Iberdrola lleva más de 20 años contribuyendo a la transformación del sector energético, invirtiendo en redes inteligentes, renovables y almacenamiento energético, apostando por la electrificación con renovables como palanca para construir un modelo energético más seguro, más eficiente, más competitivo y sin emisiones.
El director de la Agencia Internacional de la Energía declaraba en 2024 que estamos entrando rápidamente en la era de la electricidad, apoyada por una revolución tecnológica en el ámbito de la generación eléctrica como la solar o la eólica, que llega también con fuerza a tecnologías en el ámbito de la demanda de energía como los vehículos eléctricos, las bombas de calor y cada vez más aplicaciones en ámbitos industriales.
Es un proceso imparable, que trae consigo grandes oportunidades para desarrollar nuevas industrias, revitalizar sectores existentes y crear nuevos empleos en sectores de futuro, a la vez que se construye una economía más sostenible. En nuestros 20 años apostando por la transición energética tenemos ejemplos muy claros.
Ya en 2018, la Organización Internacional del Trabajo estimaba que la transición energética podría crear 18 millones de empleos netos adicionales en 2030 a nivel mundial, creando 4 empleos verdes por cada empleo basado en fósiles destruido. En el sector somos conscientes de estas oportunidades, pero también del reto para fomentar de forma anticipada las capacidades y la formación en estos nuevos empleos verdes, en un sector que en paralelo debe hacer frente al relevo generacional y a la incorporación de nuevas tecnologías como la digitalización. Hacerlo requiere anticiparse y trabajar activamente con los jóvenes para fomentar estas vocaciones, impartir la formación, y en definitiva, asegurar una fuerza laboral preparada para el sector.
En este sentido, la alianza estratégica Iberdrola – UNICEF es una apuesta para que estas oportunidades lleguen a todos los sectores de la sociedad.
En el marco de la alianza global de UNICEF, Generation Unlimited, contribuimos a conectar a millones de jóvenes del mundo con oportunidades de formación, trabajo e impacto social. En este sentido, cumplimos ya 4 años juntos en la creación de oportunidades para jóvenes en situación de vulnerabilidad en la transición energética, tanto en España como a nivel internacional.
En España trabajamos en alianza con todos los agentes: entidades sociales, Administración Pública, centros de formación y empresas en la cadena de valor de la energía, movilizando a nuestros proveedores y otras empresas instaladoras y asociaciones profesionales de distintos sectores de la transición energética (fotovoltaica, electricidad, aerotermia), y en distintas regiones, demostrando que la transición energética es una fuente de oportunidades para todos. Todos juntos colaboramos en el diseño de cursos de formación, prácticas y empleo que respondan a las necesidades reales tanto de los jóvenes como de la transición energética. Todo ello ha permitido también reflexionar sobre el modelo educativo y de inclusión sociolaboral para estos jóvenes con el objetivo de contribuir a la necesaria revisión de las políticas públicas.
A nivel global, y alineados con la perspectiva de equidad de UNICEF, en Brasil y Somalia, impulsamos proyectos que promueven la innovación, el emprendimiento y habilidades de los jóvenes para enfrentar los efectos del cambio climático, desde la adaptación a la mitigación. También hemos apoyado la plataforma digital Learning Passport de UNICEF aportando contenidos formativos sobre cambio climático y energías limpias, disponibles a los más de 10 millones de niños, niñas y adolescentes que acceden a la plataforma.
Esta alianza forma parte de nuestro compromiso con la sociedad y del convencimiento de que la transición energética es un motor de oportunidades reales a todos los niveles. Está teniendo un efecto tractor en todo el ecosistema. Es un ejemplo de capacidad de la colaboración multiactor para materializar oportunidades, acelerar los plazos y establecer mecanismos de mejora continua. Confiamos en que sirva también para generar más alianzas, más modelos de colaboración y, en definitiva, más impacto para demostrar que la transición hacia una economía verde no es solo una oportunidad ambiental, económica e industrial, es también es una oportunidad social para crear un modelo más inclusivo e integrador con los jóvenes que más lo necesitan.

