Desde ARPA Abogados Consultores creemos que el desarrollo de una sociedad no puede medirse solo en datos económicos. También debe medirse por su capacidad de proteger a quienes más lo necesitan. Y la infancia vulnerable, aquí o a miles de kilómetros, nos interpela con fuerza. No es una causa entre muchas. Es un principio: el que nos recuerda que el futuro comienza con cada niño y cada niña al que no dejamos atrás.
La infancia no es una etapa más de la vida. Es el lugar donde todo empieza: los valores, la confianza, la posibilidad de soñar. Y también es, lamentablemente, donde antes y con más crudeza se refleja la desigualdad. Por eso, desde ARPA Abogados Consultores, entendemos que protegerla no es una opción: es una responsabilidad.
Esa convicción es la que nos llevó a colaborar con la Fundación Vicente Ferrer. En nuestro caso, empezamos apadrinando a dos niños en India, y lo seguimos haciendo como parte de una alianza de empresas navarras que ha impulsado cinco proyectos desde 2019. El más reciente ha hecho posible la construcción de un centro educativo y de atención especializada para menores con parálisis cerebral en la aldea de Dornala, en Andhra Pradesh. Un proyecto que mejora directamente la vida de 80 niños y niñas, y también la de más de 350 personas de su entorno: familias, cuidadores, docentes, profesionales de la salud. Es un impacto real. Y es, también, una expresión de valores compartidos.
Antes de esto, se consiguió levantar un centro de atención materno-infantil, una escuela para 80 menores, viviendas dignas registradas a nombre de mujeres, y se facilitó el acceso a la educación de 118 jóvenes mediante el reparto de bicicletas como transporte escolar.
Es un ejemplo de impacto real. Medible, sí. Pero, sobre todo, visible. En los ojos de quienes hoy tienen acceso a atención digna. En la tranquilidad de sus familias. En el trabajo diario de quienes ahora cuentan con medios para acompañarles mejor.
En un mundo en el que a menudo se mide el éxito en cifras o resultados inmediatos, creemos que hay otra forma de crear valor. Una que no siempre aparece en los balances, pero que sí se refleja en los rostros de quienes, gracias a una acción conjunta, acceden a una vida más justa. Y eso, quizás, sea lo más valioso que podemos compartir.
En ARPA creemos en la calidad, el compromiso y la cercanía. Son los valores que definen nuestra forma de trabajar, pero también nuestra forma de estar presentes en aquello que va más allá del ejercicio profesional. Acompañamos a personas, empresas e instituciones desde el conocimiento técnico, sí, pero también desde la voluntad de construir. De impulsar. De sumar.
Esa misma vocación es la que canalizamos a través de Fundación ARPA, que promueve proyectos sociales, culturales, educativos y de colaboración. No lo hacemos por protagonismo, ni por imagen. Lo hacemos por coherencia. Coherencia con lo que defendemos y con lo que creemos.
Más allá de los datos, estos proyectos reflejan lo que ocurre cuando la responsabilidad social se asume con convicción. Se crean oportunidades donde antes solo había límites. Se construyen caminos donde solo había distancia. Y se demuestra que el papel de la empresa no termina en sus propios resultados: empieza cuando es capaz de mejorar la vida de las personas.
Apostar por la infancia no es un gesto simbólico, es una elección profundamente humana. Es reconocer que el desarrollo real comienza cuando se protege y prioriza a quienes más apoyo necesitan. Y es, también, una forma de creer en el poder transformador de las nuevas generaciones, cuando se les brinda la oportunidad de crecer, aprender y construir su propio futuro.
Desde ARPA Abogados Consultores intentamos aportar desde lo que somos: una firma con vocación de servicio, con rigor profesional, pero también con sensibilidad social. Sabemos que no hay un único camino para generar impacto positivo. Pero sí hay una certeza: cuando el bienestar de la infancia se convierte en una prioridad, todos ganamos. Porque cada niño con acceso a educación, a una atención adecuada, a una oportunidad, es una señal de que el futuro puede ser más justo. Y más humano.
También hemos aprendido algo esencial: que no estamos solos. Que cuando varias organizaciones se unen, el impacto se multiplica. Que colaborar no es solo sumar recursos: es sumar talento, compromiso y mirada. Y que el cambio, cuando se sostiene en la coherencia, es posible.
En ARPA seguiremos apostando por ese cambio, porque entendemos que la Responsabilidad Social no es un proyecto externo, sino una actitud que forma parte de nuestro ADN. Y cuando se ejerce con calidad, compromiso y voluntad de transformación, tiene el poder de mejorar vidas y construir un futuro más justo.