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Melisa Pagliaro Fernández, Directora de Marketing y RSC de Gadisa Retail, nos comparte su visión sobre cómo la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad se han convertido en piezas clave en la estrategia empresarial de la compañía. “En Gadisa, la Responsabilidad Social no surgió como una moda ni como una obligación externa, sino como un compromiso genuino con el entorno, con las personas y el territorio”, asegura Melisa. Para la directiva, la sostenibilidad económica, social y medioambiental ha sido siempre un principio fundamental que, con el tiempo, se ha profesionalizado. “Lo que comenzó como un compromiso informal ha dado paso a una estrategia estructurada, con objetivos concretos y medibles”, agrega.
A lo largo de los años, Gadisa ha logrado integrar la RSC en la estrategia global de la empresa, posicionándola no solo como un valor ético, sino como un motor de competitividad. Melisa destaca que hoy en día “la Sostenibilidad no es solo medioambiental, también es económica y social, algo que genera un impacto positivo y duradero”. Además, resalta la importancia de plataformas como Corresponsables, que han sido fundamentales para dar visibilidad a las iniciativas responsables: «Corresponsables ha sido un referente clave en la visibilidad de las buenas prácticas y ha permitido a empresas de todos los tamaños y sectores fortalecer su compromiso con la RSC«.
En su 20 aniversario, Corresponsables se ha consolidado como un espacio de diálogo y colaboración entre empresas, entidades sociales y administraciones. “Corresponsables ha ayudado a crear un lenguaje común entre las empresas, mostrando que la Sostenibilidad se puede integrar en la estrategia de cualquier empresa, independientemente de su tamaño o sector”, explica Melisa. Según la Directora de RSC, la plataforma ha sido clave para profesionalizar la RSC en España, creando un espacio para intercambiar experiencias y aprender de las mejores prácticas. “Hoy, la RSC ya no se ve como un concepto aislado, sino como una estrategia global que debe estar presente en cada decisión empresarial”, concluye.
Melisa, ¿cuándo y por qué comenzaste a interesarte e involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad?
En Gadis, la Responsabilidad Social no surgió como una moda ni como una obligación externa. Desde los inicios, como empresa familiar gallega, hemos entendido que crecer solo tiene sentido si es de la mano de las personas y del territorio. Nuestro interés por la Sostenibilidad económica, social y medioambiental fue, por tanto, natural: estaba ligado a la forma en que nos relacionábamos con clientes, proveedores y comunidades locales.
«En Gadisa, la Responsabilidad Social no surgió como una moda, sino como un compromiso genuino con nuestro entorno»
Con el tiempo, esa manera de entender la empresa se ha ido profesionalizando, estructurando una estrategia con objetivos concretos, pero manteniendo intacta la esencia de compromiso con el entorno, que sigue guiando cada una de nuestras decisiones.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzó en comparación con cómo es hoy?
Hace dos décadas, la RSE en España estaba muy ligada a la filantropía y a acciones puntuales de mecenazgo. Había pocas empresas con planes estructurados y casi no se hablaba de Sostenibilidad como parte de la estrategia de negocio.
Hoy, la situación es muy diferente: la RSE forma parte de la gestión empresarial, se mide, se comunica con transparencia y se relaciona con objetivos globales como los ODS. Las empresas, grandes y pequeñas, son más conscientes de que su impacto va más allá de los resultados económicos.
Sin embargo, todavía queda recorrido para que todas las compañías integren la Sostenibilidad como algo transversal y real, y no solo como un elemento de comunicación.
¿Cuándo conociste a Corresponsables? ¿Qué papel consideras que ha tenido en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas?
Conocimos a Corresponsables hace más de diez años, cuando la RSE en España todavía era un ámbito en plena construcción. Fue una de las primeras plataformas en dar visibilidad a las buenas prácticas y en generar un espacio de diálogo entre empresas, entidades sociales y administraciones. Recordamos con especial cariño algunos encuentros en los que, más allá de presentar proyectos, tuvimos la oportunidad de intercambiar experiencias con empresas muy diversas, demostrando que la Sostenibilidad se puede impulsar desde cualquier tamaño o sector si hay compromiso real.
«Corresponsables ha sido un referente clave para dar visibilidad a las buenas prácticas y fortalecer la RSC en todas las empresas»
Corresponsables ha contribuido a generar un lenguaje común, difundiendo casos de éxito y mostrando que la Sostenibilidad no es exclusiva de las grandes corporaciones, sino que también se construye desde empresas familiares y regionales como la nuestra.
Querida Melisa, ¿qué cambios significativos has observado en esta materia desde que comenzaste?
En estos años hemos visto una profesionalización y una mayor integración de la RSE en la estrategia empresarial.
Antes, la Responsabilidad Social se asociaba a donaciones puntuales o acciones solidarias aisladas. Hoy, la mayoría de las compañías trabaja con objetivos medibles, indicadores y marcos de referencia como los ODS o los criterios ESG.
«La Sostenibilidad debe ser una parte integral de la estrategia empresarial, no una actividad aislada»
También ha aumentado la exigencia de la sociedad y de los propios consumidores, que valoran la coherencia y penalizan el greenwashing.
Por último, se ha consolidado la idea de que la Sostenibilidad no es solo medioambiental, sino también económica y social, algo fundamental para generar un impacto positivo duradero.
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que han proporcionado un marco global y un lenguaje común para empresas y organizaciones.
Las directivas europeas de información no financiera, que han impulsado la transparencia y la medición del impacto.
El aumento de la conciencia social, especialmente en temas como la igualdad y el consumo responsable.
La presión de los propios consumidores y de la sociedad civil, que ha hecho que las empresas sean más conscientes de la importancia de actuar de forma coherente.
Estos factores han impulsado que la RSE deje de ser algo accesorio y pase a formar parte de la estrategia de negocio, integrando la Sostenibilidad económica, social y medioambiental como palancas de competitividad a largo plazo.
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
La principal lección es que la RSE solo tiene sentido si es auténtica y coherente con la forma en la que se gestiona la empresa. No se trata de acciones aisladas, sino de una visión a largo plazo que debe impregnar la toma de decisiones.
También hemos aprendido que la Sostenibilidad no es un destino, sino un camino de mejora continua: siempre hay margen para hacer las cosas mejor, ser más eficientes y generar más valor compartido.
«Hoy, la RSC se mide, se comunica y se conecta con los ODS para generar un impacto real»
Por último, entendemos que los proyectos con mayor impacto son aquellos que nacen del compromiso real con el territorio y con las personas. Esa autenticidad es la que construye confianza a largo plazo.
¿Tienes alguna anécdota, Melisa, que refleje el espíritu y los desafíos de los primeros años de la RSE?
En los primeros años, muchas de las iniciativas se organizaban de manera muy sencilla, sin grandes estructuras ni recursos específicos. Por ejemplo, las primeras visitas escolares a nuestras tiendas, que hoy forman parte del programa Alimentes, comenzaron como una forma espontánea de abrir las puertas a los colegios para explicar cómo funciona un supermercado y transmitir hábitos de consumo responsable.
Con el tiempo, aquellas acciones que empezaron de manera modesta fueron creciendo, profesionalizándose y convirtiéndose en proyectos consolidados que hoy llegan a miles de personas.
Esta evolución refleja muy bien cómo hemos entendido siempre la RSE: como un compromiso que se construye paso a paso, con coherencia y sin perder la cercanía con el entorno.
¿Cuáles consideras que han sido los pioneros en esta materia?
En Galicia, muchas empresas familiares y de proximidad han practicado la Responsabilidad Social mucho antes de que se llamara así: apoyando a su entorno, generando empleo estable y colaborando con su comunidad.
«Los consumidores son cada vez más exigentes y valoran la coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos»
A nivel nacional, han sido referentes aquellas compañías que entendieron pronto que la RSE debía integrarse en la estrategia de negocio y no quedarse en acciones puntuales, especialmente en sectores como la alimentación, la energía o la banca.
Nuestros principales referentes siempre han sido aquellas empresas y personas comprometidas con su territorio, que demuestran que se puede ser competitivo y, a la vez, tener un impacto positivo en la sociedad.
¿Puedes compartir algún caso de éxito que consideres emblemático en el campo de la RSE?
Voy a hablar de GADIS. Un caso especialmente emblemático para nosotros es el programa Alimentes, que nació con el objetivo de educar en hábitos de alimentación saludable, consumo responsable y respeto por el entorno.
Hoy, más de 130.000 escolares han participado en las actividades de Alimentes, con materiales adaptados al currículo oficial de Galicia y Castilla y León. Lo que comenzó como una iniciativa modesta de visitas escolares se ha convertido en un programa educativo consolidado, que conecta directamente con nuestros valores como empresa local.
Otro ejemplo es Mayo Solidario, una campaña que moviliza cada año a miles de clientes, empleados y proveedores para la recogida de alimentos destinados a bancos de alimentos y entidades sociales de nuestro entorno. Es un proyecto que demuestra que la colaboración entre empresa, clientes y sociedad puede generar un impacto real y cercano.
Melisa, ¿qué lecciones has aprendido a lo largo de estos años en el campo de la RSE y la Sostenibilidad?
La primera lección es que la Sostenibilidad solo funciona cuando forma parte de la cultura de la empresa, no cuando se trata como un añadido.
También hemos aprendido que los resultados más valiosos se consiguen a largo plazo, con constancia y coherencia. No se trata de proyectos aislados, sino de integrar la RSE en cada decisión diaria, desde la relación con los proveedores hasta la gestión de las personas o el respeto por el entorno.
«La Sostenibilidad no solo es medioambiental, también tiene un impacto económico y social que debe estar presente en cada decisión empresarial»
Por último, hemos confirmado que la RSE no es un gasto, sino una inversión: genera confianza, refuerza los vínculos con clientes y proveedores, y contribuye al desarrollo del territorio donde operamos.
¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad?
En los próximos años, la Sostenibilidad estará marcada por una mayor exigencia normativa, social y de transparencia. Cada vez habrá más indicadores, estándares y auditorías para medir el impacto real de las empresas.
Pero, más allá de la regulación, creemos que la Responsabilidad Social debe ser una elección consciente de cada empresa, una forma de entender el negocio a largo plazo. Muchas veces, las compañías asumimos compromisos y realizamos acciones que van más allá de lo que exige la ley, contribuyendo a cubrir necesidades sociales o medioambientales que, en otros contextos, corresponderían a las administraciones.
«La colaboración entre empresas, administraciones y entidades sociales es esencial para construir un impacto positivo y duradero»
En este sentido, la clave seguirá siendo la coherencia y la autenticidad: los proyectos que perduran son los que nacen de valores reales y de una forma honesta de gestionar la empresa. El resto, cuando se basa solo en imagen, tiene un recorrido muy corto.
La gran oportunidad para las empresas será diferenciarse precisamente por esa verdad y por la capacidad de generar valor compartido con empleados, clientes y comunidades, construyendo relaciones sólidas y de confianza.
Para finalizar, ¿qué papel crees que deben jugar las nuevas generaciones en la continuación de este legado?
Las nuevas generaciones tienen un papel fundamental porque aportan una visión más consciente y exigente sobre el impacto social y ambiental de las empresas.
Pero también es cierto que, para que puedan liderar este cambio, necesitan implicarse activamente, más allá de la visibilidad en redes sociales. La Sostenibilidad real requiere trabajo, compromiso y esfuerzo continuado.
Las empresas debemos ofrecer espacios donde puedan desarrollarse y aportar valor, pero también es importante que asuman que el impacto positivo se construye con hechos, no solo con discursos. Si conseguimos alinear su energía con proyectos sólidos y auténticos, podremos avanzar juntos hacia una economía más responsable y sostenible.