‘Cumplen’ es una asociación que busca la excelencia en el Cumplimiento Normativo. ¿Qué impulsó a sus fundadores a constituirse como tal?
La constitución de Cumplen como asociación profesional sin ánimo de lucro dedicada a la excelencia en el cumplimiento normativo fue impulsada por la necesidad percibida por un grupo de profesionales que lideraban las funciones de Compliance en destacadas compañías españolas e internacionales. Estos fundadores observaron un vacío importante en el tejido profesional español: faltaba un foro neutral, colaborativo y especializado que no solo promoviera las mejores prácticas del cumplimiento normativo, sino que también sirviera como punto de encuentro para los expertos del área y como altavoz de la creciente importancia estratégica del Compliance en el mundo corporativo.
La fundación de Cumplen en 2014 respondió, por tanto, a la voluntad de crear un espacio común que contribuyera al desarrollo, profesionalización y visibilidad de la función del Compliance Officer, y que lo hiciera desde una postura independiente, rigurosa y comprometida con la ética, la transparencia y la responsabilidad. Desde sus inicios, Cumplen se propuso ser mucho más que una asociación sectorial: aspiró a convertirse en una comunidad activa de profesionales que compartieran conocimientos, experiencias y reflexiones, capaces de influir positivamente en la transformación cultural de las organizaciones hacia una gestión basada en la integridad.
Este impulso inicial se alimentó también de un contexto en el que la normativa sobre responsabilidad penal de las personas jurídicas, el refuerzo de la legislación anticorrupción y el incremento de la presión regulatoria en diversos sectores colocaron al Compliance en un lugar central dentro de la gobernanza corporativa. Por tanto, los fundadores de Cumplen vieron no solo la oportunidad, sino la urgencia de promover una cultura de cumplimiento que fuese más allá del mero acatamiento legal: una cultura que ayudara a afianzar la confianza de los stakeholders, optimizar procesos internos, prevenir el fraude y asegurar la sostenibilidad ética de las organizaciones.
¿Cómo ha evolucionado la normativa relativa a sostenibilidad, gestión ética y Responsabilidad Social en España a lo largo de los últimos 10 años?
En los últimos 10 años, la normativa en España sobre sostenibilidad, gestión ética y responsabilidad social ha pasado de un enfoque voluntario a uno obligatorio y estructurado. La transposición de la Directiva europea 2014/95/UE mediante la Ley 11/2018 introdujo la obligación de que grandes empresas informen sobre aspectos no financieros. Posteriormente, regulaciones como el Reglamento de Taxonomía (UE 2020/852), el SFDR y la nueva Directiva CSRD han ampliado y endurecido los requisitos de reporte ESG, afectando tanto a grandes empresas como, progresivamente, a medianas. Además, la futura trasposición de la Directiva sobre Diligencia Debida (CSDDD) reforzará aún más la responsabilidad empresarial en derechos humanos y medioambiente. En conjunto, estas normas han impulsado una integración más profunda de la sostenibilidad y la ética en la gestión empresarial.
¿Las normas actuales en materia de gestión ESG son de difícil cumplimiento para las empresas españolas?
Sí, las normas actuales en materia de gestión ESG (ambiental, social y de gobernanza) pueden resultar de difícil cumplimiento para muchas empresas españolas, especialmente para las pequeñas y medianas. Esto se debe a varios factores: el incremento en el volumen y la complejidad de las exigencias regulatorias (como la Directiva CSRD, el Reglamento de Taxonomía o la futura CSDDD), la necesidad de recopilar datos no financieros de forma sistemática y verificable, y la falta de recursos técnicos o humanos especializados. Aunque estas normativas buscan una mayor transparencia y sostenibilidad, su aplicación práctica exige inversiones en formación, tecnología y consultoría que no siempre están al alcance de todas las compañías.
¿Qué sugerencias plantearíais a los diferentes gobiernos autonómicos, nacionales y europeos en materia de regulación y normativas socialmente responsables?
A los diferentes gobiernos autonómicos, nacionales y europeos se les podría sugerir que, en materia de regulación y normativas socialmente responsables, adopten un enfoque equilibrado que combine exigencias claras con apoyo efectivo al tejido empresarial. En primer lugar, sería deseable una mayor armonización normativa entre niveles institucionales para evitar duplicidades o contradicciones legales. Asimismo, se recomienda que las regulaciones contemplen una adaptación por tamaño y sector, especialmente para las pymes, que a menudo carecen de recursos para implementar estándares ESG complejos.
Además, sería valioso establecer incentivos económicos, como beneficios fiscales, subvenciones o líneas de financiación preferente, para aquellas empresas que integren principios de sostenibilidad, equidad e integridad en su estrategia de negocio. También se debe invertir en la formación de profesionales y en la divulgación de buenas prácticas, favoreciendo así la cultura de la responsabilidad social desde la base. Por último, los gobiernos deberían apostar por una supervisión rigurosa pero proporcionada, evitando una burocracia excesiva, y centrarse en medir el impacto real de las acciones responsables, más allá del mero cumplimiento formal. Esto contribuiría a generar un ecosistema normativo más eficaz, inclusivo y alineado con los retos sociales y medioambientales actuales.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: Diez años de ‘Encuentros Cumplen’