No toda la energía se aprovecha de la misma manera. Durante años, el desarrollo de la energía solar se ha apoyado en grandes campos fotovoltaicos construidos lejos de los verdaderos puntos de consumo: las ciudades. Sin embargo, desde Onyx Solar damos un paso más allá, integrando esa generación de energía directamente en los núcleos urbanos.
La respuesta es cada vez más evidente. Generar electricidad en el mismo lugar donde se consume no solo mejora la eficiencia del sistema, también permite avanzar hacia una sostenibilidad más profunda y coherente. La integración fotovoltaica en edificios, o BIPV, convierte cada construcción en una fuente de energía limpia, sin ocupar suelo adicional, sin necesidad de transportar la energía desde ubicaciones lejanas y sin comprometer el diseño arquitectónico.
Llevar la energía al edificio o llevar el edificio a la energía
Por otro lado, las huertas solares están, en su mayoría, lejos de los entornos urbanos. Esto obliga a transportar la energía hasta los puntos de consumo, con pérdidas en el camino y sobrecarga en la red eléctrica. El BIPV, en cambio, evita ese problema. Al producir la energía justo donde se necesita, se alivia la red, se reduce la presión sobre el entorno rural y mejora la eficiencia del sistema.
Además de estos beneficios, aporta una ventaja clave: la resiliencia. En caso de apagón, un edificio con integración fotovoltaica no depende de una instalación remota. Puede seguir funcionando gracias a su propia generación solar. Por ejemplo, esta autonomía energética es clave para hospitales, centros públicos, viviendas o cualquier espacio que no puede detener su actividad.
Cuando la red cae, el edificio sigue en pie
Otro aspecto a tener en cuenta es que el retorno de inversión del BIPV va mucho más allá de la electricidad generada. A diferencia de los campos solares, sustituye elementos constructivos como fachadas, lucernarios o marquesinas. Esto significa que, además de generar energía limpia, aporta aislamiento térmico y acústico, mejora el confort interior y reduce el consumo energético del inmueble.
No se trata solo de instalar tecnología solar, sino de replantearse la envolvente del edificio como un sistema activo y eficiente. Onyx Solar lleva años desarrollando soluciones fotovoltaicas que permiten integrar esta tecnología sin ocupar espacio adicional y sin alterar la estética ni la funcionalidad del edificio. Es una inversión que mejora el comportamiento energético y aumenta el valor del conjunto construido.
Sin ocupar suelo, sin transformar paisajes
Las ciudades concentran el consumo energético, pero también ofrecen una oportunidad desaprovechada: millones de metros cuadrados de superficie edificada con potencial para generar electricidad. ¿Por qué no aprovecharlos?
El BIPV no compite por el uso del suelo ni transforma el entorno natural. Al contrario, se adapta a cada proyecto y a sus necesidades, sin añadir carga visual ni estructural. Es una solución urbana, integrada, adecuada tanto para obra nueva como para rehabilitación.
Sostenibilidad desde la arquitectura, no solo desde el territorio
La transición energética no solo depende de cuánta energía renovable generemos, sino de cómo lo hacemos. El BIPV representa una evolución necesaria: energía limpia, generada en el punto de consumo, con beneficios adicionales que mejoran tanto el rendimiento energético como la funcionalidad del edificio.
Las huertas solares seguirán teniendo su papel, pero si queremos que lo sostenible lo sea aún más, conviene mirar hacia arriba, hacia nuestras propias fachadas y cubiertas. Allí está la oportunidad de generar energía sin ocupar más espacio. De construir entornos que consuman menos, produzcan más y estén mejor preparados para el futuro.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Arquitectura Saludable