Desde sus primeros pasos en el mundo del marketing, María García Díez tuvo clara una convicción que marcaría su trayectoria: “las empresas tienen una responsabilidad que va mucho más allá de los resultados económicos”. En 2016 fundó AREA10 Marketing & Global Communications con un propósito claro: ayudar a las organizaciones a comunicar con autenticidad y estrategia su compromiso con la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad. Para ella, el impacto positivo no es un accesorio reputacional, sino “un eje que transforma negocios y comunidades”.
A lo largo de su carrera, ha vivido en primera persona la evolución de la RSE desde la periferia del discurso corporativo hasta convertirse en una prioridad estratégica. “Hoy, la Sostenibilidad no solo mejora la reputación: es clave de competitividad, resiliencia y viabilidad”, afirma. En ese camino, ha aprendido que la coherencia es el gran diferenciador: “Los grupos de interés distinguen enseguida entre un maquillaje reputacional y un compromiso genuino”.
En esta entrevista para el especial 20º Aniversario de Corresponsables, María rinde homenaje a quienes la inspiraron —desde Max Gosch hasta Eugenia Fierros y su experiencia con Green Norway— y celebra los avances colectivos del ecosistema ESG. “Cada pequeña acción bien comunicada abre caminos”, asegura.
Así, reconoce también el papel esencial de Corresponsables como referente: “Han sido un pilar en mi trayectoria. No solo informan: inspiran, conectan y transforman”. Para ella, el futuro de la Sostenibilidad pasa por la acción decidida, la colaboración y el liderazgo de las nuevas generaciones: “Tienen la responsabilidad, y la capacidad, de consolidar y expandir todo lo logrado”.
María, ¿cómo descubriste el impacto transformador de la Sostenibilidad y qué te llevó a convertirlo en eje de tu labor profesional?
Desde mis primeros años en el mundo del marketing, comprendí que las empresas tienen una responsabilidad que va mucho más allá de los resultados económicos. Fue en una conferencia sobre Sostenibilidad donde me topé por primera vez con el verdadero potencial de la Responsabilidad Social Corporativa. Aquella experiencia cambió mi forma de ver el papel de las marcas: entendí que podían ser agentes de cambio, capaces de generar un impacto positivo en la sociedad y en el medio ambiente.
Esa convicción me acompañó desde entonces, y fue lo que me impulsó a fundar AREA10 Marketing en 2016 con una visión muy clara: orientar nuestra labor hacia una comunicación con propósito, que integrara la Sostenibilidad como un eje estratégico, y no como un simple añadido reputacional.
¿Recuerdas alguna vivencia personal que marcara especialmente tus primeros pasos en este camino?
Sí, por aquella época mi idea de Sostenibilidad era todavía muy limitada. Pensaba que se reducía al reciclaje, y creía que solo algunos «fanáticos» del norte de Europa o de ciertos países latinoamericanos lo tomaban en serio. En España, por aquel entonces, percibía un nivel muy bajo de conciencia tanto a nivel individual como corporativo.
Una de mis primeras campañas con enfoque en RSC se encontró con bastante escepticismo. Muchas personas veían estas iniciativas como simples adornos para mejorar la imagen de marca. Sin embargo, con tiempo, coherencia y mucho trabajo, logramos demostrar el verdadero valor de aquellas acciones, tanto para la empresa como para la comunidad. Fue una gran lección sobre la importancia de la autenticidad: si la RSE no nace de un compromiso real, se nota. Y si lo hace, transforma.
Desde tu perspectiva, ¿cómo ha evolucionado la Sostenibilidad desde tus inicios hasta hoy, y qué claves marcaron ese cambio de enfoque?
Cuando empecé, la RSC se percibía como algo accesorio, casi una actividad secundaria que no interfería en la estrategia principal del negocio. Con el paso del tiempo, hemos asistido a un cambio de paradigma: hoy la Sostenibilidad es una prioridad para las empresas. La transparencia, la rendición de cuentas y el compromiso con prácticas responsables se han convertido en elementos imprescindibles.
A nivel personal, recuerdo con claridad la influencia que tuvo en mí el libro El Desafío de la Sostenibilidad, de Max Gosch, por entonces CEO de UHY Fay & Co.. Su enfoque integral me ayudó a consolidar una visión más ambiciosa y estructurada de esta materia. Creo que supo conectar muy bien los aspectos empresariales con los retos globales, y ese mensaje caló de forma profunda en muchos profesionales y organizaciones.
Corresponsables no solo informa: inspira, conecta y transforma
Y, ¿qué papel ha tenido Corresponsables en esta evolución del ecosistema RSE en España e Iberoamérica?
Conocí a Corresponsables cuando ya era una publicación pionera en la materia, y desde el primer momento me cautivó su claridad de enfoque y su compromiso. Sus artículos no solo informaban, también inspiraban. Fue una motivación real para colaborar y aportar nuestra visión desde AREA10 Marketing.
A lo largo de estos años, han sido una referencia constante en mi trayectoria. Han sabido unir a empresas, entidades y profesionales en torno a una visión compartida de la Sostenibilidad, creando una red con impacto real y duradero. Además, quiero destacar algo que no siempre se dice: el trato personal con sus colaboradores ha sido siempre exquisito. Corresponsables no solo difunde buenas prácticas, también las encarna. Su papel como catalizador y amplificador ha sido clave para que muchas empresas incorporaran la Sostenibilidad como un eje estructural de su identidad y funcionamiento diario.
¿Qué transformaciones clave has observado en estas dos décadas de evolución de la RSC y qué factores crees que han sido determinantes?
Uno de los cambios más significativos ha sido la evolución de la RSC como “opción reputacional” a necesidad estructural. Hoy, las empresas comprenden que su impacto en la sociedad y el medio ambiente no es secundario, sino parte de su propia sostenibilidad económica. Ya no se trata solo de “hacer el bien”, sino de hacerlo bien y con coherencia estratégica.
La incorporación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la creciente presencia de los criterios ESG en las decisiones de inversión han sido puntos de inflexión. Pero también ha influido la presión del consumidor, la regulación más exigente y la urgencia climática. Gracias a todo ello, la Sostenibilidad ha pasado a ser parte del núcleo de las organizaciones, y no una extensión periférica.
¿Qué aprendizajes personales y profesionales destacarías tras tu trayectoria vinculada a la Sostenibilidad?
Uno de los aprendizajes más claros es que la autenticidad marca la diferencia. Las acciones en materia de RSC deben ser coherentes, sostenidas en el tiempo y alineadas con los valores reales de la empresa. Hoy, los grupos de interés distinguen fácilmente entre una acción de maquillaje reputacional y un compromiso genuino.
Además, he aprendido que colaborar multiplica. Las alianzas, tanto con otras empresas como con el Tercer Sector o la administración, son fundamentales para generar impactos reales y duraderos. Y por supuesto, la transparencia: comunicar con claridad, medir resultados y rendir cuentas es la única manera de avanzar con credibilidad.
Colaborar multiplica. Las alianzas, tanto con otras empresas como con el Tercer Sector o la administración
¿Tienes alguna anécdota que refleje bien el espíritu y los desafíos de los primeros años en este campo?
Sí, recuerdo especialmente un proyecto en el que, pese a nuestras ganas e implicación, nos encontramos con múltiples obstáculos, tanto internos como externos. Hubo reticencias, incomprensión y falta de herramientas de medición. Pero decidimos seguir adelante. Con trabajo constante y mucha pedagogía, logramos superar las resistencias y, poco a poco, se fueron viendo los frutos.
Esa experiencia me enseñó que cada pequeño paso cuenta. Que cuando hay convicción, el cambio acaba llegando. Fue una muestra clara de cómo la perseverancia y el compromiso con la Sostenibilidad, incluso en contextos adversos, pueden abrir caminos que al principio parecían imposibles.
¿Y quiénes han sido para ti los grandes referentes o pioneros en este ámbito? ¿Qué entidades o personas destacarías especialmente?
Siempre he sentido admiración por quienes supieron ver el valor transformador de la Sostenibilidad mucho antes de que fuera tendencia. En España, Max Gosch ha sido una fuente constante de inspiración. Su visión estratégica sobre la RSC y su capacidad para conectar propósito y negocio marcaron un antes y un después para muchas empresas, incluida la nuestra.
También destacaría el trabajo que hicimos en AREA10 junto a Eugenia Fierros, de Innovation Norway. Comunicar las buenas prácticas de Noruega en materia de Sostenibilidad en España fue un proyecto que nos motivó profundamente. Recibimos reconocimientos, pero sobre todo comprobamos cómo una comunicación eficaz puede inspirar a smart cities, empresas y ciudadanía a transformar sus prácticas. Ese tipo de colaboraciones nos han demostrado que la RSC no solo se comunica: se construye y se vive.
Green Norway fue un caso de éxito que demostró el poder de una comunicación eficaz
¿Podrías compartir con Corresponsables algún caso de éxito que consideres emblemático en el campo de la RSE?
Uno de los casos más emblemáticos en los que hemos trabajado desde AREA10 Marketing fue el desarrollo y ejecución del plan de comunicación para la Marca Green Norway en España. Se trató de una campaña ambiciosa y estratégica, que buscaba posicionar a Noruega como referente en Sostenibilidad y buenas prácticas en nuestro país.
Por último, María, ¿cómo imaginas el futuro de la RSE y la Sostenibilidad? ¿Qué papel deben asumir las nuevas generaciones en ese legado compartido?
El futuro de la RSE es tan esperanzador como exigente. Las empresas deberán redoblar su compromiso frente a desafíos cada vez más urgentes como el cambio climático, la justicia social o la gestión ética del impacto tecnológico. Integrar la Sostenibilidad en el núcleo del modelo de negocio ya no será una opción, sino un factor decisivo para la viabilidad empresarial.
En ese contexto, las nuevas generaciones tienen una responsabilidad fundamental. Su conciencia ambiental y social, su exigencia ética como consumidores y profesionales, y su mirada global serán clave para consolidar lo avanzado y empujar nuevas formas de hacer empresa. Estoy convencida de que serán los líderes de un futuro más justo, responsable y coherente. Su compromiso marcará la diferencia.
Las nuevas generaciones serán las líderes de un modelo empresarial más justo y coherente
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