Arantxa Algás, CEO de Boboli, desgrana con convicción los pilares que sostienen la estrategia responsable de la histórica marca de moda infantil. Con más de 40 años de trayectoria, Boboli ha evolucionado desde su compromiso inicial con la comodidad, la calidad y el colorido de sus prendas hacia una visión integral de la sostenibilidad y la responsabilidad social.
“El mundo de la moda es una industria contaminante”, reconoce Algás. Por eso, la marca ha impulsado una serie de proyectos transformadores como Boboli Recicla, activo desde 2008, que promueve la recogida de ropa usada en tiendas para su reutilización o reciclaje. Esta iniciativa ha dado lugar recientemente a una colección de ropa de segunda mano disponible en los outlets de Mataró y la calle Valencia de Barcelona.
Otra apuesta innovadora es la colaboración con Retexcat, un proyecto de la Generalitat para reincorporar hilos reciclados de postconsumo en nuevas colecciones sin comprometer la durabilidad, un atributo central para Boboli. “Los niños necesitan prendas resistentes, que aguanten juegos, caídas y muchos lavados”, recalca la directiva.
La trazabilidad también forma parte de su enfoque ético: Boboli ha alcanzado niveles del 90% en transparencia de su cadena de suministro, desde el cultivo del algodón hasta los acabados de las prendas. Este seguimiento ha permitido identificar el valor del uso de algodón PCI, mucho menos contaminante.
En un intento por reconectar a las personas con el valor del textil, han lanzado la línea Boboli by Me, una colección de kits de costura para que los clientes puedan confeccionar sus propias prendas. “La moda ha perdido valor. Queremos que la gente entienda lo que cuesta hacer una prenda”, apunta Algás.
Además, Boboli forma parte del proyecto europeo Just Fashion, que busca estandarizar buenas prácticas ambientales en el sector textil a nivel continental, ante la inminente llegada de nuevas normativas europeas —como el pasaporte digital del producto o el uso obligatorio de fibras recicladas— previstas para 2030.
En materia comunicativa, Boboli huye del greenwashing y apuesta por una divulgación cautelosa y basada en resultados. Desde 2022, han ampliado su eslogan a Discover (and change) the world with Boboli, para reforzar su discurso educativo y comprometido con la sostenibilidad, la inclusión y la infancia.
Sobre el futuro, Algás se muestra firme: “Vamos a seguir avanzando, no solo por obligación normativa, sino porque es parte de nuestra cultura de empresa”. Y lanza un mensaje claro a los consumidores: “Tenemos mucho poder con nuestras decisiones. Hay que ser responsables con lo que creemos y con el mundo que queremos tener”.