Linda Arlene Palacio Vásquez, Directora del Centro de Investigación e Innovación Social José Consuegra Higgins de la Universidad Simón Bolívar en Barranquilla, se perfila como una voz clave en el ámbito de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad en América Latina. Con una formación en Trabajo Social y una maestría centrada en el desarrollo de empresas sociales, Palacio ha dedicado su carrera a convertir la academia en un motor de cambio territorial: “Actualmente, creo y lidero iniciativas que, a través de las tres funciones sustantivas de la universidad (docencia, investigación y extensión), buscan mejorar la calidad de vida en los territorios y fortalecer el desarrollo sostenible en diversas organizaciones.”
Al repasar tres décadas de evolución del sector, la investigadora resume con claridad lo que ha cambiado: “Antes, la RSE era vista más como una estrategia filantrópica, mientras que hoy se entiende mejor su papel en la Sostenibilidad y el impacto a largo plazo.” Esa transformación le permite hoy afirmar con convicción que “cada pequeño aporte cuenta y que, al trabajar en conjunto, podemos generar un cambio cada vez más significativo.”
En su valoración del papel de Corresponsables, con motivo de su 20 aniversario, destaca que “Corresponsables ha sido un actor clave en visibilizar la RSE como una actividad principal en las organizaciones, con la misma importancia de la contabilidad, las finanzas o la logística.” Agrega que gracias a su labor de difusión de buenas prácticas “hoy entendemos que sin Sostenibilidad no hay futuro”. Con esto, Palacio sitúa a Corresponsables como un referente para las nuevas generaciones que asumen el desafío de construir “una cultura empresarial más comprometida con la Sostenibilidad”.
¿Cómo, cuándo y por qué comenzaste a interesarte e involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad?
Desde siempre, la Responsabilidad Social ha sido una de mis principales preocupaciones, lo que me llevó a estudiar Trabajo Social con el propósito de contribuir al cierre de brechas sociales. Más adelante, decidí profundizar en el impacto del emprendimiento social a través de una maestría en Desarrollo y Gestión de Empresas Sociales, con el objetivo de comprender cómo generar soluciones sostenibles a problemas sociales y ambientales.
«Cada pequeño aporte cuenta y que, al trabajar en conjunto, podemos generar un cambio cada vez más significativo»
Actualmente, creo y lidero iniciativas que, a través de las tres funciones sustantivas de la universidad (docencia, investigación y extensión), buscan mejorar la calidad de vida en los territorios y fortalecer el desarrollo sostenible en diversas organizaciones.
Siempre llevé en mi corazón la convicción de que la pobreza era inaceptable, y en mis inicios era ingenua al pensar que podría hacer algo enorme para cambiarla. Con el tiempo, comprendí la complejidad del problema y aprendí que el verdadero impacto se construye día a día, sumando esfuerzos y creando sinergias. Hoy sé que cada pequeño aporte cuenta y que, al trabajar en conjunto, podemos generar un cambio cada vez más significativo.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzó en comparación con cómo es hoy?
Creo que, con el tiempo, ha habido una mayor conciencia sobre la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), pero aún enfrentamos muchos desafíos. Antes, la RSE era vista más como una estrategia filantrópica, mientras que hoy se entiende mejor su papel en la Sostenibilidad y el impacto a largo plazo. Sin embargo, sigue siendo un reto lograr que se integre de manera genuina en la cultura organizacional y no solo como una respuesta a presiones externas.
«Antes, la RSE era vista más como una estrategia filantrópica, mientras que hoy se entiende mejor su papel en la sostenibilidad y el impacto a largo plazo»
Una anécdota que recuerdo con especial interés fue cuando evalué una tesis de maestría sobre RSE. Los estudiantes argumentaban que debía existir una ley que la hiciera obligatoria, ya que consideraban que solo desde la regulación estatal se podría garantizar su implementación. Durante la discusión, comprendieron que, de acuerdo con los marcos internacionales y la propia naturaleza ética de la RSE, esta debe entenderse en términos de responsabilidad, lo que implica una acción voluntaria y no impuesta. Fue un momento valioso de reflexión sobre el equilibrio entre la regulación y la convicción empresarial en la construcción de un impacto real.
Querida Linda, ¿cuándo conociste a Corresponsables?
Siempre había escuchado sobre la Fundación Corresponsables y su propósito de promover la Responsabilidad Social, admirando su labor en la difusión de buenas prácticas y la construcción de una cultura empresarial más comprometida con la sostenibilidad. Sin embargo, este año tuve el honor de dar un paso más allá al ser invitada como jurado en los Premios Corresponsables, gracias a mi vinculación con la Red Unirse.
«Corresponsables ha sido un actor clave en visibilizar la RSE como una actividad principal en las organizaciones, con la misma importancia de la contabilidad, las finanzas o la logística»
Es un privilegio poder aportar desde esta posición, evaluando iniciativas que generan un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente. Esta experiencia reafirma mi convicción de que la RSE es un camino de construcción colectiva, donde cada esfuerzo suma para generar un cambio significativo. Estoy emocionada por esta nueva etapa y por la oportunidad de ser parte de este reconocimiento a quienes trabajan por un mundo más sostenible.
¿Qué papel consideras que ha tenido en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas?
La Fundación Corresponsables ha desempeñado un papel clave en el impulso de la Responsabilidad Social Empresarial en las últimas dos décadas, convirtiéndose en un referente en la difusión de buenas prácticas y en la construcción de una cultura empresarial más consciente y comprometida con la Sostenibilidad.
Desde su labor editorial hasta la organización de espacios de encuentro y reconocimiento, como los Premios Corresponsables, ha logrado visibilizar iniciativas que generan un impacto positivo, inspirando a empresas y organizaciones a asumir un rol más activo en la transformación social y ambiental.
«Hoy entendemos que sin Sostenibilidad no hay futuro»
Personalmente, siempre he admirado su propósito y el esfuerzo por fomentar un enfoque integral de la RSE, promoviendo la transparencia, la ética y el compromiso voluntario. Su trabajo ha sido fundamental para consolidar una visión más estratégica y sostenible de la Responsabilidad Social, y su contribución sigue siendo indispensable en el camino hacia un desarrollo más equitativo y responsable.
Linda, ¿cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
Uno de los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en las últimas dos décadas ha sido el cambio de enfoque, pasando de una visión filantrópica a una estrategia integrada que genera valor tanto para la sociedad como para las organizaciones. Hoy, muchas empresas han comprendido que la RSE no es solo una cuestión de buena voluntad, sino un factor clave para la competitividad, la reputación y la Sostenibilidad a largo plazo.
Otros hitos relevantes incluyen:
- Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): Adoptados en 2015, han brindado un marco global que guía a las empresas y organizaciones en la alineación de sus estrategias con desafíos sociales y ambientales.
- El auge de la inversión responsable: Cada vez más inversionistas priorizan criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en sus decisiones, impulsando a las empresas a adoptar prácticas sostenibles.
- El avance en regulación y estándares: Aunque la RSE sigue siendo voluntaria, han surgido normativas y marcos como el Pacto Global de la ONU, los informes de sostenibilidad (GRI, SASB, CSRD), y políticas que exigen mayor transparencia y rendición de cuentas.
- El rol de los consumidores y empleados: Hoy en día, tanto los consumidores como los trabajadores demandan empresas más responsables y alineadas con valores éticos, lo que ha obligado a muchas organizaciones a transformar su manera de operar.
Estos cambios han sido impulsados por una mayor conciencia sobre la crisis climática, el impacto social de las empresas, el acceso a la información y la presión de diversos grupos de interés. Aunque aún hay desafíos por superar, la RSE y la Sostenibilidad han evolucionado hacia modelos más estratégicos, medibles y con un impacto real en el desarrollo sostenible.
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
A lo largo de mi carrera en Responsabilidad Social Empresarial, he aprendido valiosas lecciones que han moldeado mi perspectiva y mi forma de trabajar en este campo.
Una de las más importantes es que las sinergias entre actores son clave para construir procesos sólidos y ampliar el impacto. Muchas veces, el reto más grande no es diseñar iniciativas de RSE, sino lograr la articulación efectiva entre empresas, comunidades, sector público y otros actores clave. La colaboración y el trabajo en red permiten potenciar los esfuerzos y generar transformaciones sostenibles en el tiempo.
«La RSE debe entenderse en términos de responsabilidad, lo que implica una acción voluntaria y no impuesta»
También he comprendido que fomentar la pluralidad en la participación de los grupos de interés es esencial. Escuchar diferentes voces, reconocer las necesidades y expectativas de cada parte involucrada y generar espacios de diálogo permiten construir soluciones más inclusivas, legítimas y alineadas con las realidades del contexto.
Por último, he reafirmado que promover acciones para el respeto del ambiente y la sociedad es fundamental para mitigar impactos negativos. La RSE no puede ser solo un ejercicio de reputación; debe traducirse en compromisos reales que minimicen los efectos adversos de la actividad empresarial y promuevan un desarrollo más equitativo y sostenible.
Cada experiencia me ha demostrado que la RSE es un camino de aprendizaje continuo, donde la adaptabilidad, la innovación y la visión a largo plazo marcan la diferencia en la construcción de un impacto positivo y duradero.
¿Cuáles consideras que han sido los pioneros en esta materia?
Sin duda, Bernardo Kliksberg ha sido un referente en mi carrera. Su visión sobre la Responsabilidad Social y su enfoque de ética empresarial han sido fundamentales en la evolución de la RSE en Latinoamérica. Él ha logrado conectar la justicia social con la Sostenibilidad de una manera única, marcando un antes y un después en el desarrollo de estas temáticas en la región.
¿Qué papel crees que deben jugar las nuevas generaciones en la continuación de este legado?
Las nuevas generaciones tienen un papel clave en la preservación del legado artesanal y en la construcción de un futuro más sostenible. La educación desde la familia y los medios de comunicación es esencial para que desarrollen pensamiento crítico y conciencia ambiental.
«La RSE es un camino de construcción colectiva, donde cada esfuerzo suma para generar un cambio significativo»
El consumismo desmedido, especialmente en la moda rápida, tiene impactos devastadores en el medioambiente y en las comunidades de artesanos que trabajan con procesos sostenibles. Las redes sociales pueden ser una herramienta poderosa para cambiar esta narrativa si se utilizan para promover el consumo responsable, la valoración del trabajo artesanal y la importancia de apoyar economías locales en lugar de tendencias pasajeras.
Para finalizar, añade, si lo deseas, cualquier otra reflexión o consideración que consideres oportuna.
Las industrias neutrales se pueden instalar en los países que tienen energía limpia, será una tendencia. Chile, Perú, Colombia y Brasil tienen grandes fuentes de energías renovables y pueden hacer la diferencia. Estos países tienen el potencial para ser líderes en el uso de energías limpias y en la implementación de modelos de negocio que respeten los principios de Sostenibilidad.
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