Hace una década, la Responsabilidad Social cambió el rumbo de la vida de Sara González, quien encontró en la Fundación Española de Enfermedades Priónicas una causa que requería compromiso, constancia y visión a largo plazo. Desde entonces, la actual Vicepresidenta de la fundación ha observado cómo el concepto de RSE ha evolucionado: “Las empresas veían la RSE como algo totalmente prescindible; ahora está bastante interiorizada”.
A pesar de los avances, reconoce que “hay muchos intereses que frenan su desarrollo” y que todavía queda mucho por hacer. Defiende el papel de la palabra como motor de cambio y alerta sobre la responsabilidad de la generación actual: “No podemos exigir nada a las nuevas generaciones si no hacemos nuestra labor para enseñarles los valores y el camino”.
En ese trayecto, destaca especialmente la labor de Corresponsables: “Ha ayudado a abrir mentes y ver otros horizontes como reales”, convirtiéndose en una pieza esencial para consolidar redes de impacto y progreso compartido.
¿Cómo y cuándo comenzaste a implicarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad?
La Responsabilidad Social entró en mi vida hace aproximadamente diez años, cuando comencé mi labor en la Fundación Española de Enfermedades Priónicas. A partir de ahí, comprendí que sin un enfoque de RSE firme y comprometido, los avances serían mucho más lentos. La RSE se convirtió en una herramienta indispensable para acelerar la visibilidad y el impacto de nuestra causa.
¿Puedes compartir alguna vivencia o anécdota que recuerdes de aquellos primeros años?
Más que una anécdota concreta, destacaría el proceso constante de demostrar, día a día, cómo pequeñas acciones pueden generar grandes cambios. Comenzar desde cero, con muy pocos recursos y visibilidad, me enseñó la importancia de la perseverancia y del poder transformador de la palabra para abrir puertas y cambiar mentalidades.
El desarrollo de la RSE requerirá una inversión considerable de tiempo
¿Cómo describirías el panorama de la RSE cuando empezaste en comparación con la situación actual?
En aquel entonces, muchas empresas consideraban la RSE como algo accesorio, casi prescindible, y solamente asociada a ciertos perfiles empresariales muy específicos. Hoy, afortunadamente, está más interiorizada en muchas organizaciones, aunque todavía queda un largo camino por recorrer para que sea comprendida y aplicada en profundidad.
¿Cuándo conociste a Corresponsables y qué papel crees que ha desempeñado?
Conocí Corresponsables hace ya algunos años y, desde el primer momento, me pareció que era una pieza esencial de este puzzle de la Sostenibilidad. Ha impulsado conexiones clave entre distintos actores, ayudando a abrir mentes y a mostrar que otros horizontes no son solo utopías, sino posibilidades reales. Su trabajo ha tenido un gran valor como catalizador de ideas y buenas prácticas.
¿Qué cambios significativos has observado desde tus inicios en este ámbito?
Sin duda, la evolución de la mentalidad empresarial ha sido uno de los cambios más destacables. Hoy en día hay más apertura, más conciencia y, sobre todo, una mayor proactividad por parte de las empresas en temas sociales y medioambientales.
Nuestro rol como generación anterior será determinante en lo que hagan las nuevas generaciones
¿Cuál consideras que ha sido el mayor aprendizaje en tu trayectoria profesional en RSE?
He podido confirmar algo que ya intuía: que la constancia, el compromiso sostenido y el poder de la palabra son herramientas fundamentales para transformar la realidad. Comunicar bien, con sensibilidad y persistencia, puede cambiar percepciones y generar avances reales.
¿Cómo visualizas el futuro de la RSE y la Sostenibilidad?
Creo que la evolución de la RSE va a requerir una gran inversión de tiempo, y no será un camino fácil. Existen múltiples intereses que continúan frenando su desarrollo. A pesar de ello, si seguimos avanzando con decisión y compromiso, los resultados llegarán.
¿Qué papel deberían tener las nuevas generaciones en esta transformación?
Las nuevas generaciones son imprescindibles para continuar este legado. Pero es importante recordar que nosotros tenemos la responsabilidad de ser ejemplo. No podemos tener expectativas ni exigirles nada si no hacemos nuestro trabajo previo: enseñarles los valores adecuados y mostrarles con hechos el camino que deben seguir.
He podido confirmar el poder de la constancia y de la palabra para transformar mentalidades
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.