Hay ideas que no envejecen. Una de ellas es que la infancia es el cimiento sobre el que se construye una sociedad sana y justa. Cuidar de los niños y niñas no es solo un gesto de buena voluntad; es sembrar futuro. Cada vez que un niño crece sano, protegido y con oportunidades, la sociedad entera da un paso hacia adelante.
El informe El Estado Mundial de la Infancia 2024, de UNICEF, señala tres fuerzas que marcarán el destino de las nuevas generaciones: la crisis climática, los cambios demográficos y la revolución tecnológica. No son conceptos abstractos, afectarán directamente a cómo crecerán, aprenderán y se relacionarán. En ese contexto, garantizar una buena salud, una educación sólida y un entorno protector no es opcional, sino la única forma de asegurar que el progreso llegue a todos y que las desigualdades no se hereden de una generación a otra.
Una sociedad se puede medir por su PIB, sus exportaciones o su tecnología, pero lo que de verdad la define es cómo cuida a su infancia. Si pueden vacunarse, si reciben apoyo emocional, si tienen un espacio donde aprender y crecer. Una sociedad que deja atrás a sus niños acaba perdiendo mucho más que capital humano, pierde su empatía y su sentido de comunidad.
En Fundación Sanitas llevamos más de 25 años actuando desde la convicción de que mejorar la calidad de vida de las personas a través de la salud, la inclusión y la educación es la mejor forma de construir futuro. Lo hacemos junto a otras organizaciones que comparten nuestra visión, porque sabemos que el impacto real llega cuando se trabaja en red. Queremos que cada niño, nazca donde nazca, tenga acceso a una atención temprana, integral y de calidad.
Un ejemplo reciente es la renovación, en octubre de 2025, de nuestro acuerdo con UNICEF España para reforzar la salud mental de los adolescentes en Lima Norte (Perú). El programa Aligerar las mochilas de las y los adolescentes busca identificar, prevenir y atender de forma temprana los problemas emocionales que afectan a los jóvenes. En él participan profesionales de Sanitas Hospitales y Bupa Perú, que comparten su conocimiento y su tiempo. Más de 200 horas de formación servirán para fortalecer las capacidades locales y ofrecer herramientas a quienes acompañan a estos adolescentes cada día.
Esta colaboración amplía la que iniciamos en 2023 con el tamizaje auditivo universal, un proyecto pionero para la detección temprana de la hipoacusia neonatal, una enfermedad que deriva en falta de audición en los niños y que se puede detectar con una simple prueba y tratar, en su caso. En apenas un año hemos colaborado en la dotación de equipos a centros sanitarios, formado a 61 profesionales y realizado cerca de 2.000 pruebas, con la meta de superar las 9.000 en 2025. Son cifras, sí, pero detrás de cada número hay una historia. Como la de un bebé al que se le detectó a tiempo una pérdida auditiva y que hoy reacciona cuando oye la voz de su madre o el sonido del mar por primera vez.
Ambas iniciativas forman parte de Solidaridad en Acción, el programa de Fundación Sanitas que canaliza la colaboración con entidades sociales de referencia para mejorar el acceso a la salud en colectivos vulnerables. Este modelo combina la financiación con la transferencia de conocimiento médico, fortaleciendo la sostenibilidad de los proyectos y multiplicando su impacto en las comunidades locales.
Para nosotros, colaborar con UNICEF España es mucho más que un acuerdo institucional, es una declaración de principios. El acceso a la salud es un derecho universal y garantizarlo es una responsabilidad compartida. Y cuando esa idea se traduce en acciones concretas, el impacto es doble ya que mejora la vida de la infancia más vulnerable y, al mismo tiempo, transforma la manera en la que trabajamos dentro de la propia compañía.
Entendemos la salud no solo como la ausencia de enfermedad, sino como un motor de transformación social. Cuidar a la infancia es cuidar el futuro y ese futuro se construye cada día, con decisiones pequeñas y sostenidas. Seguiremos invirtiendo tiempo, conocimiento y recursos en reforzar los sistemas públicos, formar a quienes los sostienen y acompañar a las comunidades en su propio desarrollo.
Las decisiones que tomemos hoy, como empresas, como instituciones y como ciudadanos, marcarán las oportunidades de mañana. Invertir en la infancia no es un gesto altruista; es un acto de inteligencia colectiva. Quizá progresar no sea correr más rápido, sino aprender a cuidar mejor. Cuando un niño crece sano y querido, el futuro entero avanza con él.

