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Montse Vivero, Directora de V!VE 4all, ha dedicado gran parte de su vida profesional a la organización de congresos y eventos, siempre con una mirada orientada hacia la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad. Desde sus primeras experiencias, descubrió que “la Sostenibilidad social es tan urgente como la medioambiental” y que hacía falta “repensar muchos procesos desde una mirada ética y humana”.
En esta entrevista con motivo del 20 aniversario de Corresponsables, Vivero subraya la importancia del rol de la organización: “Vuestra labor es imprescindible para visibilizar todo lo bueno que se está haciendo”. Además, destaca que Corresponsables ha sido una “fuente clave de información, inspiración y formación” y que su papel como altavoz ha permitido que “otras organizaciones se sumen” a este movimiento.
Consciente de los desafíos actuales, asegura que “sin Sostenibilidad no hay equilibrio” y que el futuro dependerá de trasladar este compromiso a la educación y a las nuevas generaciones, a quienes define como “absolutamente imprescindibles” para garantizar la transformación real.
Montse, ¿cuándo y por qué comenzaste a interesarte e involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad?
Creo que lo he llevado dentro desde siempre. Esa sensibilidad por el entorno, las personas y el impacto de nuestras acciones me ha acompañado desde joven, aunque durante mucho tiempo no supe que tenía un nombre. La primera vez que escuché el término Responsabilidad Social & Sostenibilidad sentí que por fin había encontrado un marco que daba sentido a todo aquello que ya formaba parte de mi forma de estar en el mundo. Fue entonces cuando entendí que podía canalizar esa conciencia hacia un propósito: generar impacto positivo a través de mis acciones personales y profesionales.
He dedicado gran parte de mi vida profesional a la organización de congresos y eventos. Uno de los momentos más reveladores fue cuando tomé conciencia de la cantidad de comida que se desperdiciaba en los eventos, especialmente en hoteles y restaurantes. Me impactó descubrir que, legalmente, no se podía donar esa comida por riesgo de intoxicaciones. Paradójicamente, la ley protegía a las personas sin recursos del riesgo de enfermar, pero no del hecho de pasar hambre. Fue ahí donde entendí que la Sostenibilidad social es tan urgente como la medioambiental y que hacía falta repensar muchos procesos desde una mirada ética y humana.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzó en comparación con cómo es hoy?
Cuando empecé, hablar de Sostenibilidad en entornos corporativos era casi una pérdida de tiempo. En muchas empresas, los conceptos de Responsabilidad Social se veían como una carga o un gasto innecesario. Afortunadamente, eso ha cambiado. Hoy hay muchas más personas y empresas comprometidas, especialmente gracias al relevo generacional en posiciones directivas. Las nuevas generaciones llegan con otra mirada, más crítica, más informada y, sobre todo, más comprometida. La Sostenibilidad ya no es solo una opción: forma parte de la estrategia de muchas compañías.
“La Sostenibilidad social es tan urgente como la medioambiental”
¿Cuándo conociste a Corresponsables? ¿Qué papel consideras que ha tenido en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas?
Conocí a Corresponsables gracias a Jordi Puente, con quien coincidí hace años en una asociación de micro ONG a la que ambos pertenecíamos. Al saber que formaba parte de Corresponsables, empecé a seguir vuestro trabajo y fue un auténtico descubrimiento. Vuestra labor es imprescindible para visibilizar todo lo bueno que se está haciendo.
“Corresponsables ha sido una fuente clave de información, inspiración y formación”
Corresponsables ha sido una fuente clave de información, inspiración y formación. Además de mantenernos al día, sois un altavoz para dar visibilidad a proyectos, empresas y profesionales que están generando un cambio real. Esa visibilidad es fundamental para crear cultura y para que otras organizaciones se sumen. AliaRSE también ha tenido un rol muy relevante conectando a personas y entidades con un objetivo común: avanzar hacia un modelo de desarrollo más justo, equitativo y sostenible.
Querida Montse, ¿qué cambios significativos has observado en esta materia desde que comenzaste?
Uno de los cambios más positivos es la creciente profesionalización del sector y la integración de la Sostenibilidad en las decisiones estratégicas. También veo que hay menos greenwashing y más acción real, aunque aún queda mucho por hacer. La Sostenibilidad debe ser transversal y abarcar también dimensiones como la accesibilidad universal, que muchas veces se deja de lado pero es clave para construir una sociedad inclusiva.
“Cuando empecé, hablar de Sostenibilidad en entornos corporativos era casi una pérdida de tiempo”
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
El mayor hito ha sido que la Sostenibilidad ha pasado de ser un tema “marginal” a convertirse en parte del núcleo estratégico de muchas empresas. Durante mucho tiempo se percibía como un añadido o incluso como una moda pasajera, pero con el paso de los años se ha consolidado como una dimensión que afecta directamente a la reputación, la competitividad y la legitimidad de las organizaciones. Aunque no estemos aún en el punto óptimo, se puede afirmar que ha habido un avance significativo que demuestra cómo la conciencia social y ambiental se ha ido integrando en la lógica empresarial de manera estructural.
Este cambio no ha ocurrido de manera espontánea, sino que ha sido impulsado por distintos factores clave. La presión social ejercida por consumidores más informados, el cambio generacional en los liderazgos empresariales y la propia competencia han generado un entorno en el que las compañías ya no pueden ignorar estas cuestiones. Incluso aquellas empresas que en sus inicios se acercaron a la Responsabilidad Social solo “por imagen” se han visto obligadas a evolucionar hacia una mirada más auténtica y comprometida, lo que sin duda constituye uno de los mayores logros de estas dos décadas.
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
He aprendido que la Responsabilidad Social no es un lujo ni un accesorio, sino una auténtica necesidad que debe estar presente en cualquier organización que aspire a tener un impacto positivo y duradero. Con el tiempo entendí que las buenas intenciones, aunque valiosas, no son suficientes si no van acompañadas de acciones concretas, de indicadores claros y de un compromiso real con la mejora continua. Actuar, medir y mejorar se convierten en principios básicos para que la RSE deje de ser un discurso y se transforme en resultados tangibles.
“Sin Sostenibilidad no hay equilibrio, y un mundo desequilibrado no es bueno para nadie”
También he comprendido que la Sostenibilidad no tiene sentido si no es accesible para todas las personas. La inclusión y la accesibilidad universal deben estar integradas en la Sostenibilidad social, porque no se puede hablar de progreso si existen colectivos que quedan al margen de este camino. Esta visión me ha permitido reforzar la idea de que el verdadero cambio solo será posible cuando logremos que cada acción esté pensada desde una mirada inclusiva, capaz de garantizar igualdad de oportunidades y justicia social en todas las dimensiones.
¿Tienes alguna anécdota, Montse, que refleje el espíritu y los desafíos de los primeros años de la RSE?
Uno de los momentos más emocionantes de mi trayectoria fue cuando impulsé las primeras acciones de voluntariado corporativo en la empresa donde trabajaba. Era un terreno completamente nuevo: nadie del equipo había participado antes en una actividad solidaria organizada desde el ámbito laboral, y por eso el desafío fue enorme. Recuerdo la mezcla de nervios y entusiasmo al lanzar aquellas iniciativas que, en un principio, se percibían como algo experimental pero que pronto se convirtieron en parte de la identidad de la compañía.
La experiencia no solo sirvió para fortalecer los lazos dentro del equipo, sino que dejó una huella profunda en mis compañeros, que vivieron de primera mano lo transformador que puede ser poner el talento corporativo al servicio de la comunidad. A nivel personal, significó un antes y un después en mi manera de entender la RSE, porque comprobé que incluso pequeñas acciones pueden generar un impacto real y duradero cuando se hacen con convicción. Sin duda, fue un punto de inflexión en nuestra cultura interna.
¿Cuáles consideras que han sido los pioneros en esta materia?
Mi principal referente ha sido Alberto Gómez, de EventSost, una persona que supo adelantarse a su tiempo y mostrarme cómo integrar la Sostenibilidad en los eventos de forma rigurosa, sistemática y al mismo tiempo creativa. Su capacidad para aportar soluciones innovadoras y realistas me inspiró profundamente y me ayudó a comprender que la Sostenibilidad no es un obstáculo para la organización de eventos, sino una oportunidad para hacerlos más responsables, eficientes y alineados con los valores actuales de la sociedad.
“La labor de Corresponsables es imprescindible para visibilizar todo lo bueno que se está haciendo”
Más allá de lo profesional, Alberto fue un verdadero mentor y un amigo, alguien que me acompañó en mis primeros pasos en este campo y que me enseñó a mirar con otros ojos las prácticas cotidianas de nuestra industria. Gran parte de lo que sé en esta área se lo debo a él, y considero que su legado sigue siendo un punto de referencia para muchos de los que trabajamos en integrar la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad en el sector de los eventos.
¿Puedes compartir algún caso de éxito que consideres emblemático en el campo de la RSE?
Uno de los casos que más me sorprendió positivamente fue el del grupo EventoPlus, un referente en el sector MICE en España, cuando empezó a apostar de forma decidida por la promoción de la Sostenibilidad y la Responsabilidad Social en los eventos. Fue un punto de inflexión importante porque su influencia ayudó a visibilizar el tema dentro de una industria que durante años lo había pasado por alto. Que una plataforma con tanta proyección empezara a hablar abiertamente de Sostenibilidad fue una señal clara de que algo estaba cambiando.
Montse, ¿qué lecciones has aprendido a lo largo de estos años en el campo de la RSE y la Sostenibilidad?
Que ya vamos tarde. Que no podemos seguir esperando a que otros actúen por nosotros. Sin Sostenibilidad no hay equilibrio, y un mundo desequilibrado no es bueno para nadie: ni para las personas, ni para las empresas, ni para el planeta. También he aprendido que la Sostenibilidad no puede quedarse solo en lo ambiental; debe incluir la accesibilidad, la equidad y la inclusión si realmente queremos que sea transformadora y llegue a todas las personas.
¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad?
Veo un futuro que dependerá mucho del nivel de compromiso que logremos como sociedad. Uno de los principales retos será trasladar este compromiso a la educación: necesitamos que la Sostenibilidad y la Responsabilidad Social formen parte de los contenidos escolares y universitarios, no como algo accesorio, sino como una base de conocimiento imprescindible para cualquier profesión.
“La gran oportunidad está en demostrar que Sostenibilidad y rentabilidad no están reñidas”
También será clave dar ejemplo desde todos los ámbitos, especialmente desde las administraciones públicas, que lamentablemente hoy en día no siempre lideran con coherencia.
La gran oportunidad está en demostrar que Sostenibilidad y rentabilidad no están reñidas. De hecho, el futuro pasa por modelos de negocio que integren el impacto social y ambiental como parte de su valor.
Para finalizar, ¿qué papel crees que deben jugar las nuevas generaciones en la continuación de este legado?
Un papel absolutamente imprescindible. Si las nuevas generaciones no mejoran lo que hoy existe, no habrá esperanza de transformación real. Ellos tienen una mirada más amplia, más ética y más global. Confío en que serán capaces de exigir más, de actuar mejor y de liderar el cambio desde un lugar más consciente.
“Las nuevas generaciones tienen una mirada más amplia, más ética y más global”
Nuestro rol ahora es acompañarles, escucharles y dejarles un camino más claro, y más justo, para que puedan avanzar sin repetir nuestros errores.
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