A casi ocho décadas de su fundación, Grupo Bimbo se ha consolidado como una de las compañías globales más influyentes en la industria de alimentos. Con presencia en 35 países de América, Europa, Asia y África, la empresa opera 223 plantas panificadoras, más de 1.500 centros de venta y una red logística de 58.000 rutas. Pero más allá de sus cifras industriales, el verdadero motor de la organización es su cultura: una filosofía profundamente humanista que pone a la persona al centro de todo.
“Nuestra cultura es uno de nuestros principales diferenciadores como compañía. Está basada en la ‘Regla de Oro’: tratar a las personas con respeto, justicia, confianza y afecto”, explicó a Corresponsables Alejandro Pintado, Director de Grupo Bimbo, Responsable de la Operación de Barcel en México. Esta filosofía, aseguró, se refleja en todos los niveles, desde la forma en que conviven sus colaboradores, hasta el modo en que se relacionan con los clientes, consumidores y comunidades.
Mantener esta cultura en una compañía global no es una tarea menor. Pintado sostiene que no se trata solo de difundir valores o declaraciones de principios. “Nuestra cultura se vive en las decisiones y acciones del día a día. El liderazgo tiene que predicar con el ejemplo para que los valores se arraiguen en todos los países donde operamos”, dijo.
Este fundamento cultural da forma a su estrategia empresarial. Su propósito corporativo —“Alimentar un mundo mejor”— se manifiesta en una visión de negocio que busca ser, a la vez, altamente productiva, plenamente humana y sostenible. Esta visión se traduce en una estrategia de sustentabilidad con tres pilares bien definidos: Para Ti, centrado en facilitar dietas planetarias con una diversidad nutricional; Para la Vida, enfocado en mejorar la vida de todas las personas y comunidades con las que se vinculan; y Para la Naturaleza, que tiene por objetivo proteger y regenerar los sistemas naturales. Estos ejes permiten abordar de manera holística el impacto en toda la cadena de valor, desde los insumos agrícolas hasta el consumidor final.
En su más reciente Informe de Sustentabilidad 2024, Grupo Bimbo reportó avances significativos. “Contamos con más de 7.757 vehículos que utilizan combustibles alternativos, de los cuales más de 4.200 son eléctricos. Esto nos posiciona como la empresa con la flotilla de reparto eléctrica más grande de América Latina y México”, afirmó Pintado. Este esfuerzo forma parte de una transición más amplia hacia operaciones de baja emisión.
El compromiso con el medio ambiente también se refleja en sus empaques. Actualmente, el 94% de los empaques de sus productos a nivel global ya son reciclables. Además, en el ámbito agrícola, la compañía ha impulsado con fuerza la agricultura regenerativa, alcanzando 300.000 hectáreas cultivadas con este enfoque en países como México, Estados Unidos y Canadá.
La dimensión social también es central en su modelo. A través del programa Buen Vecino, Grupo Bimbo ha desarrollado 267 proyectos en 31 países, beneficiando a más de 533 mil personas en 2024. Las acciones incluyen mejoras a espacios comunitarios, donaciones, rehabilitación de infraestructura y alianzas con organizaciones sociales locales. “Creemos que una empresa solo puede crecer de forma sostenible si las comunidades donde opera también lo hacen”, subrayó Pintado.
El compromiso interno también es evidente. La compañía promueve entornos laborales seguros, con especial énfasis en que todos sus colaboradores regresen a casa “igual o mejor de como salieron”. La formación humana y el desarrollo profesional son parte del trato que buscan ofrecer. “Queremos que cada colaborador crezca personal y profesionalmente, y que ese crecimiento tenga impacto también en sus hogares y entornos familiares”, indicó.
En cuanto al bienestar externo, iniciativas como la Bimbo Global Race reflejan cómo se integran los valores sociales con la participación comunitaria. Por cada persona inscrita, Grupo Bimbo dona 20 rebanadas de pan a bancos de alimentos. En 2024, la iniciativa permitió la donación de más de tres millones de rebanadas en distintas partes del mundo.
El voluntariado corporativo es otra expresión de esta cultura participativa. En el último año, casi 12 mil personas colaboraron en jornadas de reforestación, limpieza de espacios públicos, organización de actividades educativas y más. En total, se registraron más de 44 mil horas de voluntariado. “Todos pueden poner su granito de harina para alimentar un mundo mejor”, comentó Pintado.
Desde su origen, Grupo Bimbo ha sostenido una visión integral de la responsabilidad social. Como afirmaba Don Lorenzo Servitje, uno de los fundadores de la empresa: “Empresa que no sirve, no sirve como empresa”. Hoy, esa frase se traduce en una estructura robusta de programas, políticas e iniciativas que vinculan productividad con propósito.
Pintado concluyó: “Alimentar un mundo mejor no es una frase bonita. Es una forma de ver la empresa, las relaciones humanas y el impacto que podemos tener. Y en este proceso, lo más importante es nunca perder de vista a la persona”.
Así, Grupo Bimbo ofrece un ejemplo de cómo una cultura organizacional sólida puede guiar a una compañía global hacia un crecimiento sostenido. Desde la innovación en movilidad eléctrica hasta la educación comunitaria, la empresa integra todos los frentes de la sostenibilidad bajo una premisa esencial: Alimentar un mundo mejor.