De acuerdo con el informe “Perspectivas de la economía mundial” del Fondo Monetario Internacional (FMI), el alza de crecimiento para América Latina y el Caribe en 2025 se elevó a 2.2%. Esta revisión representa un aumento de 0,2 puntos porcentuales respecto al pronóstico anterior y responde a una moderación en los efectos negativos por las políticas arancelarias de Estados Unidos.
“Este crecimiento revisado refleja una región que, a pesar de la incertidumbre externa, ha mostrado cierta resiliencia económica. En el caso peruano, por ejemplo, se proyecta una expansión cercana al 3% para 2025, impulsada por la recuperación del consumo interno y un mayor dinamismo en sectores como minería y servicios”, explica Milagros Torres, subdirectora académica de la Facultad de Negocios de Zegel.
Desde abril, el gobierno estadounidense ha concretado acuerdos comerciales con naciones clave como Japón, Vietnam, Filipinas, Indonesia, Reino Unido y la Unión Europea. Actualmente, las tasas arancelarias alcanzan niveles del 50% en Brasil y del 30% en México, lo que podría complicar su desempeño económico.
En términos globales, el FMI mejoró también su proyección de crecimiento para el Producto Bruto Interno (PBI) mundial de 2.8% a 3% para el próximo año. No obstante, advierte que el contexto internacional continúa siendo volátil. Las tensiones comerciales, la fragmentación geopolítica y la incertidumbre en las negociaciones bilaterales siguen marcando el panorama económico.
Economía en Latinoamérica
En América Latina, el caso de Brasil destaca por su desaceleración: se espera que su economía crezca 2,3% en 2025, una cifra menor al 3,4% registrado en 2024. El FMI alerta sobre un déficit fiscal elevado y altos niveles de deuda pública que podrían comprometer su estabilidad macroeconómica si se concretan nuevos aranceles.
Argentina, que ocupa el tercer lugar en tamaño económico dentro de la región, mantendrá su previsión de crecimiento en 5,5% para 2025 y 4,5% en 2026. El FMI proyecta una inflación anual de entre 18% y 23% para fines de este año, lo que representaría una notable mejora frente al contexto hiperinflacionario de años anteriores.
Aunque el informe no especifica datos para todos los países latinoamericanos, el FMI advierte que las tensiones geopolíticas en curso podrían alterar las cadenas globales de suministro y presionar al alza los precios de materias primas, lo que afectaría especialmente a economías dependientes de exportaciones como Perú, Colombia y Chile.
“En un contexto como el actual, es clave que los países latinoamericanos fortalezcan sus políticas fiscales y diversifiquen sus economías. Según el Banco Mundial, solo el 17% de las exportaciones de América Latina corresponden a productos manufacturados, frente al 64% en Asia oriental. Este es un dato que evidencia la urgencia de apostar por la innovación y la competitividad regional”, concluye Torres.