¿Cuál fue el principal motor que llevó a vuestra empresa a convertirse en una B Corp y qué beneficios tiene formar parte de esta comunidad de empresas con propósito?
Es, sencillamente, una obligación moral actuar ante las múltiples crisis globales a las que nos enfrentamos. Y somos conscientes de que no podemos transformar el sistema en solitario: necesitamos aliados que compartan esa responsabilidad. Por eso nos unimos a la comunidad B Corp, para multiplicar nuestro impacto desde una visión común.
Nos identificamos con su objetivo de redefinir el éxito empresarial: que no se mida solamente en términos de beneficios económicos, sino también por el bienestar de las personas, las comunidades y el planeta.
Además, queríamos una herramienta rigurosa que nos ayudara a evaluar dónde estamos y cómo podemos mejorar. Por eso el sistema de evaluación B Corp es tan relevante: nos obliga a mirarnos con honestidad, reconocer nuestras carencias y seguir evolucionando.
En el camino hacia la sostenibilidad, ¿cuáles han sido los desafíos, ya sea internos o externos, más complejos que habéis enfrentado? ¿Podríais compartir algún caso concreto y cómo lograsteis superarlo?
Uno de los desafíos más complejos ha sido transformar nuestra cultura interna. Cambiar inercias no es fácil, pero avanzamos gracias a un liderazgo convencido desde lo más alto; nuestro presidente y CEO impulsaron esta transformación desde el inicio. Redefinir nuestro propósito, centrado ahora en la justicia social, fue clave para alinear a toda la organización y establecer prioridades claras.
También es clave extender este cambio de cultura a nuestra cadena de valor. No basta con hacer las cosas bien puertas adentro; necesitamos socios que compartan nuestros valores y estándares éticos. En este caso, hemos lanzado la iniciativa LinkUp, que promueve prácticas de ESG en toda la cadena de valor de Ferrer y las evalúa a través de la plataforma EcoVadis.
Finalmente, adaptarse a un entorno regulatorio cambiante exige flexibilidad y exigencia. En una industria farmacéutica altamente regulada, impulsar transformaciones no es fácil. Lo que nos ha permitido avanzar ha sido ser transparentes, asumir nuestras limitaciones y mantenernos fieles a nuestros principios.
Si tuvierais que destacar vuestros tres grandes objetivos estratégicos para seguir evolucionando como empresa de impacto, ¿cuáles serían y qué acciones clave estáis llevando a cabo para alcanzarlos?
- Consolidar una cultura ética y transparente, fomentando una mentalidad que vaya más allá del cumplimiento normativo, con una mirada honesta sobre nuestras fortalezas y carencias.
- Reducir nuestro impacto a través de la cadena de valor, donde se estima que se concentra hasta el 90% del total. La iniciativa LinkUp será la herramienta con la que iremos abordando este reto, paso a paso. Trabajamos para reducir las emisiones en línea con el Acuerdo de París, mejorando el acceso al dato fiable y actuando sobre los principales focos de emisión. También trataremos aspectos clave como los derechos humanos, las condiciones laborales o el abastecimiento responsable.
- Tejer alianzas y ser un referente, construyendo vínculos con otras B Corps, compartiendo aprendizajes y generando un efecto multiplicador.
Para una empresa que quiere comenzar el camino hacia convertirse en B Corp, ¿qué aprendizajes clave le compartiríais para evitar errores comunes y construir una estrategia de impacto sólida y auténtica?
El primer aprendizaje clave es claro: no emprendas este camino por motivos comerciales o reputacionales. Convertirse en B Corp no es una estrategia de marca, es una deuda ética profunda. No se trata de validar lo que ya haces, sino de transformar tu forma de operar. Rodéate de una comunidad que te rete y te acompañe.
No es un proyecto puntual, ni se trata de “pasar un examen”, sino un proceso exigente que implica decisiones difíciles, flexibilidad y una revisión constante. Comienza por alinear a toda la organización, desde el liderazgo hasta las operaciones, en torno a un propósito común. Lo esencial es ser honestos, asumir limitaciones y mantenerse fiel a los principios.
En un contexto donde muchas marcas se apropian del lenguaje de la sostenibilidad, ¿qué buenas prácticas implementáis para comunicar vuestro propósito de forma auténtica y genuina y evitar el greenwashing?
Solo comunicamos las cosas cuando son un hecho real y tenemos datos objetivos y tangibles que las avalan. Reconocemos que estamos en camino, con avances reales, pero también con desafíos pendientes. La rendición de cuentas es esencial para evitar caer en discursos vacíos o inconsistentes.
Nuestro enfoque parte de hechos avalados por reconocimientos independientes. Contamos con certificaciones como B Corp, CDP, Ecovadis Platinum, Ethisphere, EDGE, y los estándares LEED y WELL, así como la validación de nuestros objetivos climáticos por parte de Science Based Targets. Nos ayudan no solo a medir nuestro impacto, sino también a promover la mejora continua.
¿Cómo os estáis preparando para superar con éxito los nuevos estándares del movimiento B Corp, que se publicarán este 2025?
Celebramos que el movimiento B Corp evolucione: eso garantiza su rigor, claridad y alineación con los desafíos actuales. En Ferrer, no buscamos adaptarnos solo para cumplir: nuestro propósito está plenamente alineado con el nuevo enfoque.
Revisamos de forma constante nuestras políticas, sistemas y métricas, fortalecemos la trazabilidad en nuestra cadena de valor y mejoramos nuestra capacidad para medir y aumentar el impacto. La certificación es una consecuencia, no el objetivo final.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: B Corp – Empresas con Propósito