Benjamin Franklin escribió: “cuando el pozo está seco, sabemos cuánto vale el agua”. En pleno siglo XXI, esta reflexión cobra más sentido que nunca. El cambio climático ha dejado de ser una amenaza lejana para convertirse en una realidad palpable: sequías, inundaciones y fenómenos extremos nos recuerdan que el agua es el recurso más estratégico y frágil de nuestro tiempo. En Aqualia, lo vivimos cada día y, como gestores de este bien esencial, asumimos la responsabilidad de liderar la transformación hacia una gestión hídrica resiliente y sostenible.
Aqualia es la cuarta empresa de gestión del ciclo urbano del agua en Europa y la novena del mundo. Nuestra misión, desde hace más de medio siglo, es garantizar el acceso al agua y saneamiento en todos los territorios donde operamos, aportando soluciones técnicas, innovación y calidad en cada fase del ciclo integral del agua.
El sector del agua es un aliado clave en la lucha contra el cambio climático. El éxito de las políticas climáticas exige situar el agua como vector estratégico y eje prioritario de actuación. Las actividades del ciclo integral del agua están integradas en el medio natural; por ello, el cuidado ambiental es intrínseco a la gestión diaria de estos servicios. Las empresas del sector debemos operar con eficiencia, pero también gestionar el agua de forma sostenible y respetuosa con el entorno.
Impulsar una transición justa que reduzca el consumo hídrico y energético, definir estrategias de bajas emisiones e implicarse en la recuperación y protección de los ecosistemas son obligaciones ineludibles para garantizar la sostenibilidad del planeta y contribuir al Objetivo 13 de la Agenda 2030: fortalecer la resiliencia y mejorar la adaptación a los riesgos climáticos.
Frente a los retos que marcarán el desarrollo de las próximas generaciones, en Aqualia somos plenamente conscientes de la crisis hídrica provocada por el cambio climático, definida por Naciones Unidas como “la amenaza más grave para la humanidad”. Por ello, nos movilizamos para mitigar esta crisis allí donde estamos presentes, aplicando tecnología avanzada y reduciendo pérdidas de agua mientras optimizamos su consumo.
La innovación y la tecnología son el motor de nuestra transición. Apostamos por la digitalización de redes, la conversión de depuradoras en biofactorías, el uso de energías renovables, la reutilización del agua y la valorización de residuos. Invertimos en soluciones viables para la eficiencia energética y la reducción de la huella de carbono, desarrollando productos y servicios inclusivos y climáticamente inteligentes para avanzar hacia una economía baja en carbono.
Hemos implantado un Sistema de Gestión Energética certificado bajo la norma ISO 50001, estableciendo objetivos cuantificables para optimizar el uso de recursos energéticos. Fuimos la primera empresa del sector en registrar la huella de carbono de toda nuestra actividad en España según la norma ISO 14064-1.
Todo esto se realiza bajo un sólido marco de colaboración público-privada, con un equipo altamente especializado y capacidades técnicas que garantizan la prestación futura de los servicios hídricos con excelencia y bajo el principio de triple sostenibilidad: social, ambiental y financiera.
Nuestra estrategia climática se articula en torno al Plan Estratégico de Sostenibilidad de Aqualia (PESA), una hoja de ruta dinámica y transversal alineada con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El PESA 2024-2026 consolida 43 objetivos en siete líneas estratégicas, desde la emergencia climática y la economía circular hasta la innovación, la ética y la comunicación. Todo ello con un propósito: asegurar el bienestar y el progreso de las personas y comunidades a través de la gestión sostenible del agua.
Se trata de una estrategia basada en la mitigación, la adaptación y la resiliencia. Calculamos y verificamos nuestra huella de carbono en todos los países donde operamos, impulsamos la eficiencia energética, la economía circular y la protección de la biodiversidad. Además, integramos la gestión de riesgos climáticos en la toma de decisiones y colaboramos con administraciones, empresas y sociedad civil para multiplicar el impacto positivo.
La buena noticia es que el cambio es posible. Un ejemplo inspirador es el de la ciudad de Lleida, donde Aqualia ha logrado que el ciclo integral del agua sea neutro en carbono, certificado por AENOR. Gracias a la implantación de energías renovables, la producción de biogás y la eficiencia energética, hemos reducido las emisiones totales en más de un 24% desde 2020. Además, compensamos las emisiones restantes con proyectos de reforestación y protección de la biodiversidad en España y Brasil. La transformación de la depuradora de Lleida en una biofactoría demuestra cómo la innovación y la sostenibilidad pueden ir de la mano para crear soluciones eficientes y respetuosas con el entorno.
Y concluyo como empecé, recurriendo de nuevo a la sabiduría de Benjamin Franklin: “bien hecho es mejor que bien dicho”. En Aqualia, esta máxima guía cada paso de nuestra estrategia. La sostenibilidad no es solo una obligación normativa, sino una oportunidad real para transformar el presente y construir un futuro más resiliente y próspero.
La aparente relajación regulatoria en Europa, o la incertidumbre en el contexto estadounidense, no deben interpretarse como una invitación a rebajar el compromiso. Al contrario: es el momento de redoblar la apuesta por la innovación, la eficiencia y la transformación de las compañías. Solo así lograremos ser más competitivos a largo plazo y responder a las expectativas de una sociedad que exige soluciones reales y medibles.
En Aqualia no nos conformamos con cumplir. Aspiramos a liderar el cambio, convencidos de que el agua es vida y que el futuro de todos depende de cómo la gestionemos hoy. Porque, en sostenibilidad, lo que cuenta no es lo que decimos, sino lo que hacemos.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Internacional Contra el Cambio Climático

