Comprometida con la idea de “dejar el mundo un poquito mejor de cómo lo encontraste”, Estefanía Redondo García, Responsable de Comunicación de Bosquia Nature, ha convertido esa convicción personal en una forma de trabajar. Desde su llegada a la empresa, ha contribuido a consolidar una comunicación basada en la honestidad, la coherencia y el propósito, convencida de que “la Sostenibilidad no es un departamento, ni una acción puntual, ni un claim de campaña; es una forma de mirar el mundo, de tomar decisiones y de construir relaciones”.
Para Redondo, la Responsabilidad Social ha evolucionado desde una etapa casi anecdótica hasta convertirse en un pilar estratégico en las organizaciones. “Hemos pasado de hacer cosas bonitas a hacer lo correcto, midiendo si realmente aporta”, afirma. En su opinión, la profesionalización del sector y el creciente interés de la ciudadanía han marcado un punto de inflexión: “La Sostenibilidad ha dejado de ser algo periférico; hoy se habla con datos, con indicadores y con objetivos claros”.
Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, Estefanía subraya el valor de este medio como espacio de referencia y colaboración: “Corresponsables está desempeñando un papel clave como altavoz de las empresas que apuestan por la Sostenibilidad con hechos, no solo con palabras”, asegura. Además, destaca su capacidad para conectar y fortalecer al sector: “Su valor está en actuar como nexo de unión, facilitando espacios donde empresas de distintos tamaños, sectores y países pueden compartir aprendizajes, retos y soluciones reales”.
Desde su rol en Bosquia, Redondo observa que los retos actuales pasan por pasar de la intención a la transformación estructural, integrando la Sostenibilidad en todas las decisiones. “La buena noticia es que la Sostenibilidad y la rentabilidad ya no están reñidas; cada vez están más alineadas”, destaca. Y no duda en reconocer el papel esencial de las nuevas generaciones: “Las nuevas generaciones no solo preguntan más, exigen más, y eso nos obliga a estar a la altura, como marcas y como comunicadores”.
¿Cómo, cuándo y por qué comenzaste a interesarte e involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad?
Siempre he tenido presente la idea de “dejar el mundo un poquito mejor de cómo lo encontraste”. No como una frase hecha, sino como algo que vi en casa desde pequeña, en cosas muy sencillas: cuidar lo que tienes, pensar en los demás y actuar con conciencia.
Pero fue al empezar en Bosquia cuando esa idea empezó a tomar forma profesional. No solo por el proyecto, que ya de por sí me conquistó desde la primera reunión, sino porque, al analizar otras empresas del sector y sus discursos, entendí que la Sostenibilidad no es un departamento, ni una acción puntual, ni un claim de campaña.
Es una forma de mirar el mundo, de tomar decisiones y de construir relaciones. Y desde el área de comunicación, me di cuenta de que contar eso con transparencia, con propósito y sin greenwashing, es una de las tareas más transformadoras que existen hoy en día.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzó en comparación con cómo es hoy?
Al principio la RSE era casi anecdótica, algo que se quedaba en informes o acciones puntuales.
Por suerte, eso ha cambiado bastante. Hoy hablamos de Sostenibilidad de una forma mucho más transversal, conectada con los procesos, con los datos y, sobre todo, con el impacto real.
“La Sostenibilidad no es un departamento, ni una acción puntual, ni un claim de campaña”
Hemos pasado de “hacer cosas bonitas” a “hacer lo correcto, midiendo si realmente aporta”. Eso sí, aún queda camino para integrar la Sostenibilidad en la estrategia de negocio de forma estructural.
Querida Estefanía, ¿cuándo conociste a Corresponsables? ¿Qué papel consideras que ha tenido en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas?
Conocía a Corresponsables de forma puntual desde hace años, más por inquietud personal que por necesidad profesional. Pero el punto de inflexión real llegó con mi incorporación a Bosquia.
Ahí fue cuando empecé a trabajar mano a mano con la Sostenibilidad, no solo como concepto, sino como eje estratégico. Desde entonces, Corresponsables ha pasado a ser una fuente habitual, pero sobre todo, una plataforma donde ver reflejado el trabajo de quienes estamos intentando hacer las cosas de otra manera.
“Corresponsables está desempeñando un papel clave como altavoz de las empresas que apuestan por la Sostenibilidad con hechos, no solo con palabras”
Corresponsables está desempeñando un papel clave como altavoz de las empresas que apuestan por la Sostenibilidad con hechos, no solo con palabras. Y eso, en un momento en el que la transparencia no es opcional y el impacto se exige cada vez más, es fundamental.
Más allá de la visibilidad, su valor está en actuar como nexo de unión, facilitando espacios donde empresas de distintos tamaños, sectores y países pueden compartir aprendizajes, retos y soluciones reales.
Está ayudando a tejer una red que no solo informa, sino que conecta, impulsa y legitima una forma distinta de hacer empresa: más consciente, más colaborativa y más alineada con los retos sociales y ambientales del presente.
¿Qué cambios significativos has observado en esta materia desde que comenzaste?
Si tuviera que destacar tres grandes cambios, serían estos:
Primero, la Sostenibilidad ha dejado de ser algo periférico para entrar de lleno en el core del negocio. Ya no es solo una cuestión reputacional; cada vez más empresas la integran en su estrategia, decisiones y modelos de crecimiento a largo plazo.
“Hemos pasado de hacer cosas bonitas a hacer lo correcto, midiendo si realmente aporta”
Segundo, la exigencia social ha crecido muchísimo, sobre todo por parte de las nuevas generaciones. La ciudadanía ya no se conforma con mensajes bonitos: pregunta, investiga, compara y espera coherencia. Y eso es muy sano, porque nos obliga a ser más honestos y consistentes.
Y tercero, la profesionalización del sector. Hoy se habla de Sostenibilidad con datos, con indicadores y con objetivos claros. Ya no vale con decir que haces algo: hay que medirlo, demostrarlo y reportarlo.
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
La Agenda 2030 y los ODS, sin duda. Un lenguaje común que busca alinearnos a todos a unos objetivos compartidos.
La irrupción de la Sostenibilidad en los consejos de administración.
Y por último, algo menos visible pero profundamente transformador: hemos perdido el miedo a hablar abiertamente del impacto social y ambiental desde la empresa, sin que suene oportunista.
Estefanía, ¿qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
Una de las lecciones más claras que me ha dejado este camino es que la coherencia vale más que cualquier campaña. Si no hay verdad detrás, no hay impacto. También he aprendido que comunicar Sostenibilidad no es maquillar, sino mostrar con honestidad: los logros, sí, pero también los retos. Y algo fundamental: si no se comunica, no escala. El cambio necesita visibilidad para inspirar y multiplicarse.
¿Tienes alguna anécdota que refleje el espíritu y los desafíos de los primeros años de la RSE?
Recuerdo una conversación con una empresa que nos preguntó, con total honestidad:
 “Nosotros queremos empezar a hacer algo de RSE, pero… ¿por dónde se empieza? ¿Es lo mismo RSE que RSC?”
“La Sostenibilidad y la rentabilidad ya no están reñidas; cada vez están más alineadas”
Y me encantó esa pregunta, porque refleja algo muy común: muchas organizaciones tienen la intención, pero no siempre las herramientas o el lenguaje.
Lo mejor fue ver cómo, al revisar lo que ya hacían, descubrimos que tenían prácticas responsables, y que continuar plantando un bosque era coherencia y continuar con lo que ya hacían.
¿Cuáles consideras que han sido los pioneros en esta materia?
Admiro especialmente a las marcas y profesionales que han sabido usar la comunicación no solo para vender, sino para transformar. Iniciativas como Patagonia o B Corp, que han hecho del propósito algo real, coherente y visible, son grandes referentes.
Pero si tuviera que elegir, me quedo con los equipos invisibles: personas en comunicación, marketing, legal, compras… que empujan desde dentro para que la Sostenibilidad no sea un eslogan, sino una forma de hacer.
 Ellos son los que hacen que el discurso tenga raíces.
¿Puedes compartir, Estefanía, algún caso de éxito que consideres emblemático en el campo de la RSE?
En Bosquia colaboramos con empresas que no solo quieren compensar su huella, sino implicarse de verdad. Muchas empiezan con una jornada de reforestación como actividad de teambuilding, y lo que comienza como algo simbólico se convierte en un compromiso real: siguen cuidando ese bosque, se interesan por su evolución e involucran a sus equipos y familias en tareas de mantenimiento. Incluso dan el paso de compensar su huella completa con nosotros.
“Siempre he tenido presente la idea de dejar el mundo un poquito mejor de cómo lo encontraste”
Para nosotros, eso es Sostenibilidad 360: empresas que calculan, reducen y compensan, pero sobre todo, que involucran a las personas. Porque la Sostenibilidad no es solo una cuestión de cifras, sino de cultura, de conexión y de responsabilidad compartida.
Y es que la RSE no se limita al impacto ambiental. Implica muchas verticales: desde cómo una empresa cuida a sus empleados, hasta su relación con proveedores, la gestión ética o su vínculo con la comunidad.
Por eso celebramos cuando las acciones dejan de ser puntuales y se integran en una forma de hacer empresa con propósito.
¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad? ¿Qué retos y oportunidades anticipas para las próximas dos décadas?
El gran reto está en pasar de la intención a la transformación real y estructural. No basta con querer hacerlo bien, hay que integrar la Sostenibilidad en todas las decisiones, de verdad.
La buena noticia es que la Sostenibilidad y la rentabilidad ya no están reñidas; cada vez están más alineadas. Eso abre muchas oportunidades para innovar, atraer talento y generar valor a largo plazo.
Vienen años donde los departamentos de Sostenibilidad serán estratégicos, sí o sí.
¿Qué papel crees que deben jugar las nuevas generaciones en la continuación de este legado?
Un papel protagonista sin duda. Las nuevas generaciones no solo preguntan más, exigen más.
“Las nuevas generaciones no solo preguntan más, exigen más”
Y eso nos obliga a estar a la altura, como marcas y como comunicadores. Tienen que tomar el relevo, pero también encontrar organizaciones abiertas a escuchar y cambiar.
Para finalizar, añade, si lo deseas, cualquier otra reflexión o consideración que consideres oportuna.
Creo que aún tenemos mucho camino por recorrer en cuanto a educación y sensibilización en torno a la Sostenibilidad y la RSE. Aunque cada vez hay más conciencia, sigue habiendo confusión sobre qué significa realmente ser una empresa responsable o sostenible.
Muchas veces, las organizaciones hacen cosas valiosas pero no las identifican como parte de su compromiso social o ambiental, y otras, al contrario, comunican sin una base sólida detrás. Por eso es tan importante acompañar, formar y comunicar con honestidad. No basta con hacer bien las cosas, hay que contarlas con rigor, transparencia y sin caer en la superficialidad.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en la Ficha Corporativa de Bosquia Nature en el Anuario Corresponsables 2025.

 
  
 
 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 







 
  
  
 