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Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, conversamos con Orencio Vázquez Oteo, una de las voces más lúcidas y comprometidas en el ámbito de la Responsabilidad Social. A lo largo de más de dos décadas, Orencio ha sido mucho más que un analista o un académico: ha sido un observador exigente, un defensor incansable del rigor y un impulsor silencioso pero firme de cambios reales en la forma en que las empresas entienden su papel en la sociedad.
Coordinador del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa desde su creación en 2004, el doctor en Economía y profesor asociado en la UNED tiene claro que «la RSC no debe ser un instrumento para crear riqueza del accionista, sino una respuesta al poder que la empresa ejerce sobre la sociedad». En su opinión, “muchos temas esenciales como la fiscalidad o los derechos humanos eran completamente ignorados por la RSC”.
Desde el Observatorio, ha acompañado la evolución normativa con datos, análisis y una mirada crítica constructiva, lo que le ha permitido, según él, «profundizar en los principios de la RSC, evitando caer en discursos vacíos o instrumentales». En la entrevista no deja de señalar que la corrupción sigue siendo «una gran ausente en las agendas de responsabilidad social», a pesar de su grave impacto social y económico.
“La RSC no debe ser un instrumento para crear riqueza del accionista, sino una respuesta al poder que la empresa ejerce sobre la sociedad”
Orencio Vázquez también reflexiona sobre los retos que aún enfrenta la Sostenibilidad y las lecciones aprendidas a lo largo de su carrera, subrayando la importancia de «formarse a fondo y con rigor» para abordar la complejidad de este tema con una visión crítica y transformadora que “no niega sus principios, los profundiza y evita caer en discursos vacíos o instrumentales”, concluye.
¿Cómo llegaste Orencio a la Responsabilidad Social?
Comencé a trabajar en temas sociales y medioambientales hace 23 años, movido por la creencia en el papel político de la empresa y en la necesidad de que ésta asuma una responsabilidad fiduciaria más allá de sus accionistas. Entendía, y sigo entendiendo, que la empresa debe responder también ante sus grupos de interés y evitar las externalidades negativas que puedan derivarse de lagunas legales o de su operativa en entornos vulnerables.
Tres años más tarde, en 2004, nace el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, entidad que coordino desde entonces, conscientes de que el modelo económico dominante premiaba una lógica extractivista y financiera, en detrimento de aquellas actividades verdaderamente generadoras de valor. Por ello, resultaba urgente redefinir el papel de la empresa en cuanto a su contribución a la sociedad.
“Desde el Observatorio hemos acompañado la evolución normativa con datos, análisis y una mirada crítica constructiva”
¿Cuáles fueron las principales premisas del Observatorio de RSC desde su creación?
Partimos de una convicción firme: la Responsabilidad Social Corporativa, la RSC, no debe considerarse como un mero instrumento al servicio de la creación de riqueza para el accionista, una visión puramente instrumental, sino como la consecuencia de mercados imperfectos y de que la responsabilidad de la empresa es proporcional al poder que ésta tiene o puede ejercer sobre la sociedad.
“En sus inicios, muchos temas esenciales como la fiscalidad o los derechos humanos eran completamente ignorados por la RSC”
Desde los inicios del Observatorio de RSC, la rendición de cuentas ha sido una parte esencial del trabajo de la organización. Comenzamos con un proyecto pionero que consistía en analizar qué comunican las empresas en relación con la gestión de riesgos sociales y medioambientales.
Desde entonces, he coordinado o dirigido las 20 ediciones del estudio «La RSC en las memorias anuales de las empresas del Ibex 35». Esta labor me ha permitido conocer de cerca la tendencia y evolución de la información no financiera, siempre enmarcada en un contexto cultural específico. El desarrollo del estudio ha facilitado un contacto directo y continuado con las empresas analizadas, permitiéndome forjar una comprensión más profunda del estado de la RSC y de la rendición de cuentas, así como de las motivaciones e intereses empresariales a la hora de ofrecer este tipo de información.
¿Qué importancia tiene este estudio para la RSE?
A lo largo del tiempo, he podido observar el grado de conocimiento técnico, la relevancia otorgada y el protagonismo que las empresas asignan a las distintas temáticas que se engloban bajo el paraguas de la información no financiera.
El estudio del Observatorio de RSC no solo se ha consolidado como una herramienta para incidir en el sector privado y una vía de sensibilización social, sino que también me ha brindado la oportunidad de participar en discusiones públicas sobre información no financiera en Europa y en España.
“Una visión crítica de la RSC no niega sus principios, los profundiza y evita caer en discursos vacíos o instrumentales”
Además, he podido constatar la importancia que las empresas conceden a los estudios y rankings independientes, lo que pone de manifiesto la necesidad de contar con organizaciones rigurosas y técnicamente solventes, capaces de actuar con independencia en el ámbito de la RSC.
¿Qué más recuerdas de aquellos primeros años de la RSE?
En los primeros años, previos a la crisis financiera de 2008, muchos de los temas que hoy ocupan una posición relevante en la RSC eran completamente ignorados: la fiscalidad, los derechos humanos, la financiación a partidos políticos o el lobby. Entre los asuntos que han recibido menos atención desde el enfoque de la RSC, a pesar de sus graves implicaciones sociales, económicas y medioambientales, destaca sin duda la corrupción. Según estimaciones del Banco Mundial, su coste supone en torno al 2 % del PIB global.
“La dispersión de estándares dificulta la medición real de los avances en RSC y la creación de criterios claros de mercado”
Por otro lado, la ausencia de un marco legal claro y de una definición consensuada provocaba que muchas empresas no sistematizaran adecuadamente sus acciones en materia de RSC. La dispersión de enfoques y la falta de exigencias normativas convertían la responsabilidad corporativa en un ejercicio opcional y poco estructurado.
¿Cuáles fueron las otras grandes barreras y obstáculos que enfrentaste al implementar prácticas de RSE en las primeras etapas?
Pese a los avances, la falta de una definición temprana y universalmente aceptada de la RSC ha tenido como consecuencia su sujeción a múltiples interpretaciones. En algunos casos, esto ha derivado en un uso indebido o incoherente con los valores sociales y con los impactos sociales, medioambientales y económicos que genera la empresa.
A la ausencia de consenso y de un marco legal claro, se suma el desarrollo de una multiplicidad de estándares, normas y guías, lo que ha dificultado notablemente la medición de los progresos. Esta dispersión limita la posibilidad de que los sistemas de arbitraje establezcan criterios claros y uniformes de mercado, que integren la RSC como un factor decisorio real.
“La corrupción sigue siendo una gran ausente en las agendas de responsabilidad social, pese a su impacto social y económico”
A todo ello hay que añadir que la RSC es, por naturaleza, un término abierto, tanto por las diferentes características que se le atribuyen como porque estas han ido evolucionando con el tiempo. Debido a que los límites de la RSC no han sido definidos de forma adecuada, incluso entre los propios directivos empresariales existen divergencias significativas sobre cómo diseñar e implementar políticas y estrategias efectivas en este ámbito.
Por aquella época, en 2005 nació Corresponsables…
Recuerdo bien sus inicios… Cuando Marcos cuando venía a Madrid en el tren nocturno desde Barcelona se solía pasar por la oficina. Manteníamos conversaciones, inquietudes, reflexiones… Era una época en la que teníamos grandes proyectos en mente, mucha ilusión y pocos recursos.
Corresponsables ha sido un medio de referencia y ha sabido aglutinar las voces de distintos actores del ámbito empresarial, académico y de la sociedad civil. Su expansión por Latinoamérica ha representado un hito importante, no solo por su alcance geográfico, sino por su capacidad para fortalecer el debate y la cooperación en torno a la RSC en contextos diversos y con realidades sociales complejas.
«Corresponsables ha sido un medio de referencia y ha sabido aglutinar las voces de distintos actores del ámbito empresarial, académico y de la sociedad civil»
¿Qué cambios significativos has observado en la RSE desde que comenzaste?
A nivel regional, y no solamente en España, la evolución de la información social y medioambiental ha sido significativa. Se ha avanzado en la diferenciación entre comunicación y rendición de cuentas, aunque sigue siendo cuestionable hasta qué punto la información no financiera resulta verdaderamente útil para sus usuarios y destinatarios finales.
En este ámbito, los sistemas voluntarios de reporte en RSC han resultado insuficientes para afrontar con éxito los desafíos actuales que plantea la información no financiera: relevancia, materialidad, neutralidad, fiabilidad y comparabilidad. Esta insuficiencia ha derivado en la intervención del regulador, como una respuesta necesaria para corregir esas limitaciones.
“Los sistemas voluntarios han demostrado ser insuficientes: la intervención del regulador ha sido inevitable”
Sin embargo, la Directiva de información no financiera de 2014 no logró cumplir de forma efectiva su principal objetivo: mejorar la rendición de cuentas de las empresas. Esta falta de eficacia propició su revisión en 2022 y el desarrollo, por parte de la Comisión Europea, de estándares más precisos y exigentes, orientados a garantizar una información más útil, fiable y comparable en toda la Unión Europea.
¿Cuáles consideras que han sido los otros hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas?
Sin lugar a dudas, los avances legislativos han sido el gran incentivo para la adopción de políticas y estrategias empresariales en materia de sostenibilidad. En la última década, se han desarrollado distintas normativas que han situado la sostenibilidad en el centro de la gestión empresarial.
“Europa debe mantener su papel de liderazgo en sostenibilidad en un contexto global cada vez más desafiante”
Además, se ha logrado que los riesgos sociales y medioambientales dejen de ser asuntos periféricos para pasar a formar parte de la agenda de los consejos de administración, lo que representa un avance significativo en términos de gobernanza y compromiso corporativo.
¿Y cómo estamos en la actualidad?
Actualmente estamos asistiendo a un cambio de paradigma. Surgen iniciativas legislativas que definen con mayor precisión cómo deben las empresas abordar sus impactos y externalidades, así como su manera de relacionarse con las partes interesadas. El camino lo abrió la Directiva 2014/95/UE sobre divulgación de información no financiera, posteriormente revisada en 2022, y continuó en 2024 con la aprobación de la Directiva sobre la diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad, un hito regulatorio que hace apenas unos años habría parecido impensable.
“Formarse a fondo y con rigor es indispensable para abordar la complejidad de la RSC con visión crítica y transformadora”
A estas directivas se suman normativas sectoriales de gran impacto, como el Reglamento de Deforestación, el Reglamento sobre importación de minerales procedentes de zonas de conflicto, y los reglamentos europeos sobre divulgación de información no financiera y la taxonomía verde.
¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad?
Los retos son numerosos en un entorno global cada vez más complejo y dinámico, donde surgen nuevos actores y desafíos de gran magnitud. En este contexto, Europa debe mantener y reforzar su papel de liderazgo, impulsando marcos regulatorios ambiciosos y garantizando que la sostenibilidad se convierta en un eje estructural del modelo económico y empresarial.
“Las ONG y la sociedad civil organizada han sido clave para impulsar legislación y contrarrestar el poder de las grandes empresas”
¿Qué otras lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
El convencimiento de la necesidad de abordar la RSC con una visión crítica ha sido una constante. Una visión crítica no implica cuestionar las premisas de la RSC, sino profundizar adecuadamente en su implementación, ser rigurosos en el diagnóstico y precisos en las propuestas. Esta aproximación permite alejarse de discursos vacíos e instrumentalizados que, en última instancia, pueden perpetuar el status quo bajo una apariencia de compromiso social.
Las organizaciones independientes han jugado un papel clave tanto en el cambio de políticas y prácticas empresariales como en el impulso de legislación orientada hacia un modelo más sostenible. El interés actual de muchas empresas por una economía sostenible, así como los avances legislativos en esta línea, han estado precedidos por un largo periodo de campañas lideradas por ONG, que pusieron el foco en las implicaciones negativas de la globalización y en el creciente poder de las empresas multinacionales.
Una sociedad civil organizada, formada e independiente es esencial para avanzar en RSC. Su capacidad para generar incentivos y desincentivos actúa como contrapeso al poder económico en los procesos legislativos y en la elaboración de normas y estándares. Las organizaciones de la sociedad civil, nacidas del seno de la propia ciudadanía y creadas libremente por ella, adoptan así un rol político legítimo, orientado a promover el bien común y a buscar un equilibrio entre intereses.
Este rol político asumido por un conjunto de ONG ha emergido de forma paralela a la creciente capacidad de influencia de las empresas transnacionales, convirtiéndose en una pieza clave para el avance hacia una responsabilidad empresarial real, transformadora y alineada con los valores democráticos.
¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de profesionales interesados en la RSE?
La formación rigurosa y transversal es fundamental. Es imprescindible contar con una profunda preparación en los distintos campos que abarca la RSC, desde el conocimiento técnico y normativo hasta la comprensión de su dimensión social, económica y política. Solo así se podrá abordar la complejidad del entorno empresarial actual con visión crítica y capacidad transformadora.
¿Hay algo que harías diferente si tuviera la oportunidad de comenzar de nuevo?
Han sido muchos años de trabajo, con decisiones que, seguramente, han sido en parte acertadas y en parte no tanto. No obstante, deben ser otros quienes juzguen la labor desarrollada por el Observatorio de RSC.
Lo importante es haber contribuido, con honestidad y compromiso, al avance de una responsabilidad empresarial más consciente, crítica y orientada al bien común.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en la Ficha Corporativa del Observatorio de RSC en el Anuario Corresponsables 2025.