fondos de cultura. También estamos trabajando en políticas públicas para lo digital. Esto significa que temas como inteligencia artificial, derechos autorales y las políticas de audiovisual, que no están protegidas por sistemas regulatorios. En Brasil ahora se trabaja para que exista dicha protección.
Estamos en una nueva frontera de la construcción de las políticas culturales en el siglo XXI.
¿Cuáles son los principales retos que identifican para garantizar un acceso más equitativo a la cultura en un país tan diverso y extenso como Brasil?
En primer lugar, es necesario que se garantice que todas las regiones y todos los ciudadanos puedan acceder a las políticas culturales. Para eso tenemos ahora estructuras del ministerio en todos los estados del país, que son los comités de cultura. Con los comités de cultura garantizamos formación, capacitación de los ciudadanos, de los agentes de cultura, para que puedan participar del sistema de leyes y documentos de financiamiento que tenemos en el país.
De otra parte, necesitamos ampliar infraestructura social. La infraestructura cultural está muy concentrada en las grandes ciudades y estamos trabajando para llevar infraestructura cultural a los medianos y pequeños municipios del país. Por último, es importante que se mire en los derechos de los ciudadanos.
Y cuando hablamos de hacer política con los ciudadanos, es hacer política no solamente a las personas artistas. Queremos asegurar que tengan todas las condiciones para desarrollar su trabajo para que puedan acceder y tener garantizados sus derechos de conocer y participar en la vida cultural del país en forma plena.
En el camino hacia Mondiacult 2025, ¿qué propuestas y prioridades llevará Brasil a este diálogo internacional sobre derechos culturales y desarrollo sustentable?
Vamos a llevar otra vez la centralidad que tiene la diversidad cultural como motor de promoción de los derechos culturales, de la protección de los derechos de las comunidades y como instrumento de promoción de las economías creativas. Vamos a estar defendiendo de forma muy clara la necesidad de que instrumentos de nuevas tecnologías como las inteligencias artificiales estén bajo regulaciones que garanticen que las personas artistas que son creadoras puedan tener protección a sus instrumentos de creación y eso vale para todas las nuevas tecnologías digitales.
Vivimos una etapa clave en la discusión de cultura y Brasil, junto con Iberoamérica, va a estar en la vanguardia de los temas más centrales para la promoción de las políticas culturales para una ciudad más inclusiva para la ciudadanía.
¿Qué oportunidades de colaboración ve entre países iberoamericanos para fortalecer la economía creativa como sector estratégico en la agenda de sostenibilidad?
Estamos trabajando en muchos temas de formación conjunta, con capacitación, grados, posgrados, formación de gestores y gestoras, compartiendo políticas públicas, garantizando nuevas iniciativas de movilidad de las personas artistas por la región, circulación de iniciativas y emprendimientos culturales. Contamos con una larga agenda que llega hasta las metodologías de datos e indicadores culturales como forma de instrumentalizar a las políticas. Tenemos mucho que compartir y que hacer en conjunto en Iberoamérica en el programa de industrias culturales y creativas que compartimos en OEI.
Es necesario estar abiertos a la discusión, al diálogo, a la construcción democrática de los consensos una vez que la cultura está en la centralidad de los grandes debates actuales y que es una posibilidad de introducción a gran parte de los asuntos que están afligiendo nuestras sociedades, sea en términos sociales, económicos, democráticos o mismos los temas culturales.
En el Mondiacult espero que lleguemos a consensos importantes a nivel internacional para la promoción de políticas públicas de cultura cada vez más igualitarias y cada vez más abarcantes en un mundo que necesita diálogo, que necesita posibilidades de encuentro.
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