Entrevista para Corresponsables con Sophie Graham, Directora de Sostenibilidad de IFS, en la que analiza la evolución de la estrategia ESG de la compañía y el papel central de la tecnología para acelerar la transición sostenible en sectores industriales complejos. IFS es una compañía tecnológica global especializada en software empresarial e IA Industrial, para industrias intensivas en activos —como energía y utilities, fabricación, aeroespacial, defensa, construcción, telco o servicios— que opera en más de 80 países y ofrece soluciones de software industrial con IA embebida para conectar datos, procesos y operaciones en tiempo real en todo el mundo.
Sophie Graham detalla cómo la sostenibilidad se ha integrado en la estrategia corporativa de IFS a través de tres pilares —impacto interno, impacto en su ecosistema e impacto a través de sus clientes— y explica el desarrollo de herramientas como IFS Sustainability Management, Emissions Management o soluciones basadas en inteligencia artificial que permiten automatizar métricas ESG, calcular la huella de carbono y cumplir con las nuevas normativas internacionales. La directora de Sostenibilidad también reflexiona sobre la importancia del reporting, la colaboración, la innovación y el papel de las personas como motor para transformar los modelos de negocio hacia una gestión responsable y eficiente.
¿Cómo ha evolucionado la estrategia de sostenibilidad de IFS en los últimos años y qué papel juega hoy dentro de la estrategia global?
Me uní a IFS en 2021, en un rol que no existía antes, así que mi enfoque principal al inicio fue establecer y desarrollar una estrategia de sostenibilidad vinculada a los retos de la empresa. Hoy tenemos una estrategia basada en tres pilares.
El primero es la excelencia en nuestro trabajo, es decir, el impacto directo que podemos tener en nuestras operaciones, empleados y oficinas. El segundo es el impacto más amplio en el ámbito donde operamos. Y el tercero es cómo apoyamos a nuestros clientes para abordar sus retos de sostenibilidad, que es donde podemos tener mayor impacto.
Con todo esto, la sostenibilidad se ha convertido en un eje estratégico transversal en IFS —lo que llamamos sustainability embedded—. En los últimos años la hemos integrado en cada área del negocio, desde el producto hasta las operaciones, y hemos lanzado soluciones como IFS Sustainability Management y Emissions Management, que permiten automatizar métricas, calcular la huella de carbono y cumplir con normativas como la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa.
Hoy la sostenibilidad no solo guía nuestras decisiones internas, sino que también es una ventaja competitiva y un valor diferencial para nuestros clientes, empleados e inversores. El año pasado uno de nuestros inversores estimó que, asumiendo un alcance del 100 % en nuestras industrias principales, IFS podría tener un impacto positivo de hasta el 2 % en las emisiones globales, algo enorme. Pocas empresas pueden afirmar tener ese impacto sistémico, y eso me emociona y motiva tanto a mí como a mi equipo.
En el ámbito medioambiental, ¿cuáles son las principales líneas de acción que se están impulsando?
En IFS tenemos líneas de acción internas y externas. Internamente trabajamos en tres áreas principales: Reducir el carbono en nuestras operaciones, Reemplazar la energía que usamos por energía renovable o verde. Y el punto probablemente más importante: trabajar con nuestros proveedores y socios para buscar maneras de reducir juntos las emisiones del alcance 3, que es la parte más difícil.
Además, invertimos en créditos de carbono de alta calidad mediante un acuerdo de financiación a cinco años y contamos con objetivos Science-Based Targets para la reducción de emisiones hacia 2030. Durante los últimos tres años nuestras oficinas han funcionado con electricidad 100 % renovable, y hemos puesto en marcha una Green Facility Strategy, una estrategia para priorizar oficinas con credenciales verdes y más eficientes en agua y energía.
En cuanto a las líneas externas, trabajamos en cinco frentes con nuestros clientes: gestión de emisiones (alcances 1, 2 y 3), operaciones circulares, sostenibilidad en la cadena de suministro, activos sostenibles y alto rendimiento, cumplimiento normativo y cálculo de emisiones
Y, aunque hemos avanzado mucho, todavía queda camino. Hace unas semanas lanzamos Sustainability Innovators, una red de nuestros clientes más importantes para innovar y colaborar en soluciones, porque nadie puede resolver solo estos grandes desafíos.
IFS trabaja con empresas de diferentes sectores. ¿Cómo contribuyen sus soluciones tecnológicas a impulsar la sostenibilidad en sus clientes y en la cadena de valor?
Exacto. Trabajamos con sectores muy exigentes en materia de sostenibilidad: industrias intensivas en activos, altamente reguladas, con operaciones y cadenas de suministro complejas, y datos a nivel mundial. Estas industrias representan buena parte de las emisiones globales y enfrentan una presión creciente para descarbonizarse por parte de reguladores, empleados, inversores y clientes.
Pero también hay una enorme oportunidad económica: las mejoras operativas generan beneficios económicos y, al mismo tiempo, beneficios ambientales. Innovaciones como el acero verde o el hidrógeno son importantes, pero requieren grandes inversiones. En cambio, el software, la inteligencia artificial y los datos son facilitadores de cambio altamente escalables.
La tecnología de IFS ayuda a las empresas a tomar decisiones más inteligentes y sostenibles cada día, integrando la sostenibilidad en el corazón de sus operaciones: fabricación, gestión de la cadena de suministro, mantenimiento predictivo de activos críticos…
En sectores como energía, aeroespacial o fabricación, nuestras soluciones permiten calcular emisiones en la cadena de suministro y en los activos, lo que permite operar de forma más eficiente y en tiempo real.
¿De qué manera la innovación, especialmente la digitalización y la inteligencia artificial, puede acelerar la transición hacia un modelo empresarial más sostenible?
Creo firmemente que la inteligencia artificial —especialmente la inteligencia artificial industrial— está acelerando la transición hacia modelos más sostenibles de tres maneras principales: permitiendo a las industrias ser más eficientes, transformando su modelo empresarial, aprovechando mejor los datos de sostenibilidad para tomar decisiones más informadas
En eficiencia, por ejemplo, tenemos una solución de planificación de trabajos en campo, que utiliza IA desde hace tiempo. Su capacidad de actuar de forma autónoma y dinámica ha permitido una optimización del 98 %, reduciendo significativamente el trabajo manual, y una reducción del 37 % en distancias de viaje, con el consiguiente ahorro de emisiones.
En transformación empresarial, contamos con IFS Copley, una herramienta que ayuda a planificar inversiones en activos a largo plazo, considerando miles de posibles escenarios e incorporando riesgos climáticos, retos de carbono, agua, etc. Esto permite integrar la sostenibilidad en el corazón de la planificación estratégica.
Y, por último, en gestión del rendimiento, nuestros sistemas permiten predecir tendencias, optimizar recursos y tomar decisiones en tiempo real basadas en datos confiables. Nuestra colaboración con PwC ha sido clave para desarrollar módulos alineados con exigencias normativas y asegurar que los datos utilizados sean rigurosos.
IFS pone el foco en las personas como motor del cambio. ¿Qué políticas o iniciativas están desarrollando para fomentar la diversidad, la formación y el bienestar dentro de la organización?
La cultura corporativa de IFS es uno de nuestros mayores activos. Impulsamos programas de bienestar, formación continua y diversidad. Celebramos iniciativas como el voluntariado corporativo, donde más del 25 % de nuestros compañeros participa cada año, utilizando su día de voluntariado. Es una forma clave de que los empleados se sientan vinculados a la estrategia de sostenibilidad.
Además, contamos con IFS Foundation en Sri Lanka, donde tenemos una base importante de operaciones dedicada a proyectos sociales enfocados en educación y saneamiento.
¿Qué importancia tiene la transparencia y el reporting en la gestión de la sostenibilidad y cómo están adaptándose a las nuevas exigencias normativas europeas?
La transparencia es clave y, como profesional de sostenibilidad, diferencio entre transparencia y reporting. Todos queremos más transparencia… y menos reporting.
Las normativas sobre sostenibilidad han crecido mucho en los últimos años —en Europa, España, Asia, California, Canadá—, y ahora los equipos de sostenibilidad dedican gran parte de su tiempo al reporting. Conseguir los datos sigue siendo un desafío y ya no podemos continuar con los Excel de antes.
Hay que gestionar y publicar cientos de datos en el informe anual con el mismo rigor que los datos financieros. Por eso hemos desarrollado soluciones que automatizan el cumplimiento normativo, permitiendo gestionar y auditar datos ESG con más precisión. Esto aumenta la transparencia y reduce el esfuerzo manual y el riesgo de errores, permitiendo que los equipos se centren en estrategia, gestión de riesgos e integración de la sostenibilidad en la operativa de la empresa.
Mirando al futuro, ¿cuáles considera que serán los principales desafíos y oportunidades en materia de sostenibilidad en IFS?
Los desafíos vendrán de la fragmentación regulatoria, la presión creciente por la transparencia y la necesidad de integrar la sostenibilidad en cada decisión empresarial.
Pero también hay grandes oportunidades: la inteligencia artificial y la colaboración intersectorial permitirán escalar soluciones sostenibles más rápido, mejorar la eficiencia y generar valor compartido. En IFS estamos preparados para liderar este cambio, siempre junto a nuestros socios, clientes, inversores, empleados y muchos más.
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