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La Fundación máshumano ha inaugurado su nuevo espacio de pensamiento, el Círculo de Ideación, con un encuentro celebrado en Casa ISDIN bajo el título “Tiempo humano y tiempo tecnológico: ¿cómo gestionarlo de manera diferenciada y equilibrada?”. La sesión, que reunió a voces del ámbito empresarial, filosófico y académico, puso sobre la mesa una cuestión tan compleja como urgente: ¿cómo preservar la experiencia humana en una sociedad que avanza a ritmos marcados por la automatización, la hiperconectividad y la productividad sin pausa?
La conversación se desarrolló en un momento en el que diversos estudios advierten sobre las consecuencias de la aceleración digital. Entre algunos de estos análisis, el World Economic Forum (2024) sitúa la desinformación entre los principales riesgos globales. La American Psychological Association alerta del deterioro de la salud mental, especialmente en los más jóvenes, ligado al uso intensivo de dispositivos, y la Universidad de Stanford advierte sobre la fatiga digital provocada por la hiperconectividad, que afecta a la concentración, incrementa el agotamiento mental y reduce el rendimiento cognitivo.
Frente a este escenario los participantes abordaron esta tensión desde distintos ángulos: la fragmentación de la atención, el impacto de la inteligencia artificial en el trabajo, la desconexión emocional entre generaciones y la necesidad de construir entornos más conscientes en el uso de la tecnología.
Santiago García, moderador del encuentro y cofundador de Future for Work Institute, abrió el debate recordando que el reto no está solo en adaptarse al cambio tecnológico, sino en evitar que la humanidad quede desplazada. “La aceleración derivada de la tecnología crece exponencialmente. Pero a la hora de relacionarnos con el tiempo estamos sujetos a una serie de necesidades emocionales. En esta tensión, el desafío que se nos plantea más que nunca es cómo preservar la humanidad”, apuntó.
En representación del mundo corporativo y como anfitriones de la mesa, Áurea Benito, directora corporativa de Personas en ISDIN, aportó una mirada desde la experiencia organizativa. “Vivimos en el tiempo tecnológico y en el tiempo humano. La gran diferencia es que el tiempo tecnológico no necesita parar, y nosotros sí”, señaló, poniendo el foco en la necesidad de reivindicar la pausa como un valor estratégico en las culturas laborales.
Desde una perspectiva ética, Fátima Álvarez, filósofa experta en pensamiento crítico, subrayó la importancia de entender el contexto que hemos generado colectivamente: “Podemos y debemos generar hábitos para una relación más saludable con la tecnología, pero no olvidemos el tipo de sociedad que hemos creado, donde frenar ya no parece posible”. Advirtió además que la pérdida de atención sostenida no es un fenómeno menor, sino un riesgo real para la autonomía mental y social: “Cuando uno pierde la atención, se convierte en una persona reactiva, no reflexiva y más vulnerable ante la manipulación”. En esta línea, recordó que ya hay estudios que alertan de que cuanto mayor es la dependencia de sistemas de inteligencia artificial para tomar decisiones, menor es nuestra capacidad de desarrollar pensamiento crítico propio, lo que plantea un nuevo reto para la libertad individual en la era digital.
Una inquietud compartida fue también la de cómo formar a las nuevas generaciones en un entorno donde la tecnología no solo está presente, sino que condiciona. Ricard Casas, director general de Personas y Cultura en ISS España, expresó su preocupación por el impacto desigual que puede tener esta nueva era: “Hay un gap cada vez más profundo entre los jóvenes que han sabido esforzarse y desarrollar pensamiento crítico, y los que viven sin saber pensar”. Al mismo tiempo, destacó el papel que debe jugar la tecnología en el refuerzo de lo humano: “La tecnología no debe sustituir lo humano, sino ayudarnos a ser más humanos y tengo fe en que lo conseguiremos”.
Por su parte Tomás Pereda, subdirector general de Fundación máshumano alertó sobre las consecuencias de confundir los dos tiempos: “La tecnología es maravillosa y puede aumentarnos, pero cuando la mezclamos con el tiempo humano sin un uso inteligente, a veces podemos romper a las personas”. Afirmó también que avanzar tecnológicamente no debe implicar acelerar nuestras decisiones, relaciones o emociones, sino que “se trata de mantener la capacidad de discernir cuándo toca parar, escuchar, pensar y cuidar”.
El documento resultante del encuentro disponible en este enlace, recoge las principales ideas y propuestas surgidas en la sesión, con una mirada común hacia el impacto de la digitalización en el bienestar, la cultura del trabajo, la atención y la identidad. Este evento marca el inicio del Círculo de Ideación, una iniciativa de la Fundación máshumano que busca generar pensamiento colectivo sobre los grandes desafíos sociales, humanos y organizativos del siglo XXI.
La jornada concluyó con una invitación a la conciencia: “Cada día podemos elegir: avanzar hacia una humanidad aumentada o quedarnos atrapados en una aceleración sin alma”.
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