Cada vez escucho más en las conversaciones que vivimos tiempos raros. Los sucesos a los que cada día nos enfrentamos, meteorológicos, geopolíticos o sociales nos hacen sentir que el mundo está cambiando más rápido de lo que alcanzamos a comprender.
En un día como hoy, el día del medio ambiente, no podemos dejar de pensar en cómo pandemias, incendios forestales, olas de calor sin precedentes, lluvias donde antes imperaba la sequía y sequías donde antes llovía, están configurando un escenario cada vez más inestable. Días en los que lo cotidiano parece frágil y lo extraordinario se ha vuelto común.
Con todo ello, una verdad se impone con fuerza: el planeta nos está hablando y exigiéndonos un cambio. Los eventos meteorológicos extremos, el incremento en el consumo de recursos naturales o el exceso de residuos ya no son una amenaza distante o abstracta y la Tierra, desajustada por nuestra acción, está pidiendo que repensemos la forma en que vivimos.
Proteger el medio ambiente no es una opción moral o una causa para idealistas: es una necesidad urgente y un acto de responsabilidad con nosotros mismos, con las generaciones futuras y con todas las formas de vida que comparten este planeta.
Todo esto nos recuerda que algo está cambiando y que el planeta necesita que, tanto desde las empresas como a nivel personal, actuemos con más celeridad y con responsabilidad.
Y sí, volar también forma parte de esa reflexión. El transporte aéreo es clave para conectar el mundo acercando culturas, familias, ideas y oportunidades, pero también sabemos que tiene un impacto en el medio ambiente. Por eso, desde Aena junto con el resto de actores del sector, desde hace años trabajamos bajo un compromiso real para conseguir que viajar sea cada vez más sostenible.
En línea con este compromiso, los aeropuertos están cambiando, apostando por energías renovables, sistemas de medición y reducción del consumo energético, gestión responsable del agua e iniciativas que mejoren la segregación de residuos. En definitiva, estamos adaptando nuestras instalaciones y servicios para ser más eficientes y respetuosos con el entorno. Desde estaciones de carga para vehículos eléctricos, sustitución de combustibles fósiles por biodiesel o biometano, cambio de nuestra flota de vehículos por eléctricos, mejoras en la gestión de residuos, o colaboraciones con terceros hacen que nuestros objetivos ambientales se cumplan año tras año.
Estamos trabajando intensamente para que todos podamos seguir volando, apoyándonos en la innovación, las nuevas tecnologías y la eficiencia, todo ello con el firme convencimiento de que el sector puede y debe transformarse. Pero para ello es necesario la ayuda de todos, desde políticas que apoyen la normativa y la financiación necesaria para impulsar proyectos que aceleren la sostenibilidad del sector, como los propios pasajeros que son los encargados de que su viaje de inicio a su fin sea respetuoso con el medio ambiente, el entorno y las personas que forman parte de la experiencia.
Porque estos tiempos raros también pueden ser el punto de partida hacia una forma diferente de movernos por el mundo, redefiniendo el progreso no como algo descontrolado, sino equilibrado.
Y aunque el viaje sea largo, en Aena ya hemos despegado en la dirección correcta.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Medioambiente.