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Con una mirada crítica y académica profundamente comprometida con el desarrollo sostenible, Juan Fernando Álvarez Rodríguez, Director de la Especialización en Gestión de Empresas de la Economía Social y Solidaria de la Pontificia Universidad Javeriana, comparte su recorrido en el ámbito de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad. “A partir de un curso impartido por el INDES inicié un camino de estudio y consultorías en Responsabilidad Social Empresarial. Los temas de Sostenibilidad fueron abonados por los trabajos de medición del Pacto Global como herramientas de la RSE”, explica. Desde entonces, su vocación ha estado orientada a integrar la ética, la gestión responsable y el propósito social en el corazón de las organizaciones.
A lo largo de su trayectoria, Álvarez ha dedicado buena parte de su labor académica y profesional a fortalecer el vínculo entre la universidad y la empresa. “Mi trabajo ha sido fundamentalmente en universidades. Hace unos quince años juntamos esfuerzos para escribir un libro sobre Responsabilidad Social Universitaria, lo que nos llevó a participar en programas del Banco Interamericano de Desarrollo y a establecer alianzas con investigadores de diversos países de Latinoamérica”, recuerda. Para él, el ámbito académico es un pilar esencial para generar conocimiento y transformar la práctica empresarial, ya que “la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad son, sobre todo, espacios de aprendizaje colectivo y evolución institucional”.
Durante la conversación, el experto reflexiona sobre la evolución de la RSE en las últimas décadas, reconociendo los avances, pero también los nuevos retos. “Inicialmente, la RSE era entendida como una estrategia de vinculación comunitaria; hoy es parte integral de la gestión corporativa”, afirma. Sin embargo, advierte que la digitalización y las redes sociales han redefinido el papel de las empresas, obligándolas a rendir cuentas de manera más inmediata y transparente. “Existe una perplejidad ante la irrupción de las redes sociales como actor reputacional, y esto ha cambiado radicalmente la forma de relacionarse con los grupos de interés”, añade.
En el marco del 20º aniversario de Corresponsables, Álvarez destaca el papel que ha desempeñado el medio como catalizador de buenas prácticas y como punto de encuentro para el ecosistema iberoamericano de la Responsabilidad Social. “Corresponsables abarca un área con poco desarrollo: estimular las buenas prácticas. Desde esta labor, logra hacer visible que la RSE es una estrategia de valor implicado con la Sostenibilidad y la búsqueda del bien común”, subraya. Además, resalta su aporte como espacio de reflexión colectiva: “Corresponsables ha sido fundamental para consolidar una narrativa compartida en torno a la Sostenibilidad. Veinte años después, sigue siendo una plataforma indispensable para quienes creemos en la gestión responsable como camino hacia un futuro más justo y sostenible”.
Para comenzar, ¿por qué comenzaste a interesarte e involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad?
A partir de un curso impartido por el INDES inicié un camino de estudio y consultorías en Responsabilidad Social Empresarial. Los temas de Sostenibilidad fueron abonados por los trabajos de medición del Pacto Global como herramientas de la RSE.
“A partir de un curso impartido por el INDES inicié un camino de estudio y consultorías en Responsabilidad Social Empresarial”
Ese primer acercamiento me permitió comprender que la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad no son solo conceptos teóricos, sino una forma de gestionar de manera más consciente el impacto de las organizaciones. A lo largo del tiempo, esa inquietud inicial se transformó en una vocación por entender cómo las empresas pueden generar valor más allá de lo económico, fomentando un equilibrio entre crecimiento, ética y bienestar social. Fue así como empecé a involucrarme activamente en proyectos que buscaban alinear el propósito empresarial con el desarrollo sostenible, un campo que continúa evolucionando con fuerza.
Querido Juan, ¿te gustaría compartir todas aquellas anécdotas, curiosidades o experiencias de tus inicios en este tema?
Mi trabajo ha sido fundamentalmente en Universidades. Hace unos 15 años juntamos esfuerzos para escribir un libro sobre Responsabilidad Social Universitaria que nos llevó a participar de programas de fomento del Banco Interamericano de Desarrollo, y en dichos cursos establecimos alianzas con investigadores de diversos países de Latinoamérica.
“Los temas de Sostenibilidad fueron abonados por los trabajos de medición del Pacto Global como herramientas de la RSE”
Como el tema abordado era innovador, logramos tener las puertas abiertas en varias instituciones, pero la apertura llegaba hasta que comentábamos la necesidad de tener prácticas de Responsabilidad Social en el ámbito de proveedores. Descubrimos que esto es una caja negra aún sin develar.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzó en comparación con cómo es hoy?
Inicialmente la RSE era entendida como una estrategia de vinculación comunitaria. Poco a poco esa visión fue cambiando por la incorporación de personal en las empresas y la preocupación por el entorno se hacía cada vez más latente como herramienta de fortalecimiento interno. Eso tuvo cabida hasta la pandemia, donde cada quien volvió a su punto autorreferencial y en la actualidad hay una especie de perplejidad por la irrupción de las redes sociales como actor reputacional.
“Mi trabajo ha sido fundamentalmente en Universidades”
En ese sentido, el cambio ha sido profundo. Pasamos de una RSE reactiva, centrada en la filantropía o en acciones puntuales, a una Responsabilidad Social integrada en la estrategia corporativa, con métricas, reportes y políticas de transparencia. Sin embargo, los nuevos desafíos digitales han transformado el escenario. Las redes sociales exigen una rendición de cuentas inmediata, y las empresas deben aprender a gestionar su reputación en un entorno donde cada acción, mensaje o decisión es observada y valorada por una ciudadanía cada vez más informada.
¿Cuándo conociste a Corresponsables?
Lo conocí por referencia de un colega español. Constatar que buena parte de mis maestros y amigos hacen parte de esta red generó un interés mayor en participar.
Desde entonces, Corresponsables se convirtió en un referente constante para mí. Su trabajo de visibilización, divulgación y conexión entre profesionales del ámbito de la Responsabilidad Social ha sido clave para fortalecer la comunidad iberoamericana en torno a estos temas. Además, me ha permitido seguir de cerca la evolución de las prácticas sostenibles en distintos sectores y reconocer el esfuerzo de aquellas organizaciones que trabajan de manera genuina por un desarrollo más equilibrado y justo.
Querido Juan Fernando, ¿qué papel consideras que ha tenido en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas?
Corresponsables abarca un área con poco desarrollo: estimular las buenas prácticas. Desde este área de acción logra hacer visible que la RSE es una estrategia de valor implicado con la Sostenibilidad y la búsqueda del bien común. Los anteriores son factores fundamentales en los mercados.
“Corresponsables abarca un área con poco desarrollo: estimular las buenas prácticas”
Durante estas dos décadas, Corresponsables ha sabido consolidarse como un espacio de encuentro y aprendizaje, promoviendo la cooperación entre empresas, instituciones académicas y organismos internacionales. Su aporte ha sido decisivo para que la Responsabilidad Social se entienda no solo como una obligación, sino como un motor de innovación y competitividad. Además, ha impulsado la construcción de una narrativa común en torno a la Sostenibilidad, ayudando a traducir los valores éticos y sociales en acciones empresariales concretas.
¿Qué cambios significativos has observado en esta materia desde que comenzaste?
La capilaridad lograda en la región iberoamericana. Hoy es posible observar cómo los principios de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad han trascendido fronteras, permeando distintos sectores y países. La región iberoamericana ha logrado consolidar una red de instituciones, profesionales y empresas comprometidas con generar impacto positivo.
“Inicialmente la RSE era entendida como una estrategia de vinculación comunitaria”
Esta expansión no solo demuestra madurez, sino también un mayor entendimiento colectivo de que el desarrollo sostenible no puede depender de esfuerzos aislados, sino de una colaboración constante entre actores públicos, privados y sociales.
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
Entre los hitos que se destaquen, la irrupción de la pandemia COVID-19 ha sido trascendente. La crisis sanitaria global marcó un antes y un después en la gestión empresarial. Las organizaciones se vieron obligadas a replantear sus prioridades, reforzando la importancia del bienestar de las personas, la digitalización y la resiliencia.
La pandemia evidenció que la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad no son opcionales, sino esenciales para la continuidad del negocio y la estabilidad social. También impulsó una nueva ola de compromisos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), que hoy definen la forma en que las empresas se relacionan con su entorno.
Juan, ¿qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
Conectar RSE con valor estratégico. Esa conexión ha sido la lección más importante: entender que la Responsabilidad Social no puede gestionarse como un área independiente, sino como una parte integral de la estrategia corporativa.
Cuando las empresas alinean su propósito con los valores de Sostenibilidad, no solo generan confianza y reputación, sino que construyen modelos de negocio más sostenibles y resilientes. Aprender a vincular el impacto social y ambiental con los objetivos empresariales es, sin duda, el camino hacia una gestión más inteligente y humana.
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