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Desde la filosofía hasta la ética aplicada a las organizaciones, Carlos María Moreno ha recorrido un camino excepcional que ha influido profundamente en la reflexión y desarrollo de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en España y más allá. Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Barcelona, con una sólida trayectoria académica que incluye investigaciones en Harvard y docencia internacional, Carlos se ha consolidado como un referente clave para entender el liderazgo ético y su impacto en la gestión empresarial.
Como él mismo señala, «la RSE siempre está por hacer y lo importante es concretar, ajustándose a las posibilidades de cada empresa, al entorno y a la realidad«, un llamado a la acción con rigor y humildad que refleja la naturaleza dinámica y desafiante de esta disciplina. Su visión está marcada por un compromiso constante con la ética organizativa y la imperiosa necesidad de poner en valor lo intangible, aspectos que considera imprescindibles para avanzar hacia la sostenibilidad real y efectiva.
En este sentido, Carlos destaca la importancia de espacios como Corresponsables, que con motivo de su 20 aniversario se ha consolidado como «un agente decisivo tanto en España como en Hispanoamérica«, realizando una labor ingente e inmensa en la difusión, formación y promoción de la RSE. Para él, Corresponsables ha sido más que un medio de comunicación; ha sido un catalizador que ha impulsado el compromiso social y empresarial, acercando la ética a la práctica cotidiana de las organizaciones.
En esta entrevista, Carlos María Moreno comparte sus reflexiones, experiencias y aprendizajes acumulados durante más de dos décadas de dedicación a un ámbito que define como «siempre en construcción«. Con una mirada esperanzada pero realista, ofrece claves para entender los desafíos presentes y futuros de la RSE, reafirmando que el mayor reto es mantener el compromiso ético y la coherencia en un mundo empresarial cada vez más complejo.
Carlos, para comenzar, ¿cómo fueron tus primeros pasos en el ámbito de la Responsabilidad Social?
Comencé mi andadura en la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) con el Informe Delors, que en aquel momento me pareció un documento fundamental y revelador para entender cómo las empresas podían y debían integrar principios éticos y sociales en su gestión. Fue una etapa de mucha curiosidad y aprendizaje, en la que comprendí que la RSE no era solo una moda pasajera, sino una necesidad real para fortalecer el tejido empresarial en Europa y contribuir a un desarrollo sostenible y justo. Esa convicción inicial fue la base sobre la que he construido mi carrera en este ámbito.
¿Cuál fue el primer proyecto concreto que desarrollaste vinculado a la RSE y cómo lo recuerdas?
Mi primer proyecto concreto fue un estudio que realicé enfocado en pequeñas y medianas empresas (pymes) catalanas. Fue una experiencia enriquecedora porque me permitió adentrarme en la realidad de estas organizaciones, muchas de las cuales ya estaban aplicando prácticas responsables aunque sin saberlo ni etiquetarlo como tal. Recuerdo ese trabajo con mucho cariño porque me ayudó a entender que la RSE debe adaptarse al tamaño, recursos y cultura de cada empresa para ser verdaderamente efectiva y sostenible en el tiempo.
«Comencé con el Informe Delors porque creía que era un tema fundamental para las empresas y para Europa»
¿Cuándo y cómo fue tu primer contacto con Corresponsables?
Mi primer contacto con Corresponsables fue gracias a Marcos González. Recuerdo muy bien una conversación informal que tuvimos en un bar de Barcelona, donde me comentó su decisión de dejar Equipos&Talentos para embarcarse en un proyecto que le ilusionaba mucho. Fue un momento que me inspiró porque evidenciaba el compromiso y la pasión con que se podía trabajar por la RSE. Desde entonces, esa relación ha sido muy fructífera, y Corresponsables se ha convertido en un referente imprescindible para la difusión y el impulso de la responsabilidad social.
«Marcos González me inspiró por el compromiso y la pasión con la que trabajaba por la RSE»
En tu opinión, Carlos, ¿qué papel ha desempeñado Corresponsables en el impulso y la consolidación de la RSE en España y Latinoamérica?
Corresponsables ha sido un actor clave, casi un puente entre la teoría y la práctica, entre España y Latinoamérica. Ha realizado una labor ingente de difusión, formación, y generación de redes que ha permitido consolidar la RSE como una prioridad para muchas organizaciones. Su trabajo no solo ha informado y sensibilizado, sino que ha contribuido a crear un ecosistema en el que empresas, instituciones y sociedad civil pueden colaborar para avanzar hacia modelos de negocio más responsables y sostenibles.
¿Cómo describirías el panorama de la RSE cuando iniciaste tu trabajo en comparación con la actualidad?
El cambio ha sido verdaderamente significativo. Cuando comencé, la RSE era un concepto emergente y todavía bastante desconocido para muchas organizaciones, que lo veían con cierto escepticismo o como un añadido no prioritario. Hoy, la evolución es innegable: la RSE se ha consolidado como una estrategia empresarial clave, integrada en la cultura corporativa y en muchos casos, respaldada por regulaciones y estándares internacionales. Sin embargo, también soy consciente de que la responsabilidad es un camino continuo, una meta que nunca se alcanza del todo y que debe renovarse constantemente frente a nuevos desafíos sociales y ambientales.
En tus primeros años, ¿qué desafíos y barreras enfrentaste para promover la adopción de la RSE en las empresas?
Uno de los mayores retos fue convencer a los líderes y equipos directivos de que la RSE no era una moda pasajera ni una simple cuestión de imagen, sino una apuesta estratégica y ética que podía aportar valor a largo plazo. Tuve que trabajar mucho para clarificar conceptos, desmontar prejuicios y mostrar casos concretos que demostraran sus beneficios reales. También encontré resistencia porque algunas empresas ya realizaban prácticas responsables pero sin reconocerlas como tales, lo que dificultaba el diálogo. La clave fue lograr que la RSE fuera asumida como parte intrínseca de la identidad corporativa, no solo como una herramienta externa.
«La RS vino a llegar donde la Ética tenía ciertas dificultades, pero las raíces están en ética organizativa o empresarial»
A lo largo de tu trayectoria, ¿qué lecciones destacas que has aprendido en el ámbito de la RSE?
Una de las lecciones más importantes es que la RSE no es un fin en sí mismo, sino un proceso en constante construcción que debe concretarse y adaptarse a la realidad de cada empresa, sector y contexto social. También he aprendido que la verdadera responsabilidad implica coherencia y transparencia, y que el compromiso debe ir más allá de lo formal para convertirse en una cultura viva dentro de la organización. Por último, la colaboración y el diálogo con todos los grupos de interés son esenciales para que la RSE tenga impacto real.
¿Qué destacarías de la evolución de tu propio recorrido profesional y personal en esta materia durante los últimos 20 años?
He tenido la oportunidad de compartir y transmitir conocimientos en aulas universitarias, donde siempre he insistido en la importancia de la RSE no solo como una disciplina académica sino como una herramienta práctica para transformar la realidad. Personalmente, mi visión se ha ido enriqueciendo con el contacto directo con empresas, profesionales y estudiantes, y con la constatación de que, aunque queda mucho por hacer, cada avance es significativo. Me siento afortunado de haber contribuido a crear conciencia y a formar a nuevas generaciones comprometidas con estos valores.
¿Qué cambios significativos has observado en España en materia de RSE desde que comenzaste?
La conciencia sobre la necesidad de la RSE ha crecido notablemente. Hoy muchas empresas ya no solo la ven como una obligación o una herramienta de marketing, sino como un compromiso auténtico que responde a las demandas sociales y ambientales. También hay una mayor concreción en las acciones, con estrategias definidas, indicadores claros y reportes públicos que aumentan la transparencia. Este cambio responde tanto a presiones externas como a un convencimiento interno cada vez más fuerte.
«Convencer, impulsar, clarificar. Que las empresas la hicieran suya no como una moda más sino por apuesta decidida hacia una responsabilidad mayor»
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más relevantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas?
Un hito fundamental fue que la RSE dejara de ser un tema restringido a ciertos círculos para llegar a la sociedad en general, generando una demanda que también influyó en la agenda política. Esto condujo a la creación de legislaciones y normativas específicas que han permitido avanzar en la institucionalización y normalización de la responsabilidad social. Asimismo, el reconocimiento de la sostenibilidad como un concepto integral ha ampliado el alcance y la profundidad de estas prácticas, vinculándolas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y otras iniciativas globales.
«La RSE siempre está por hacer y lo importante es concretar ajustándose a las posibilidades de cada empresa, al entorno y a la realidad»
Una experiencia que siempre recuerdo con cariño es cuando un empresario de una pequeña empresa me dijo, de manera casi desafiante, que lo que yo le explicaba ya lo venían haciendo desde hacía años y que la RSE para él era solo una moda que vestía mucho a las grandes compañías. Esa conversación me hizo reflexionar sobre la importancia de poner nombre y sentido a las prácticas responsables, para que sean reconocidas, valoradas y difundidas, y no queden solo en el ámbito privado o anecdótico.
¿Quiénes han sido los pioneros y referentes que más han influido en tu visión de la RSE?
He tenido la suerte de aprender de grandes referentes como Josep Maria Lozano de ESADE, Antonio Argandoña del IESE, José Luis Fernández del ICADE-ICAI, y Alberto de Urtiaga de FORÉTICA, entre otros. También figuras como Joaquín Garralda, Josep Miralles y Juan Soto han sido una influencia constante. A nivel de organizaciones, EBEN España y, por supuesto, Marcos González han sido fundamentales para moldear mi visión y compromiso con la RSE.
Hay muchos casos inspiradores, pero entre ellos destacaría a DKV por su integración de la sostenibilidad en el sector salud, HP por su compromiso con la innovación responsable, Bon Área por su enfoque en la economía social y La Fageda por su modelo empresarial inclusivo y ético. Estos ejemplos demuestran que la RSE es posible y rentable cuando se implementa con coherencia y compromiso real.
¿Deseas añadir alguna reflexión o aporte para esta publicación?
Quisiera subrayar que la RSE llegó para complementar donde la ética a veces encuentra dificultades prácticas en las organizaciones. Pero sus raíces están firmemente ancladas en la ética empresarial, que debe ser el cimiento de toda acción responsable. El mayor reto hoy es lograr medir y poner en valor lo intangible, la cultura, la confianza, la reputación, que muchas empresas ya están trabajando en cuantificar para demostrar su impacto real. La ética no puede descuidarse si queremos avanzar hacia sociedades más justas y sostenibles.
«Algunas empresas ya implementaban la RS, pero no se le había puesto nombre»
¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad? ¿Qué retos y oportunidades anticipas para las próximas dos décadas?
Creo que la RSE seguirá siendo una construcción constante, nunca un objetivo cerrado. La sostenibilidad, por su parte, tiene un potencial enorme, especialmente porque las nuevas generaciones parecen tener una sensibilidad y compromiso mayor hacia estos temas. Eso me llena de esperanza. Los retos serán grandes, desde el cambio climático hasta la desigualdad social, pero también hay oportunidades para innovar, colaborar y transformar las organizaciones y la sociedad en su conjunto.
¿Cuál consideras que ha sido tu mayor contribución al campo de la RSE?
Probablemente mi mayor contribución haya sido en el ámbito académico, en las aulas universitarias y en los foros profesionales donde he podido compartir conocimientos, experiencias y reflexiones. Participar en la formación de futuros profesionales que lleven la RSE más allá de las palabras y la conviertan en acción ha sido, sin duda, lo más gratificante.
Si pudieras empezar de nuevo, ¿harías algo distinto?
Sin duda hay cosas que haría de manera diferente, porque toda experiencia enseña. Pero no soy de mirar demasiado hacia atrás; prefiero enfocarme en el presente con una mirada esperanzada hacia el futuro, sabiendo que cada paso dado ha sido parte de un aprendizaje indispensable para crecer y contribuir mejor.
Para finalizar, ¿cómo te gustaría que te recordaran en el ámbito de la RSE?
Me gustaría ser recordado como uno más dentro de un gran movimiento, como alguien que, desde la humildad y la constancia, aportó su granito de arena para que la responsabilidad social dejara de ser una idea abstracta y se convirtiera en una práctica real, accesible y transformadora para muchas organizaciones y personas.
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