El Día Mundial del Reciclaje es mucho más que una fecha simbólica en el calendario. Es una invitación a repensar nuestro modelo de desarrollo y a entender la sostenibilidad como un concepto integral, que abarca desde el cuidado del planeta hasta la transformación de los modelos económicos y sociales. Hoy, más que nunca, necesitamos evolucionar hacia una visión vanguardista del reciclaje, con una perspectiva holística que no solo abarque el cuidado del medioambiente, sino también la transformación de los modelos económicos, la inclusión social y la innovación tecnológica.
Durante décadas, el reciclaje se ha entendido principalmente como la gestión eficiente de residuos. Sin embargo, debemos aspirar a cerrar el círculo y avanzar hacia sistemas verdaderamente circulares, donde los productos estén diseñados para durar, repararse, actualizarse y volver a entrar en el ciclo productivo. Este enfoque implica rediseñar procesos, materiales y servicios para que el residuo deje de existir como tal y se convierta en recurso.
En este sentido, el sector tecnológico tiene un rol y responsabilidad fundamentales. La electrónica y los dispositivos digitales forman parte de nuestra vida cotidiana y su ciclo de vida tiene un enorme potencial de mejora. En Lenovo somos muy conscientes de que cada decisión cuenta: desde la selección de materiales reciclados en la fabricación, pasando por el diseño modular que facilita la reparación y actualización, hasta la recuperación y reacondicionamiento de equipos, por lo que la sostenibilidad es uno de nuestros pilares fundamentales como compañía.
La innovación tecnológica está abriendo nuevos caminos en materia de reciclaje y economía circular. La inteligencia artificial, por ejemplo, permite optimizar la recogida selectiva, mejorar la trazabilidad de materiales y predecir patrones de consumo para anticipar necesidades de reciclaje. Además, la digitalización facilita la transparencia en las cadenas de suministro y ayuda a crear ecosistemas colaborativos entre empresas, administraciones y ciudadanía.
Las compañías tecnológicas globales, por nuestra capacidad de innovación y liderazgo, tenemos la responsabilidad de marcar el paso. En Lenovo hemos incorporado más de 140 millones de kilos de plásticos reciclados en nuestros productos en los últimos 20 años, evitando así que terminen en vertederos. Nuestro objetivo es que, en 2025/26, todos nuestros PC contengan plástico reciclado postconsumo.
Además, el 92 % de la electricidad que consumimos a nivel global proviene ya de fuentes renovables, lo que nos acerca cada vez más a nuestro compromiso de alcanzar emisiones netas cero en 2050, validado por la Science Based Targets initiative. Y, muy importante, facilitamos la reparación y reacondicionamiento de los dispositivos, ofreciendo garantías ampliadas, piezas de recambio y manuales accesibles. Así, conseguimos que los equipos duren más y puedan tener varias vidas útiles. Servicios como Lenovo Asset Recovery Services ayudan a empresas y administraciones a gestionar de forma segura y sostenible el final de vida de sus equipos, cerrando el círculo de verdad.
Por otro lado, no podemos olvidar que el reciclaje también es una cuestión social. La circularidad debe ser accesible e inclusiva, garantizando que todas las personas puedan participar y beneficiarse de esta transición. Esto implica diseñar productos y servicios pensando en la diversidad de usuarios, facilitar el acceso a puntos de recogida y reparación, y fomentar la educación ambiental desde edades tempranas.
Además, la ética debe estar presente en todo el proceso: desde la extracción responsable de materias primas hasta la gestión transparente de los residuos electrónicos, asegurando condiciones laborales justas y respeto a los derechos humanos en toda la cadena de valor.
El reciclaje, entendido en sentido amplio, es uno de los grandes retos —y oportunidades— de nuestro tiempo. No se trata solo de reducir el impacto negativo, sino de crear sistemas regenerativos que aporten valor ambiental, social y económico. Para lograrlo, necesitamos colaboración radical entre sectores, innovación constante y una visión 360 que sitúe a las personas y al planeta en el centro.
En el sector tecnológico, debemos continuar liderando este cambio, demostrando que es posible combinar progreso, rentabilidad y sostenibilidad. El Día Mundial del Reciclaje es el momento perfecto para renovar nuestro compromiso y acelerar la transición hacia una economía verdaderamente circular, inteligente e inclusiva.
Reciclar no es solo una acción; es una actitud, una estrategia y, sobre todo, una oportunidad para construir juntos un futuro mejor.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Reciclaje 2025