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Aurelio López-Barajas, CEO de SUPERCUIDADORES, ha dedicado más de dos décadas a transformar el panorama de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y la Sostenibilidad, no solo desde el discurso, sino desde la acción práctica. “La Responsabilidad Social no es solo un concepto abstracto, es una herramienta de cambio real”, afirma con convicción. Su visión se materializó plenamente con la creación de SUPERCUIDADORES en 2013, una empresa que no solo ofrece soluciones para el cuidado de personas mayores y dependientes, sino que también promueve una cultura de dignidad, accesibilidad y bienestar.
López-Barajas, que vivió de cerca los retos del cuidado al acompañar a sus familiares, tiene claro que la RSE debe ir más allá de los informes anuales y las métricas: “La Responsabilidad Social no debe ser solo un balance, debe ser algo tangible, que impacte la vida de las personas”. Su trayectoria es un claro ejemplo de cómo las empresas pueden ser agentes de transformación social.
En este contexto, Aurelio también dedica palabras de reconocimiento al papel fundamental que Corresponsables ha jugado en la evolución de la RSE. “Corresponsables ha sido el gran altavoz en Iberoamérica, democratizando la información sobre RSE y Sostenibilidad. En su 20 aniversario, es un momento perfecto para reflexionar sobre todo lo que se ha logrado, pero también para seguir avanzando en la construcción de una RSE verdaderamente transformadora”. Para López-Barajas, la contribución de Corresponsables ha sido esencial en el cambio de paradigma hacia una RSE más estratégica, alineada con los ODS y el propósito empresarial.
Para comenzar, ¿por qué comenzaste a interesarte e involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad?
Mi interés por la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) comenzó hace más de dos décadas, cuando ocupaba cargos de alta dirección en empresas comprometidas con la gestión ética y el impacto positivo en la sociedad. No obstante, fue a partir de 2013, con la creación de SUPERCUIDADORES, cuando mi implicación se tornó plena y vocacional. Fundamos SUPERCUIDADORES con el objetivo de dar respuesta a una necesidad social urgente: la profesionalización y el reconocimiento del papel de los cuidadores, tanto familiares como profesionales, y el impulso de una cultura del cuidado centrada en la dignidad, la accesibilidad y el bienestar de las personas mayores y dependientes. Entendimos desde el inicio que la RSE no podía ser un complemento, sino el eje vertebrador de nuestra propuesta de valor.
Mi primer acercamiento profundo a la Responsabilidad Social no fue desde el papel, sino desde la vida. Conviví durante muchos años con el cuidado de familiares dependientes, lo que me hizo experimentar en primera persona los retos invisibles de millones de personas cuidadoras. Esa vivencia personal fue decisiva para entender que la Responsabilidad Social no puede limitarse a los balances o los códigos de conducta, sino que debe tener rostro humano y aplicación práctica.
Recuerdo que cuando empezamos con SUPERCUIDADORES en 2014, muchas puertas se nos cerraban. El cuidado no era un tema atractivo ni mediático, y mucho menos visto como un nicho de innovación social. Asistíamos a foros de RSE donde apenas se hablaba de envejecimiento, de conciliación real, ni de cuidados de larga duración. En ese contexto, nos propusimos cambiar la narrativa: demostrar que los cuidados no eran una carga, sino un eje clave del bienestar social y de la Sostenibilidad.
“La Responsabilidad Social no es solo un concepto abstracto, es una herramienta de cambio real”
Una anécdota muy significativa fue cuando organizamos nuestra primera jornada sobre conciliación laboral y cuidado familiar. Apenas conseguimos apoyo institucional ni patrocinios, pero sí la sala llena de cuidadores anónimos, empresas conscientes y profesionales vocacionales. Aquella jornada no solo nos confirmó que íbamos por el buen camino, sino que nos recordó que la verdadera Responsabilidad Social nace del compromiso y la coherencia, no del presupuesto.
Otra experiencia que recuerdo con cariño fue la vez que una cuidadora, tras formarse con nosotros, nos escribió diciendo: “Gracias por devolverme la dignidad profesional que había perdido”. Ese tipo de testimonios son los que han guiado nuestra hoja de ruta y me han confirmado que una empresa puede y debe ser una herramienta de transformación social.
En definitiva, mis inicios en la RSE estuvieron marcados por la cercanía, la escucha y la convicción de que el impacto real se mide en las vidas que ayudamos a mejorar. SUPERCUIDADORES nació como respuesta a una necesidad y creció como una apuesta decidida por una RSE que no se quede en el discurso, sino que se traduzca en soluciones concretas.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzó en comparación con cómo es hoy?
Hace 20 años, la RSE era percibida principalmente como filantropía o acción social aislada. Existía poca regulación, escasa conciencia entre las pymes y mucha confusión conceptual. Hoy, gracias al esfuerzo de redes, publicaciones y líderes como Corresponsables, la RSE ha evolucionado hacia un enfoque más estratégico, ligado a la Sostenibilidad, la rendición de cuentas y el propósito empresarial. En sectores como el del cuidado, sin embargo, aún queda camino por recorrer: muchas entidades no priorizan el bienestar de sus trabajadores ni la formación continua, lo que supone un reto ético que desde SUPERCUIDADORES tratamos de visibilizar.
¿Cuándo conociste a Corresponsables? ¿Qué papel consideras que ha tenido en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas?
Conocí a Corresponsables en los primeros años de vida de SUPERCUIDADORES. Me atrajo su enfoque divulgativo, su independencia y la calidad de sus publicaciones. Pronto establecimos sinergias, participando en entrevistas, reportajes y jornadas.
“Corresponsables ha sido el gran altavoz en Iberoamérica, democratizando la información sobre RSE y Sostenibilidad”
Corresponsables, por su parte, ha sido el gran altavoz en el ámbito de habla hispana. Ha logrado democratizar la información sobre RSE y Sostenibilidad, posicionarse como referente editorial y conectar a profesionales, empresas e instituciones de todos los tamaños. Ambos han generado un legado indispensable para quienes creemos que otro modelo empresarial es posible y necesario.
¿Qué cambios significativos has observado en esta materia desde que comenzaste?
Los cambios han sido múltiples:
- Se ha pasado de una RSE reactiva a una proactiva, más vinculada al core del negocio.
- Han surgido marcos normativos y estándares internacionales como los ODS, la Ley de Información No Financiera o la directiva europea de Sostenibilidad corporativa.
- Las expectativas sociales han crecido, y hoy se espera que las empresas sean agentes de cambio.
- Ha emergido con fuerza la figura del inversor ético, que exige métricas claras de impacto.
- En el sector de los cuidados, se ha incrementado la conciencia sobre el envejecimiento activo, el derecho a los cuidados dignos y la urgencia de profesionalizar el sector, aunque aún falta mucho por hacer.
Querido Aurelio, ¿cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
Entre los principales hitos destacaría:
- La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como hoja de ruta universal.
- La creación de redes globales y alianzas multiactor que promueven el intercambio de buenas prácticas.
- La presión social ejercida por consumidores, inversores y jóvenes, que ha obligado a repensar el propósito empresarial.
- La consolidación de informes de Sostenibilidad como herramientas de transparencia y mejora continua.
En el ámbito del cuidado, la pandemia de la COVID-19 marcó un antes y un después: visibilizó las carencias del sistema, pero también el valor incalculable de los cuidadores.
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
He aprendido que la RSE no puede improvisarse ni subcontratarse, sino que debe nacer del liderazgo y la convicción de la alta dirección. También que el compromiso social genera rentabilidad a largo plazo, tanto económica como reputacional. Que los pequeños pasos sostenidos en el tiempo transforman más que las grandes campañas puntuales. Y que la RSE no es solo responsabilidad de las grandes empresas: las pymes, los emprendedores sociales y las organizaciones del tercer sector también tienen un papel fundamental.
“Mi primer acercamiento a la Responsabilidad Social fue desde la vida misma”
¿Tienes alguna anécdota que refleje el espíritu y los desafíos de los primeros años de la RSE?
Recuerdo que en los primeros años de SUPERCUIDADORES muchas personas pensaban que lo nuestro era una ONG. Cuando explicábamos que éramos una empresa con ánimo de lucro, pero con vocación de impacto social, algunos se mostraban escépticos. Hoy, ese concepto, empresa socialmente responsable, está más normalizado. Pero demuestra cuán necesario ha sido, y sigue siendo, educar en Sostenibilidad empresarial desde el realismo y la coherencia.
¿Cuáles consideras, Aurelio, que han sido los pioneros en esta materia?
En España, destacaría a Forética, al propio equipo de Corresponsables, a la Red Española del Pacto Mundial y a personas como Juan José Almagro o Alberto Andreu. A nivel iberoamericano, admiro la labor de AliaRSE y del Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi). En el ámbito del cuidado, mis referentes son más silenciosos: son los millones de cuidadores y cuidadoras que entregan su vida a otros, muchas veces sin reconocimiento. Ellos son el verdadero corazón de la Sostenibilidad social.
“La Responsabilidad Social no debe ser solo un balance, debe ser algo tangible, que impacte la vida de las personas”
¿Puedes compartir algún caso de éxito que consideres emblemático en el campo de la RSE?
Un caso que me enorgullece profundamente es el acuerdo entre SUPERCUIDADORES y Fundación Telefónica para formar en competencias digitales a personas mayores y cuidadores. Miles de personas beneficiadas en toda España, con resultados medibles en bienestar, seguridad y autoestima digital. Es un ejemplo de colaboración público-privada con enfoque inclusivo, intergeneracional y transformador.
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de estos años en el campo de la RSE y la Sostenibilidad?
Que la Sostenibilidad no es un destino, sino un proceso. Exige escucha activa, adaptación continua y métricas rigurosas. Sin ética, no hay impacto duradero. Y que ninguna empresa puede sostenerse en el tiempo si no cuida de las personas, el entorno y su propia coherencia interna.
Aurelio, ¿cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad?
El futuro de la RSE pasa por la integración real en los modelos de negocio, la medición de impacto y la transición hacia economías regenerativas. Los retos son enormes: desigualdad, soledad no deseada, crisis climática, brecha digital, cuidados de larga duración… Pero también hay oportunidades: la innovación social, la tecnología al servicio de las personas, la economía plateada y el auge de las inversiones de impacto. Lo importante será no perder el foco humano.
¿Qué papel crees que deben jugar las nuevas generaciones en la continuación de este legado?
Las nuevas generaciones no solo deben continuar el legado, sino cuestionarlo, ampliarlo y adaptarlo. Tienen una visión más transversal, más conectada y más exigente. Son el motor del cambio cultural hacia un modelo empresarial más justo, inclusivo y sostenible. Pero necesitan que les dejemos espacios reales de participación y liderazgo.
“SUPERCUIDADORES nació como una apuesta decidida por una RSE que no se quede en el discurso, sino que se traduzca en soluciones concretas”
Para concluir, añade, si lo deseas, cualquier otra reflexión o consideración que consideres oportuna.
Simplemente agradecer esta iniciativa de Corresponsables, que no solo celebra una trayectoria, sino que ayuda a consolidar una memoria colectiva del movimiento de la RSE en Iberoamérica. Ser parte de esta historia es un privilegio y una responsabilidad.