“La sostenibilidad está presente en cada una de las cosas que hacemos”. Con esa frase, Cristóbal Somarriva, gerente legal, asuntos corporativos y sostenibilidad de Softys Latam, resume una convicción que ha guiado la evolución de la compañía en su estrategia ambiental, social y de gobernanza. Más que un conjunto de metas o indicadores, en Softys la sostenibilidad es un principio transversal, una práctica cotidiana que permea cada área, cada operación y cada decisión.
Con presencia en ocho países, 22 plantas industriales y marcas que lideran el mercado de productos Tissue y Cuidado Personal en Latinoamérica, Softys ha publicado recientemente su Reporte de Sostenibilidad 2024, donde detalla los avances de su Estrategia de Sostenibilidad 2024-2028 La compañía ha adoptado un modelo de gestión donde la sostenibilidad no depende de un área en particular. “Todas las áreas comparten la misma visión. No hay que convencer a nadie, porque ya está integrado desde el business plan”, explicó Somarriva. En el actual ciclo, la sostenibilidad se mantiene como uno de los cinco ejes estratégicos de la compañía.
Uno de los aprendizajes más relevantes, según Somarriva, es que esta integración no puede darse por sentada. “En cada reunión, en cada comunicación, hay que reforzar este enfoque. Es una tarea diaria”. Y es ese trabajo constante lo que ha permitido avances como la reducción de un 42,9% en el uso de agua durante 2024. “Usamos agua, no la consumimos. Vuelve a los cauces. Pero eso no significa que no debamos cuidarla”, enfatizó.
Detrás de esta cifra hay acciones que van desde grandes inversiones en tecnología hasta ajustes cotidianos en las plantas. “Es muy parecido al cuidado que hacemos en nuestras casas: cerrar la llave, revisar las fugas. Pequeñas decisiones que, sostenidas en el tiempo, tienen un alto impacto”. La instalación de nuevas máquinas papeleras en plantas como Altamira, en México, o la modernización de sistemas de recirculación de agua, son ejemplos de ese enfoque mixto entre innovación y hábitos responsables.
Certificación Basura Cero
El mismo principio se aplica a su estrategia de “Basura Cero”, donde 11 plantas ya están certificadas y varias han alcanzado el nivel más alto. “Lo más interesante es que esta meta no se logra en solitario. Requiere alianzas con composteros, ladrilleras, municipios, otras empresas. Es una red colaborativa”, destacó. Esta capacidad de articulación ha sido clave para valorizar residuos y evitar su disposición en rellenos sanitarios.
La estrategia de sostenibilidad no se diferencia entre unidades de negocio. Ya sea en productos de consumo masivo, cuidado personal o soluciones profesionales, Softys mantiene los mismos estándares y objetivos. “No importa la planta, el país ni el producto: el propósito de cuidado es el mismo”, afirmó Somarriva. Eso incluye reducir el uso de plástico virgen en un 50% al 2030 y disminuir en un 22% las emisiones de alcance 3 al 2035.
En el plano social, el programa “Softys Contigo” se ha convertido en el alma de la compañía. Desarrollado en alianza con TECHO, busca mejorar el acceso a agua, higiene y saneamiento en comunidades vulnerables a través de la construcción de baños, torres de agua o de educación en higiene. “No fabricamos solo papel higiénico, toallas o pañales: fabricamos cuidado”, dijo Somarriva. “Y ese cuidado también lo llevamos con nuestras propias manos”. Más de 3.000 colaboradores han participado como voluntarios en estas actividades, que en 2024 beneficiaron a más de 18.000 personas.
“Cada meta representa un camino”
Este contacto directo con las comunidades ha transformado también a los equipos internos. “Es una experiencia que cambia la forma en que entendemos nuestro trabajo. Nos hace ver el impacto real de lo que hacemos cada día”, comentó Somarriva. La meta al 2028 es haber alcanzado a más de 50.000 personas con soluciones concretas de higiene y dignidad.
En términos de diversidad, la compañía ha alcanzado un 25,5% de presencia femenina y un 36,1% en posiciones de liderazgo, con una meta del 50% para ambos indicadores. La inclusión de personas con discapacidad aumentó del 1,8% al 2,3%, acercándose a la meta de 2,5% para 2025.
Respecto al mercado chileno, Somarriva observa una mayor conciencia sobre el valor de la sostenibilidad, aunque advierte una brecha entre expectativas y consumo real. “La gente exige productos sostenibles, pero a veces no puede elegirlos por razones económicas. Por eso es clave ofrecer alternativas que combinen eficiencia, precio y atributos ambientales”.
Finalmente, el director de sostenibilidad de Softys enfatizó que las metas climáticas no son un ejercicio de cumplimiento. “No se trata de números. Cada meta representa un camino, y lo importante es recorrerlo con coherencia. Lo que nos diferencia es que esta convicción está viva en cada rincón de la organización”.
Con una estrategia anclada en el cuidado, un modelo operativo que integra sostenibilidad en cada paso, y una red de alianzas activas, Softys avanza hacia 2030 con una hoja de ruta clara: mantener a las personas en el centro y demostrar, con hechos, que el cambio es posible desde lo cotidiano.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: Desarrollo empresarial sostenible en Chile