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A Ignacio Jiménez no le gusta hablar en mayúsculas ni buscar protagonismos ruidosos. A lo largo de su extensa carrera, ha preferido construir desde la influencia silenciosa y el ejemplo, una cualidad que lo ha convertido en una figura clave en la evolución de la comunicación, los asuntos públicos y la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en España. Su trayectoria, que abarca puestos de primer nivel en compañías como BBVA, Telefónica, Endesa, Liberty y actualmente Cellnex, está siempre guiada por una convicción profunda y constante: “Las empresas deben articular su actividad sobre valores sociales compatibles con los objetivos de rentabilidad”.
Jiménez fue pionero en intuir la necesidad de “elaborar una memoria de actividades precedida de una evaluación en profundidad” en una época en la que la RSE en España era aún “un apéndice poco relevante”. Recuerda con nitidez la “inocencia” que supuso proponer un libro blanco como hoja de ruta, una iniciativa que a la postre se reveló como “una suerte de inoculación de nuevo ADN” para las empresas que apostaban por este cambio.
Con un tono claro y realista, Ignacio sostiene que la Sostenibilidad “seguirá siendo primordial en la vida de las empresas, aunque cambie de nombre”, y advierte de un riesgo actual clave: “Hay que evitar que se vea como un mero sistema de reporting. Debe ser una actitud y un atributo esencial de la estrategia empresarial”.
En este sentido, y con motivo del 20 aniversario de Corresponsables, Jiménez destaca el papel fundamental de la plataforma: “Corresponsables ha sido pionera y consistente, un motor imprescindible que ha facilitado la colaboración y el intercambio de buenas prácticas, dando coherencia y visibilidad a un movimiento que crecía y necesitaba referentes”. Para él, la fuerza de Corresponsables radica en su capacidad de convocatoria y en haber sabido interpretar la ola de responsabilidad social desde sus inicios, contribuyendo de forma decisiva a la consolidación de un ecosistema empresarial más responsable y sostenible.
Ignacio, ¿qué factores te llevaron a apostar por la Responsabilidad Social como un eje relevante dentro de la empresa?
Era evidente que las compañías debían construir su actividad sobre valores sociales compatibles con los objetivos de rentabilidad. No se trataba solo de obtener beneficios económicos, sino de hacerlo de manera responsable, respetando y apoyando a la sociedad en la que operan. Esta visión implicaba un compromiso ético y un cambio cultural profundo dentro de la organización, buscando un equilibrio entre resultados financieros y contribución social. Apostar por la Responsabilidad Social significaba también entender que el éxito empresarial debía ir de la mano con el bienestar de la comunidad y el entorno. Fue una decisión que marcó un antes y un después en la forma de entender el negocio.
“Las empresas deben articular su actividad sobre valores sociales compatibles con los objetivos de rentabilidad”
Si echas la vista atrás, ¿qué momentos recuerdas como reveladores en aquella etapa inicial?
Uno de los momentos más reveladores fue la propuesta de elaborar un libro blanco para marcar el camino de la Responsabilidad Social. Fue una idea bastante pionera para aquel entonces, hace casi 20 años, y aunque parezca una iniciativa sencilla, fue muy innovadora en un contexto donde apenas se hablaba del tema. Esta propuesta generó muchas opiniones encontradas, especialmente críticas de quienes no estaban familiarizados con esta nueva forma de hacer empresa. Sin embargo, ese proyecto representó una especie de «inoculación» de un nuevo ADN en la compañía, sentando las bases para una transformación que hoy es ya una realidad consolidada. Fue una etapa de aprendizaje y apertura al cambio.
A lo largo de tu trayectoria has compartido espacios con muchos actores del ecosistema responsable. ¿Cómo recuerdas tu conexión con Corresponsables?
Me llamó mucho la atención la claridad con la que Marcos supo identificar la importancia de esta ola de responsabilidad social y cómo la potenció con gran habilidad. Corresponsables se convirtió en un referente que unió a muchos actores del sector, mostrando un enorme poder de convocatoria. Su trabajo constante y la capacidad para reunir a profesionales interesados fueron fundamentales para visibilizar y fortalecer la RSE en España. Recuerdo esa conexión con admiración, porque su impulso ayudó a profesionalizar y dar coherencia a un movimiento que estaba en plena expansión.
“Corresponsables ha sido pionero, constante y humilde; ha aportado mucho al sector”
¿Qué papel destacarías de Corresponsables en este recorrido colectivo?
Sin duda, su papel ha sido pionero y consistente. Han realizado un trabajo sostenido, con humildad y constancia, que ha sido clave para la normalización y profesionalización de la RSE. Corresponsables ha creado una comunidad sólida y ha proporcionado recursos, formación y visibilidad a quienes trabajan en este ámbito. Su aportación va más allá de la comunicación, ya que ha sido un motor que ha facilitado la colaboración y el intercambio de buenas prácticas entre diferentes sectores y organizaciones. Este rol ha sido fundamental para que la RSE se consolide y avance.
¿Y cuál fue el primer proyecto concreto de RSE que lideraste directamente?
El primer proyecto fue la elaboración de una memoria de actividades, pero con una particularidad fundamental: partimos de una evaluación exhaustiva y profunda. Esta evaluación nos permitió comprender con claridad en qué punto estábamos, cuáles eran nuestras fortalezas y, especialmente, cuáles los aspectos a mejorar en términos de Responsabilidad Social. A partir de ese diagnóstico, pudimos trazar una hoja de ruta clara y realista para avanzar en la integración de la RSE dentro de la estrategia empresarial. Este proyecto fue clave para establecer un enfoque riguroso y estructurado, que sirvió como base para futuras iniciativas.
“Plantear hacer un libro blanco fue una idea tan inocente como relevante; fue una suerte de inoculación de nuevo ADN”
Desde aquella etapa hasta ahora, ¿cómo describirías la evolución de la RSE?
Cuando comenzamos, la RSE estaba muy poco desarrollada en España; era vista como un aspecto marginal y poco relevante dentro de las empresas. En cambio, en Estados Unidos y algunos países europeos ya había un movimiento más consolidado y claro, con áreas específicas dedicadas a la sostenibilidad y la responsabilidad social. Esta diferencia fue evidente, pero con el tiempo, la tendencia europea y americana se fue trasladando a España, impulsando un cambio progresivo. Hoy la RSE ha dejado de ser un complemento para convertirse en una pieza clave dentro de las organizaciones, reflejando un avance sustancial en su comprensión y aplicación.
¿Con qué tipo de resistencias o desafíos te encontraste al tratar de impulsar este enfoque?
Aunque hubo algunos cuestionamientos internos, en general tuve el apoyo decidido de mis superiores en ese momento, lo que facilitó mucho el camino. Las resistencias más frecuentes venían de la falta de conocimiento o de cierta reticencia natural al cambio, pero no se tradujeron en obstáculos insalvables. También existía una percepción de que la RSE podía ser un gasto innecesario, algo que con el tiempo fue cambiando a medida que se demostraba su valor estratégico y reputacional. Superar estas barreras implicó mucha comunicación, formación y paciencia para que la visión responsable calara en todos los niveles.
“En España, la RSE era un apéndice poco relevante en las organizaciones”
¿Y cómo fue ese proceso a nivel sectorial? ¿Detectaste inquietudes similares en otros profesionales?
Sí, definitivamente. No era un camino solitario, sino que muchos otros directores de comunicación y profesionales estaban interesados en incorporar la RSE y la Responsabilidad Social Corporativa a sus áreas. Había una inquietud creciente y una búsqueda de referencias y modelos que pudieran orientar esta incorporación. Fue un proceso de aprendizaje colectivo, con muchas conversaciones, intercambios de experiencias y esfuerzos por adaptar la RSE a las particularidades de cada empresa y sector. Este dinamismo sectorial fue fundamental para consolidar la responsabilidad social como una práctica extendida y reconocida.
Tras tantos años de evolución, ¿qué aprendizajes personales destacarías sobre la RSE?
Uno de los aprendizajes más importantes es que la Responsabilidad Social va a seguir siendo un elemento fundamental en la vida de las empresas, aunque sus nombres o enfoques puedan cambiar con el tiempo. Lo esencial es que la RSE se mantenga como un compromiso real y duradero, no como una moda pasajera o una obligación formal. He aprendido también que la verdadera transformación requiere tiempo, paciencia y capacidad de adaptación, así como liderazgo comprometido. Esta evolución constante es un reflejo de la complejidad social y ambiental que enfrentamos, y la RSE debe estar siempre lista para responder a esos retos.
¿Y qué balance haces de tu propia trayectoria dentro de este ámbito?
Mi trayectoria ha sido un camino de aprendizaje continuo y adaptación constante. He tratado de estar siempre abierto a nuevas ideas y enfoques para que la Responsabilidad Social no se estancara, sino que evolucionara junto con los cambios sociales y empresariales. Además, he puesto un especial énfasis en ser un motor de cambio e innovación dentro de las organizaciones en las que he trabajado. Este compromiso personal ha sido fundamental para impulsar iniciativas con impacto real y sostenible. En resumen, ha sido una experiencia enriquecedora que me ha permitido crecer profesional y personalmente.
Desde tu experiencia, ¿qué hitos han marcado la evolución de la RSE y su progresiva consolidación?
Uno de los hitos más importantes ha sido la exigencia de rendir cuentas y la integración de la RSE en las memorias de actividad de las empresas. Esta obligatoriedad ha transformado el rol de la responsabilidad social, pasando de ser un tema secundario a un componente clave de la gestión empresarial. Además, la aparición de áreas específicas de sostenibilidad en las organizaciones ha sido otro factor decisivo. Estos hitos han contribuido a profesionalizar el sector y a darle mayor visibilidad y credibilidad. La evolución normativa y la demanda social también han jugado un papel fundamental en este proceso.
“La RSE va a seguir siendo primordial en la vida de las empresas, aunque cambie de nombre”
¿Has observado también una mayor aceptación en las organizaciones?
Sí, sin duda. La RSE ha ido ocupando un lugar mucho más destacado dentro de las estructuras organizativas, dejando de ser una función aislada o meramente comunicativa. Hoy es un enfoque transversal que afecta a diferentes áreas y niveles, lo que refleja un cambio profundo en la cultura empresarial. Esta aceptación creciente ha permitido que la sostenibilidad y la responsabilidad social se integren en la estrategia global, alineándose con los objetivos de negocio. Esta transversalidad es una realidad cada vez más consolidada y necesaria para afrontar los retos actuales.
¿Podrías mencionar alguna empresa que, en tu opinión, haya sido referente en este ámbito?
Creo que DKV ha sido siempre un gran ejemplo de éxito en la aplicación de la Responsabilidad Social Empresarial. Han sabido integrar los valores responsables en su estrategia de manera coherente y efectiva, mostrando un compromiso real con sus grupos de interés y con el medio ambiente. Su enfoque no solo ha generado beneficios reputacionales, sino que también ha aportado valor tangible a la comunidad y al sector en general. DKV representa un modelo a seguir para otras empresas que buscan incorporar la RSE de forma genuina y sostenible.
¿Qué medios o plataformas consideras que han sido pioneros en la promoción de la RSE y la Sostenibilidad?
Sin duda, Corresponsables ha sido una de las plataformas pioneras en este ámbito. Ha jugado un papel fundamental en la difusión, promoción y profesionalización de la responsabilidad social y la sostenibilidad en España. Gracias a su trabajo constante, han creado espacios de encuentro, debate y formación que han facilitado la incorporación de estas prácticas en las empresas. Su influencia ha contribuido a consolidar un ecosistema cada vez más robusto y comprometido. Corresponsables es hoy un referente reconocido para todos los que trabajamos en este sector.
¿Qué crees que ha sido lo más valioso que ha aportado la RSE al tejido empresarial?
Lo más valioso ha sido lograr que la responsabilidad social se convierta en un elemento transversal dentro de casi todos los propósitos empresariales. Esta integración ha transformado la forma de hacer negocios, llevando a las empresas a considerar aspectos sociales y ambientales como parte esencial de su estrategia. La RSE ha permitido que las compañías no solo busquen la rentabilidad, sino que también contribuyan positivamente al entorno y a la sociedad. Esta contribución real y tangible es la verdadera aportación de la responsabilidad social al tejido empresarial.
“Tratar de ser motor de cambio e innovación ha guiado mi evolución profesional”
De cara al futuro, ¿qué te parece fundamental para que la Sostenibilidad se consolide plenamente?
Creo que es fundamental evitar que la sostenibilidad sea vista únicamente como un sistema de reporting o una obligación formal. Debe convertirse en una actitud, en un atributo esencial que forme parte de la estrategia y la cultura empresarial. Para ello, es necesario que la sostenibilidad esté integrada en todos los niveles de la organización y que se promueva como un valor compartido. Solo así se podrá consolidar plenamente y responder a los retos sociales y ambientales que tenemos por delante. La sostenibilidad debe ser una verdadera palanca de innovación y transformación.
Para quienes se inician en este ámbito, ¿qué mensaje o consejo les compartirías?
Les diría que no renuncien nunca a la responsabilidad social. Es un elemento esencial para la aceptación social de una empresa, y esta aceptación siempre beneficia al negocio a largo plazo. Además, la RSE les permitirá desarrollar una visión más amplia y profunda del impacto que tienen sus decisiones, fortaleciendo su capacidad de liderazgo y gestión. Les animaría a ser perseverantes, a buscar alianzas y a formarse continuamente para poder afrontar los desafíos con conocimiento y compromiso. La responsabilidad social es un camino de constante aprendizaje y mejora.
“El gran reto es que la Sostenibilidad no se reduzca al reporting: debe ser una actitud”
Y si pudieras volver a empezar, ¿hay algo que harías de otra forma?
Si pudiera volver atrás, aportaría más prospectiva para acelerar la aceptación de la RSE dentro de las organizaciones. En aquel momento, muchas veces nos movíamos con incertidumbre y sin un marco claro que facilitara la integración rápida y efectiva de la responsabilidad social. Tener una visión más anticipada y estratégica hubiera permitido avanzar con mayor rapidez y convicción. Sin embargo, cada etapa tiene sus aprendizajes, y lo importante es aprovecharlos para seguir mejorando y adaptándose. La prospectiva es clave para estar siempre un paso adelante.
¿Con qué te gustaría que se quedaran quienes recuerden tu paso por este ámbito?
Me gustaría que se quedaran con la idea de que hice una parte del camino, aportando mi granito de arena para que la Responsabilidad Social creciera y se consolidara. No pretendo haberlo cambiado todo, pero sí haber contribuido a sembrar las bases para que otros sigan avanzando. Quisiera que mi paso se recordara como un impulso constante hacia el cambio, la innovación y la integración de valores responsables en la empresa. En definitiva, que mi legado sea un reflejo de compromiso, esfuerzo y visión a largo plazo.
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