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Filósofo, académico e impulsor del pensamiento crítico en el ámbito empresarial, Josep Maria Lozano, Profesor Emérito del Departamento de Ciencias Sociales en ESADE, es una de las voces más lúcidas y lúcidamente críticas sobre la evolución de la Responsabilidad Social en España. Su trayectoria, iniciada a finales de los años 80 cuando “la RSE como tema de estudio resultaba un poco rara en la academia”, ha estado marcada por el esfuerzo constante de tender puentes entre la ética, la empresa y la sociedad.
En esta entrevista, Lozano comparte una visión amplia, comprometida y a la vez realista. “La Responsabilidad Social surgió en una época donde no había muchas expectativas y en la que cualquier avance era significativo”, recuerda. Pero advierte que, con el tiempo, “se han hecho cosas muy distintas y contradictorias en su nombre”, lo que ha generado una cierta trivialización del concepto: “Tengo la sensación de que la definición se ha ido debilitando con el paso del tiempo”.
Desde la fundación del Instituto Persona, Empresa y Sociedad (IPES), en el que trabajó sobre tres ejes, lo social, lo organizacional y lo personal, hasta sus reflexiones actuales sobre el papel de las escuelas de negocios, Lozano ofrece un análisis profundo: “Los problemas mayores en educación de negocios no son solo metodológicos o tecnológicos, sino más bien de formación de personas”. Para él, uno de los mayores retos actuales es comprender que “la Responsabilidad Social va más allá de la lucha contra las malas prácticas”.
Aunque ha desplazado parte de su foco hacia la transformación educativa, insiste en que no ha abandonado el compromiso: “No he dejado los asuntos de Responsabilidad Social, pero estoy poniendo mayor atención en los temas específicamente educativos”. Y lanza una advertencia: “Siento que los problemas que existen para implementar la Responsabilidad Social en las empresas tienen más que ver con actitudes que con falta de capacidades”.
A lo largo del diálogo, Lozano no elude la autocrítica ni la complejidad: “Lo mejor que ha pasado con las áreas de Responsabilidad Social es la calidad profesional y humana de sus gestores”, reconoce. Pero también matiza: “En muchos casos, estos profesionales han sido mucho mejores que las mismas empresas para las que trabajan”.
Con una mirada serena pero incisiva, Josep Maria Lozano pone en evidencia los logros y las asignaturas pendientes de un concepto que, según él, sigue teniendo un enorme potencial transformador… si se aplica con profundidad: “La pretensión de transformación empresarial no se ha producido porque no se ha logrado convencer mayoritariamente a las direcciones de las empresas”.
Josep, ¿cómo fue su primer contacto con la Responsabilidad Social?
Comencé a trabajar en Responsabilidad Social a finales de los 80. En aquel entonces, estaba dedicado a la docencia e investigación en materias de filosofía social y ética empresarial. La RSE como tema de estudio resultaba un poco rara en la academia, pero me dio la impresión de que su figura tendría más sentido en los sectores empresariales que en los enfoques exclusivamente filosóficos o éticos. Esto no significa que estas últimas áreas no sean importantes, pero a veces parecen alejadas de la vida diaria empresarial.
“Tengo la sensación de que la definición se ha ido trivializando y debilitando con el paso del tiempo”
En este escenario, empecé a interesarme por la Responsabilidad Social junto a otros colegas del mundo académico.
¿Cómo surgió la Responsabilidad Social en las primeras empresas que comenzaron a interesarse por ella?
El surgimiento responde a un aumento de la sensibilidad empresarial frente al impacto de sus actuaciones. Había movimientos de crítica y denuncia sobre conductas empresariales reprobables. Asimismo, se generó el interrogante de si las empresas debían tener más bien una preocupación social que una Responsabilidad Social.
“La Responsabilidad Social ha sido víctima de su propio éxito”
A partir de estas reflexiones, comenzó a rodar una bola de nieve de la que todos hemos ido aprendiendo. En algunos casos, los cambios en Responsabilidad Social han sido muy rápidos, pero de hecho, salvo contadas excepciones, esta perspectiva surgió como preocupación social.
En aquella época se creó el Instituto Persona, Empresa y Sociedad (IPES). ¿Cuáles fueron los principales focos de atención de este organismo?
A principios del siglo XXI, el IPES concibió tres dimensiones interrelacionadas: un área social, centrada en la relación de la empresa con la realidad social; un área organizativa, relativa al modelo de negocio de la empresa; y un área personal, relacionada con el desarrollo y los compromisos de las personas.
“Los problemas mayores en educación de negocios no son solo metodológicos o tecnológicos, sino más bien de formación de personas”
Recuerdo que cuando hice mi primer libro quería llamarlo Responsabilidad Social de las Organizaciones (RSO), no Responsabilidad Social Empresarial o RSE. Sin embargo, el editor no me dejó hacerlo porque consideraba que ya era suficientemente difícil entender la idea de RSE. Por lo tanto, tuve que acogerme a las indicaciones y poner mis alcances conceptuales en una nota a pie de página. Ya estaba en el ambiente decir RSE en esa época.
Sin embargo, desde mi punto de vista, es necesario hablar de la Responsabilidad Social de todas las organizaciones, tales como los sindicatos, las ONG, los partidos políticos, entre otros.
Cuando el IPES nació, el organismo tenía dos pilares. El primero, de carácter conceptual, estaba relacionado con los supuestos que fundamentaban nuestra posición. El otro pilar era el de aplicación, cuyo énfasis estaba en la investigación de temas prácticos sobre Responsabilidad Social, por ejemplo, las Inversiones Socialmente Responsables.
Querido Josep, ¿qué recuerda de las primeras direcciones de Responsabilidad Social asesoradas por el IPES?
Recuerdo que los primeros directores de Responsabilidad Social eran cargos que se construían a sí mismos en la medida que se justificaban. Las direcciones de Responsabilidad Social pasaron por tiempos de incomprensión largos.
“Lo mejor que ha pasado con las áreas de Responsabilidad Social es la calidad profesional y humana de sus gestores”
Lo mejor que ha pasado con las áreas de Responsabilidad Social es la calidad profesional y humana de sus gestores. En algunos casos, estos profesionales han sido mucho mejores que las mismas empresas para las que trabajan. A veces, hemos caído en la confusión de que las empresas no están igualmente comprometidas en Responsabilidad Social como los responsables de dichas áreas.
Hubo períodos de un año a otro en que las empresas hacían cambios muy importantes gracias al rol de los directores de Responsabilidad Social, cuyas capacidades humanas y profesionales eran sobresalientes. Con el paso del tiempo, se crearon comunidades de personas comprometidas con el tema y esto generó impulso en distintos sectores empresariales.
¿Qué hitos destacaría de la evolución de la Responsabilidad Social en España?
Lo más destacable ha sido haber diferenciado y separado la Responsabilidad Social de la acción social. Esto no quiere decir que, en general, la confusión de la cultura empresarial mayoritaria sobre ambos conceptos haya cambiado.
“La RSE como tema de estudio resultaba un poco rara en la academia”
Por otra parte, ha existido un proceso importante en relación al desarrollo de herramientas y sistemas de gestión de la Responsabilidad Social. En la actualidad, el rol de los departamentos de Responsabilidad y sus responsables está mejor definido que antes.
La Responsabilidad Social surgió en una época donde no había muchas expectativas y en la que cualquier avance era significativo. Actualmente, hay aires de freno y frustración. La Responsabilidad Social ha sido víctima de su propio éxito porque se han hecho cosas muy distintas y contradictorias en su nombre. Tengo la sensación de que la definición se ha ido trivializando y debilitando con el paso del tiempo.
“Siento que los problemas que existen para implementar la Responsabilidad Social en las empresas tienen más que ver con actitudes que con falta de capacidades”
Salvo excepciones, la mejora extraordinaria que han hecho algunos departamentos de Responsabilidad Social ha provocado cambios pero no transformaciones empresariales. Las empresas la han incorporado como una variable más que deben tener en cuenta. Sin embargo, la pretensión de transformación empresarial no se ha producido porque no se ha logrado convencer mayoritariamente a las direcciones de las empresas.
Creo que es un sentimiento que muchos expertos en Responsabilidad Social comparten.
¿Qué se puede hacer, Josep, para acelerar transversalmente la gestión de la Responsabilidad Social en las organizaciones?
Hay que cuidar las expectativas excesivas. Probablemente, esta agenda de transformaciones necesarias vendrá inducida por agentes exteriores. En el futuro, la RSE debería evitar el debate nominalista sobre su denominación.
Lo que importa es el modelo y la concepción, el nombre depende más de lo adecuado que sea a la cultura de empresa que de lo que digan los supuestos expertos.
¿Siente que la Responsabilidad Social de las organizaciones no se ha ido consolidando con el tiempo?
Lo que se ha consolidado es la Responsabilidad Social de la empresa, como reacción en gran parte a las malas prácticas en las que han incurrido algunas. Aunque no estoy de acuerdo con este enfoque, porque la Responsabilidad Social va más allá de la lucha contra las malas prácticas.
“La pretensión de transformación empresarial no se ha producido porque no se ha logrado convencer mayoritariamente a las direcciones de las empresas”
Además, como las empresas no se han transformado, en muchos casos éstas no han podido generar un liderazgo que las posicione frente a otros actores en este ámbito.
Para concluir, en los últimos años, no se dedica tanto a la Responsabilidad Social, ¿por qué?
Mi evolución intelectual y académica me ha llevado a poner más énfasis en la contribución real que hacen las escuelas de negocios a la transformación empresarial. A veces he dicho que la business education ha sido más business que education.
Además, con el paso del tiempo, he llegado a la conclusión de que los directivos y profesionales tienen también interrogantes sobre su propósito vital, más de lo que uno esperaría. Esto es generalmente un tema tabú en las escuelas de negocios.
“No he abandonado los asuntos de Responsabilidad Social, pero estoy poniendo mayor atención en los temas específicamente educativos”
Hay personas que no están completamente interesadas en desarrollar una competencia específica, sino más bien en encontrar un propósito u objetivo de vida. Las escuelas de negocios deben aprender a abordar esta nueva realidad.
Me interesa contribuir a esta transformación y ver cómo la educación superior puede generar nuevos paradigmas. Los problemas mayores en educación de negocios no son solo metodológicos o tecnológicos, sino más bien de formación de personas y de facilitar y acompañar procesos hacia una mayor calidad humana y profesional.
Siento que los problemas que existen para implementar la Responsabilidad Social en las empresas tienen más que ver con actitudes que con falta de capacidades. No he abandonado los asuntos de Responsabilidad Social, pero estoy poniendo mayor atención en los temas específicamente educativos.
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