¿Por qué es tan importante apostar por la diversidad en el entorno laboral, especialmente cuando hablamos de personas con discapacidad?
En nuestra trayectoria como entidad, hemos podido observar cómo apostar por la diversidad en el ámbito laboral es fundamental para la inclusión y la autonomía de las personas, en concreto, las personas con discapacidad, pero también para que las empresas tengan una buena salud. Esto se explica principalmente porque los equipos diversos tienden a ser más creativos; abordan mejor la resolución de conflictos; y son más flexibles. Los equipos en los que hay personas con discapacidad tienen mayores posibilidades de enriquecerse con la diferencia de perspectivas y este es un beneficio para toda la plantilla, pero que también se refleja en el resultado del trabajo y en cómo es percibida la compañía desde fuera, siendo un atractivo para atraer talento dentro de la empresa. Además, una empresa que apuesta por incorporar talento con discapacidad, permite que el trabajo esté al alcance de todos independientemente de su condición, y esto es muy positivo hoy en día debido a la escasez de talento que existe en el mercado laboral.
¿Cuáles dirías que son las claves para construir una plantilla realmente diversa e inclusiva?
La contratación de personas con discapacidad es muy importante, pero la clave está en que estas contrataciones sean de calidad, y que perduren en el tiempo. Es ahí cuando podemos decir que el proceso de inclusión se ha llevado a cabo con éxito. Para ello debemos tener un equipo sensibilizado que sea capaz de ver la discapacidad como algo familiar y normalizado. También es importante facilitar igualdad de oportunidades en la experiencia del empleado, desde el momento que se pone en contacto con la empresa y participa en el proceso de selección para optar por el puesto, adaptando el proceso a las necesidades de la persona para que pueda centrarse en su talento y capacidades. La escucha es muy importante. Preguntarle a la persona qué necesita para poder hacer sus tareas al igual que el resto de sus compañeros o qué necesita para poder ser entrevistado en igualdad de condiciones. No debemos dar nada por hecho.
También hay que procurar que exista una verdadera integración con su equipo de trabajo y garantizar los apoyos psicosociales necesarios para que la persona pueda adaptarse al entorno y sentirse a gusto, para tener autonomía y poder desarrollar todas sus capacidades y talento.
Desde la Fundación Randstad, ¿qué palancas identificáis como esenciales para impulsar esa diversidad en las empresas?
Una de las principales palancas es establecer en las compañías una estrategia de inclusión de la discapacidad, que venga impulsada desde el Comité de Dirección y baje a todas las capas de la compañía. Para ello, es esencial la sensibilización y el conocimiento de la diversidad y la discapacidad en todos los empleados, para conseguir una actitud más proactiva hacia la inclusión, y que las personas con discapacidad estén verdaderamente integradas en su puesto de trabajo.
También es importante garantizar la accesibilidad adecuada y aprovechar la tecnología para facilitar las tareas, que mejoren mucho la eficiencia y los resultados del trabajo, favoreciendo así una contratación de calidad.
No debemos de olvidar que una de las palancas fundamentales para el acceso al empleo y la mejora de las oportunidades laborales es la formación. Por eso en Fundación Randstad procuramos brindar formaciones en diferentes ámbitos y especializaciones, para que las personas puedan mejorar sus oportunidades profesionales y las empresas puedan encontrar profesionales especializados que incorporar en sus compañías.
¿Qué barreras siguen existiendo hoy en día para la inclusión de personas con discapacidad en el ámbito laboral?
Paradójicamente, en un mundo tan conectado y con información abundante, la principal barrera que hoy existe para la inclusión es el desconocimiento y los sesgos que tenemos con respecto a la discapacidad. No sabemos qué nos vamos a encontrar a la hora de plantearnos contratar a una persona con discapacidad; cómo abordar la contratación, o cómo hacer para que la persona contratada cuente con los apoyos necesarios para llevar a cabo su trabajo como el resto de sus compañeros y cumpla con los objetivos establecidos en las compañías, estas son las dudas que tienen muchas empresas cuando se acercan por primera vez a la contratación de personas con discapacidad en sus planillas. Por eso es tan importante ponerse en contacto con entidades expertas en el empleo y la discapacidad, como Fundación Randstad, así como dar visibilidad a las empresas inclusivas que sirven como ejemplo para otras empresas que están emprendiendo el camino hacia la diversidad.
¿Puedes compartir algún ejemplo o buena práctica que os haya inspirado especialmente en este camino hacia la inclusión?
Los ejemplos son muchos a lo largo de estos más de veinte años. Son incontables las empresas que creen en la diversidad y que apuestan por una verdadera integración de las personas con discapacidad en el ámbito laboral, con lo cual, es difícil señalar un caso de éxito. Diría que para mí el éxito mayor es que las empresas se sigan sumando, que estén dispuestas a tener equipos diversos y año tras año sean más las que abran las puertas al talento con discapacidad. El trabajo que realizan estas empresas, reconocemos en los Premios Fundación Randstad donde premiamos a aquellas empresas que tienen en sus plantillas personas con discapacidad y que realizan proyectos enfocados a conseguir la inclusión real. Es una forma de reconocer el trabajo y también de inspirar a otros. Este año cumplimos 20 años premiando a grandes empresas, pymes y proyectos sociales que ayudan a mejorar la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad en el entorno laboral.
¿En qué medida consideras que la diversidad es un valor estratégico y no solo un compromiso ético para las organizaciones del siglo XXI?
La diversidad es fundamental como valor estratégico de las compañías, sobre todo desde que los criterios ESG pasaron a tener un gran protagonismo en las estrategias de las empresas. Ya no solo procuran tener plantillas diversas por un compromiso ético. Ahora tienen que seguir unos valores en donde se tengan en cuenta factores del medio ambiente, de gobernanza y sociales. Está claro que una empresa diversa, es percibida de una forma mucho más positiva por proveedores, clientes y aliados; algo muy importante desde el punto de vista estratégico, pero hasta que la diversidad no se normalice del todo en los puestos de trabajo, lo más importante es hacerlo con convicción, no porque sea un requisito que deja a la empresa bien posicionada, sino porque realmente la diversidad mejora la vida de todos.
¿Qué mensaje lanzarías a las empresas que aún no han dado el paso hacia una gestión activa de la diversidad?
Les diría que se animen, ya son muchas las empresas que han dado ese paso hacia la diversidad y que son ejemplo de cómo el contar con personas con discapacidad en los equipos puede aportar mucho valor. Con disposición y creando alianzas con expertos en este ámbito, las empresas pueden tener un rol protagónico en materia de inclusión.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.