Yolanda Fernández Jiménez, Directora de Responsabilidad Social Corporativa, Comunicación y Relaciones Externas de Alcampo, comparte en esta entrevista su visión sobre la evolución de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y la Sostenibilidad en las últimas dos décadas. Con una formación en biología y una profunda convicción personal por la justicia social y la naturaleza, Yolanda nos explica cómo estas pasiones se transformaron en su motor profesional.
«Trabajar en Sostenibilidad forma parte de mis convicciones personales, ya que siempre he creído que las empresas tienen la capacidad de influir positivamente en la sociedad y el medio ambiente», explica. A lo largo de su carrera, ha sido testigo de la transformación de la RSE, que ha pasado de ser una actividad secundaria para convertirse en un pilar esencial para las empresas del futuro. En este contexto, Corresponsables ha jugado un papel clave. “Corresponsables ha puesto sobre la mesa la importancia de comunicar sobre RSE, visibilizando las acciones clave de todos los agentes y creando espejos donde mirarse”, afirma.
Con motivo de su 20 aniversario, Yolanda resalta la influencia de Corresponsables en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas, destacando cómo ha ayudado a visibilizar las mejores prácticas y crear una red de empresas comprometidas con la Sostenibilidad. “Ha sido fundamental para dar a conocer ejemplos concretos de cómo las empresas pueden integrar estas prácticas en su estrategia y sus procesos”, subraya.
¿Cómo, cuándo y por qué comenzaste a interesarte e involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad?
Soy bióloga de formación, amante de la naturaleza y defensora de la justicia social. Trabajar en Sostenibilidad forma parte de mis convicciones personales, ya que siempre he creído que las empresas tienen la capacidad de influir positivamente en la sociedad y el medio ambiente. Desde joven, me sentí atraída por la naturaleza y los problemas ambientales, pero al estudiar más a fondo, me di cuenta de que la Sostenibilidad no solo tiene una dimensión medioambiental, sino también social y económica. Esto me impulsó a entender que, como sociedad, debemos abordar todos estos aspectos de manera integral para garantizar un futuro más justo para todos.
«Trabajar en Sostenibilidad forma parte de mis convicciones personales, ya que siempre he creído que las empresas tienen la capacidad de influir positivamente en la sociedad y el medio ambiente.»
Quizás una de las cuestiones que más nos ha costado hacer entender es que la Sostenibilidad no debe verse solo como un esfuerzo por preservar los recursos naturales, sino como un enfoque que también aborda la desigualdad social, los derechos humanos y la equidad económica. En ese sentido, la Responsabilidad Social empresarial juega un papel fundamental, ya que puede ayudar a cambiar la manera en que las empresas operan y se relacionan con las comunidades, generando un impacto positivo y transformador.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzó en comparación con cómo es hoy?
Desde el principio, hemos tenido muy claro cuáles son los ejes fundamentales en el ámbito medioambiental: cambio climático, economía circular y biodiversidad. Estos tres aspectos han sido claves en nuestra aproximación, porque constituyen la base para un desarrollo realmente sostenible. Aunque la RSE en sus primeras etapas se centraba más en el impacto social de las empresas, hoy vemos cómo ha evolucionado, integrándose en todos los niveles de las organizaciones, desde las políticas ambientales hasta las decisiones económicas, sociales y de gobernanza.
«La Sostenibilidad no solo tiene una dimensión medioambiental, sino también social y económica, y debemos abordarlas de manera integral para garantizar un futuro más justo para todos.»
En sus inicios, la RSE parecía ser un concepto más relacionado con la filantropía o la responsabilidad voluntaria, centrado en donar dinero o realizar pequeñas acciones puntuales. Sin embargo, con el tiempo, se ha convertido en una estrategia corporativa integral. Hoy, las empresas que practican Responsabilidad Social se preocupan por sus impactos en la comunidad, el medio ambiente y la economía global. A medida que el cambio climático se ha convertido en un desafío crucial, las empresas están implementando modelos de negocio más responsables que buscan generar valor social mientras son económicamente rentables.
¿Cuándo conociste a Corresponsables? ¿Qué papel consideras que ha tenido en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas?
Conocía la publicación antes de gestionar profesionalmente la RSE, y, después, se convirtió en una publicación que acompaña a las empresas, dando visibilidad a las acciones más relevantes que se realizan en este ámbito. A lo largo de los años, he visto cómo Corresponsables ha jugado un papel vital en dar a conocer las mejores prácticas de Responsabilidad Social y Sostenibilidad, visibilizando las acciones clave que muchas empresas llevan a cabo en estos terrenos.
«Corresponsables ha puesto sobre la mesa la importancia de comunicar sobre RSE, visibilizando acciones clave de todos los agentes y creando espejos donde mirarse.»
Corresponsables ha puesto sobre la mesa la importancia de comunicar sobre la RSE, mostrando ejemplos concretos de cómo las empresas pueden integrar estas prácticas en su estrategia y sus procesos. No solo ha ayudado a crear una comunidad en torno a la Sostenibilidad, sino que ha sido una plataforma de aprendizaje, donde se intercambian ideas y se promueven los debates sobre los grandes retos que enfrentamos. El hecho de visibilizar estos avances y compartirlos entre empresas y organizaciones ha permitido a muchas aprender de los mejores ejemplos, creando un círculo de aprendizaje y colaboración en todo el sector.
¿Qué cambios significativos has observado en esta materia desde que comenzaste?
La RSE se ha convertido en una prioridad no solo dentro de las empresas, sino también dentro de la sociedad. Antes, se veía como una acción opcional o secundaria, pero hoy está en el corazón de las estrategias empresariales. Las empresas ya no pueden permitirse ignorar sus impactos sociales y ambientales, ya que los consumidores, los inversores y las comunidades exigen más responsabilidad y transparencia.
Lo que antes era un esfuerzo aislado de algunas organizaciones se ha convertido en un movimiento global que aboga por la creación de valor compartido. Las empresas que practican Responsabilidad Social ahora se ven como líderes que generan un cambio positivo, no solo en sus industrias, sino también en las comunidades y en el planeta.
«La RSE se ha convertido en una prioridad no solo dentro de las empresas, sino también dentro de la sociedad.»
Este cambio cultural dentro de las organizaciones también está siendo impulsado por las políticas públicas, que exigen mayores estándares de sostenibilidad y transparencia. Sin duda, la RSE ha pasado de ser una moda a convertirse en un imperativo estratégico.
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
Desde hace años, el análisis de riesgos que realiza el World Economic Forum ha sido muy relevante, porque ayuda a las empresas a entender los riesgos globales que enfrenta el planeta. En los últimos años, las consecuencias del cambio climático y de la contaminación han sido identificados como los riesgos más relevantes a nivel mundial. Lo que considero que añade más valor es cómo las consecuencias del cambio climático tienen un impacto directo en el ámbito social, como por ejemplo las migraciones involuntarias, la desigualdad social y la desestabilización política que ocurre como resultado de desastres naturales y otros eventos relacionados con el clima.
Lo que antes se veía como un desafío ambiental aislado, ahora está claramente vinculado con las cuestiones sociales y económicas. Por ello, es fundamental comprometernos con un desarrollo sostenible, buscando desacoplar el crecimiento económico del impacto medioambiental. Esto contribuiría a mitigar los problemas sociales derivados de los desastres naturales, promoviendo la cohesión social y la estabilidad política, mientras ayudamos a resolver los conflictos que estamos viviendo a nivel global.
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
La RSE debe formar parte de la estrategia de la empresa. No es una acción aislada, ni un esfuerzo temporal, sino una parte integral de la visión y la misión de la organización. Debe estar integrada en todas las direcciones de la empresa, desde la toma de decisiones hasta la medición del rendimiento. En mi experiencia, la Sostenibilidad y la Responsabilidad Social deben estar presentes en los indicadores clave de la compañía para asegurar que se mantengan en el centro de la estrategia a largo plazo.
«Lo que antes se veía como un desafío ambiental aislado, ahora está claramente vinculado con las cuestiones sociales y económicas.»
Una lección fundamental que he aprendido es que la RSE no es un lujo o una responsabilidad secundaria, sino que debe ser vista como un motor de cambio que impulsa la innovación y la competitividad de la empresa. Las organizaciones que integran estos principios de forma efectiva obtienen beneficios tangibles, como la lealtad del cliente, la reducción de costos operativos y la mejora de su reputación corporativa.
¿Tienes alguna anécdota que refleje el espíritu y los desafíos de los primeros años de la RSE?
El primer desafío es demostrar que la RSE es una manera de hacer negocios, no solo un ejercicio de filantropía o buenas acciones aisladas. La verdadera Responsabilidad Social debe estar integrada de manera estratégica y formar parte de la visión a largo plazo de la empresa. En mi experiencia, muchos todavía veían la RSE como algo marginal, algo que no estaba directamente relacionado con el core business.
«En mi opinión, la Sostenibilidad es la única forma de construir el futuro, no se trata solo de cumplir con regulaciones, sino de integrar estos valores en la cultura de la empresa.»
Un ejemplo claro de cómo logramos cambiar esa percepción es la visión de Alcampo a 2032: Comer bien, vivir mejor, cuidando el Planeta. Esta visión no solo refleja el compromiso social y medioambiental de la empresa, sino que también integra la Sostenibilidad en todos los aspectos operacionales. Poner la Responsabilidad Social en el centro del negocio es lo que realmente genera una ventaja competitiva a largo plazo. A través de este tipo de visiones, las empresas pueden ver la RSE como una inversión, no solo como un gasto, y a la vez generar valor económico y social.
¿Cuáles consideras que han sido los pioneros en esta materia?
Para mí, Gro Harlem Brundtland es una de las pioneras más influyentes. En 1987, siendo primera ministra de Noruega, en la cumbre de las Naciones Unidas sobre Nuestro Futuro Común, acuñó el concepto de Sostenibilidad, definiéndolo como «aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las de las futuras generaciones». Su trabajo en ese entonces fue pionero al poner la Sostenibilidad en el centro de la agenda global.
Su legado sigue siendo relevante hoy en día porque fue de las primeras en entender que el desarrollo económico no puede ocurrir a costa de la destrucción ambiental o la exclusión social. La visión que Brundtland presentó marcó un antes y un después, haciendo que la Sostenibilidad no solo se viera como un aspecto ambiental, sino como una filosofía integral que debe guiar las decisiones de todos los sectores, tanto públicos como privados.
¿Puedes compartir algún caso de éxito que consideres emblemático en el campo de la RSE?
La apuesta de Alcampo por el cambio climático que comenzó en 2008 es un ejemplo claro. En 2010 publicamos por primera vez nuestra huella de carbono, y en 2013 unificamos los cálculos de hipermercados Alcampo y supermercados. Desde ese momento hemos logrado:
- Alcance 1: Evolución de emisiones desde el año base 2013, se han reducido en valor absoluto un 80% (156.065 toneladas de CO2eq) y en valor relativo un 84% (227 kgCO2eq/m2).
- Alcance 2: 0 emisiones, desde julio de 2018 el 100% de la energía que consumimos procede de fuentes renovables.
- Desde 2022, tenemos certificada nuestra huella de carbono por la norma ISO 14064 y forma parte del registro creado por el MITECO.
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de estos años en el campo de la RSE y la Sostenibilidad?
La RSE, la Sostenibilidad es una convicción, es un imponderable. En mi opinión, es la única forma de construir el futuro. He aprendido que no se trata de cumplir con regulaciones o de hacer acciones puntuales, sino de integrar estos valores en la cultura de la empresa para generar un verdadero cambio en la sociedad y el medio ambiente.
¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad?
Ya comenzamos a vivir las consecuencias del cambio climático, del uso excesivo de plásticos y otras sustancias contaminantes, y espero que esto nos haga despertar a todos y cada uno de nosotros. En ese despertar, pongamos toda nuestra inteligencia para practicar un consumo y una actitud responsable.
Es decir, creer en lo que ven nuestros ojos. En Sopa de Ganso (de Herman Marx), Groucho es sorprendido con una dama en una situación comprometida y la realidad no tiene dudas, pero él lo intenta haciendo una pregunta genial: «¿A quién va a creer usted, a mí o a sus propios ojos?»
¿Qué papel crees que deben jugar las nuevas generaciones en la continuación de este legado?
Las nuevas generaciones son conscientes de que el modelo de desarrollo actual no es sostenible y espero y confío en que serán las que impulsen una nueva revolución, la revolución de la Sostenibilidad. Su compromiso con el futuro y su conciencia ambiental serán fundamentales para continuar este legado y lograr un cambio real en la manera en que nos relacionamos con el mundo.
Consulta más información responsable en las publicaciones Corresponsables y en la Buena Práctica Destacada de Alcampo en el Anuario Corresponsables 2025.