María Viver, ex directora general de la Fundación Randstad, es una de las voces más firmes y con mayor recorrido en el impulso de la inclusión laboral y la Sostenibilidad en España. Fundadora de la entidad hace veinte años, lideró desde entonces su consolidación como referente en diversidad, empleo inclusivo y compromiso social. “Las empresas son agentes fundamentales de cambio social”, afirma con convicción, y reivindica la Sostenibilidad como una estrategia transversal que abarca desde el cuidado del medioambiente hasta el bienestar de las personas.
Con una trayectoria vinculada desde sus inicios a la gestión pública y al asesoramiento en políticas de empleo y servicios sociales, Viver reconoce que su vocación nació con la voluntad de “construir una sociedad mejor” desde todos los frentes posibles. Hoy defiende una visión ambiciosa de la RSE, donde “el éxito depende de la colaboración entre todos los agentes implicados” y donde “la acción conjunta es la única vía para resolver los desafíos complejos que enfrentamos”.
En esta entrevista, repasa los principales hitos que han transformado el campo de la sostenibilidad empresarial en las últimas décadas: la irrupción de los ODS, el Acuerdo de París, el auge de las finanzas sostenibles y “el despliegue regulatorio sin precedentes” que obliga a las organizaciones a asumir su responsabilidad con las personas y el planeta.
Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, subraya el papel clave del medio como altavoz del cambio: “No cabe duda de que Corresponsables ha sido un actor esencial en el crecimiento de la RSE. Su labor de difundir buenas prácticas y dar voz a experiencias con impacto positivo ha sido fundamental”. Y lanza una mirada al futuro: “Las nuevas generaciones tendrán la llave para que la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad se conviertan en el pilar fundamental del desarrollo”.
María, ¿qué te motivó a involucrarte en el mundo de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad, y cómo comenzó ese interés?
Mi interés por estos temas surgió a principios de los años 2000, cuando trabajaba en el gabinete del presidente del Gobierno como asesora en empleo y servicios sociales. En aquel entonces, figuras como Nuria Chinchilla, del IESE, y el fallecido José Ramón Losana, director de la Fundación Más Familia, nos invitaron a participar en la elaboración del Certificado CEFR. Impulsamos esta iniciativa con un evento en Moncloa que contó con la presencia de las empresas del IBEX y del propio presidente del Gobierno.
Recuerdo aquellos años con gran intensidad, porque mi propósito era enfocar la atención en el desarrollo de valores que contribuyeran a construir una sociedad mejor. Estoy convencida de que las empresas son agentes fundamentales de cambio social. Desde entonces, mi trayectoria profesional ha estado estrechamente vinculada a la RSC, la sostenibilidad, los criterios ESG y la gestión de fundaciones corporativas, ámbitos desde los cuales continúo contribuyendo a ese propósito. De hecho, hace 20 años fundé la Fundación Randstad.
¿Cómo describirías la evolución que ha tenido la Responsabilidad Social Empresarial desde sus comienzos hasta hoy?
Sin duda, el progreso ha sido significativo y muy positivo. Desde 1953, cuando Bowen publicó ‘Social Responsibilities of the Businessman’, pasando por las ideas de Milton Friedman hasta llegar a la propuesta de “Share Value” de Michael Porter y Mark Kramer, el pensamiento económico sobre estos temas ha evolucionado mucho.
«Las empresas son agentes fundamentales de cambio social»
Al principio, la dificultad radicaba en gestionar estos intangibles y en la falta de convencimiento acerca de que la implementación de estas estrategias podía beneficiar económicamente a las empresas. Con el tiempo, a medida que las grandes compañías globales comenzaron a constatar los beneficios reales, surgieron teorías complementarias como la teoría de los stakeholders o la due diligence, que han permeado las estrategias empresariales y hoy son objeto de regulación europea en aspectos de gobernanza, medio ambiente y responsabilidad social, especialmente en relación con las personas y las comunidades.
Actualmente, vivimos un despliegue regulatorio sin precedentes en estos ámbitos, que obliga a las organizaciones a adaptarse a un nuevo escenario.
¿Cuándo fue tu primer contacto con Corresponsables y qué recuerdos guardas de esa relación a lo largo del tiempo?
En Fundación Randstad nacimos casi a la par que Corresponsables, por lo que nuestros caminos han estado siempre muy entrelazados. Si retrocedo veinte años, recuerdo que quienes trabajábamos en estos temas éramos como predicadores en el desierto; todos tenemos anécdotas de esos primeros tiempos.
«No cabe duda de que Corresponsables ha sido un actor esencial en el crecimiento de la RS»
Por ejemplo, recuerdo que hace dos décadas, cuando hablaba de la integración de colectivos desfavorecidos y mencionaba la LISMI, explicando que había que contratar personas con discapacidad, la incredulidad se reflejaba en las caras de muchos, a pesar de que esa ley estaba vigente desde 1982.
No cabe duda de que Corresponsables ha sido un actor esencial en el crecimiento de la RSE. Su labor de difundir buenas prácticas, dar voz a experiencias con impacto positivo y mostrar el trabajo de otros para inspirar nuevas iniciativas ha sido fundamental. Quienes hemos desarrollado nuestra carrera profesional en la RSE sólo podemos agradecer el compromiso, el rigor y el conocimiento con que este medio ha contribuido desde sus inicios.
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a Corresponsables por brindarme esta oportunidad de participar. Los animo a seguir impulsando estas iniciativas que contribuyen al conocimiento y al compromiso con la sostenibilidad, aspectos que nos benefician a todos.
Desde tu experiencia, ¿qué transformaciones consideras que han marcado la evolución de la sostenibilidad y la responsabilidad social desde que empezaste a trabajar en este ámbito?
A lo largo de estos años, hemos observado un aumento significativo del compromiso con la sostenibilidad por parte de todos los actores involucrados. Vivimos en una sociedad mucho más consciente y sensibilizada respecto a estos temas. En mi opinión, uno de los cambios más relevantes ha sido precisamente el significado ampliado de la sostenibilidad y su carácter transversal. Hoy entendemos la sostenibilidad como una estrategia organizacional que orienta la manera de hacer negocios, teniendo en cuenta los impactos ambientales y sociales derivados de la actividad económica.
«La evolución de la Responsabilidad Social Empresarial ha sido significativa y muy positiva»
Actualmente, la atención se centra en medir y mitigar estos impactos, promover el desarrollo de energías limpias y respetuosas con el medio ambiente, implementar sistemas de prevención de riesgos, y facilitar la transición hacia economías verdes, circulares y renovables. En el ámbito social, también hemos avanzado en la forma de hacer partícipes a las comunidades locales, incluir la diversidad de talentos, cuidar la salud y el bienestar de los trabajadores y sus cadenas de valor, así como desarrollar modelos de trabajo que promuevan un equilibrio geográfico y económico. En definitiva, son hoy temas materiales, globales y estratégicos que dan lugar a compromisos impulsados a nivel internacional.
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más trascendentales en la evolución de la RSE y la sostenibilidad durante las últimas dos décadas? ¿Qué factores han favorecido estos avances?
En estas últimas dos décadas, y especialmente en los últimos años, la RSE y la sostenibilidad han experimentado una evolución notable. Un hito fundamental fue la adopción, en septiembre de 2015, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) por parte de la ONU, que han impulsado a muchas empresas a alinear sus estrategias con estos 17 objetivos globales.
También en 2015, el Acuerdo de París sobre cambio climático se convirtió en un catalizador para que las empresas adoptaran prácticas más sostenibles, reduciendo sus emisiones de CO₂.
Además, la creciente demanda de transparencia ha llevado a muchas compañías a publicar informes de sostenibilidad siguiendo estándares internacionales reconocidos, como los de la Global Reporting Initiative (GRI) o el Sustainability Accounting Standards Board (SASB). A nivel europeo, destacan directivas como la 95/EU/2014 y la más reciente sobre información corporativa en sostenibilidad.
«Actualmente vivimos un despliegue regulatorio sin precedentes que obliga a las organizaciones a adaptarse»
Las finanzas sostenibles también han ganado protagonismo, con un aumento significativo de la inversión en fondos que aplican criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), incentivando a las empresas a mejorar sus prácticas.
Finalmente, la transición hacia una economía circular ha cobrado impulso, promoviendo la innovación en productos y procesos sostenibles. La tecnología ha desempeñado un papel crucial en esta transformación, mejorando la eficiencia energética, reduciendo residuos y facilitando la creación de productos más respetuosos con el medio ambiente.
A lo largo de tu trayectoria, ¿qué aprendizajes consideras que han sido clave en el camino de la RSE?
Una de las lecciones más importantes que he aprendido es que el éxito en este ámbito depende fundamentalmente de la colaboración entre todos los agentes implicados. Por eso, en Fundación Randstad apostamos por aunar esfuerzos entre las administraciones públicas, el tecido empresarial y las organizaciones sociales, conscientes de que solo así se puede lograr un impacto social significativo.
«Los problemas actuales son complejos y solo se resolverán mediante la acción conjunta de todos los implicados»
¿Quiénes consideras que han sido los pioneros en este ámbito?
Uno de los impulsores más relevantes en España ha sido DIRSE, la Asociación Española de Directivos de Sostenibilidad, a la que pertenezco. Gracias a su trabajo, cada vez más directivos y responsables de alta dirección se comprometen con los valores de la sostenibilidad.
También destacaría a Forética y Seres por la calidad y alcance de sus iniciativas, así como por su capacidad para reunir expertos y promover acciones concretas.
Por último, Corresponsables ha estado presente desde los inicios, con una destacada habilidad para convocar iniciativas y acercar las mejores prácticas nacionales e iberoamericanas.
¿Podrías compartir algún caso de éxito que consideres especialmente emblemático en el ámbito de la RSE?
En España contamos con varios referentes que gozan de reconocimiento internacional. En el sector financiero, destaca el BBVA por su impulso en finanzas sostenibles y las inversiones con impacto responsable, así como la Caixa por su modelo de negocio socialmente responsable.
En el ámbito medioambiental, Ecoedes ha promovido nuevas formas de actuación para el desarrollo energético sostenible, la protección de la naturaleza, la lucha contra el cambio climático, el consumo responsable y la cooperación para el desarrollo.
«La Sostenibilidad es una estrategia transversal que abarca desde el cuidado del medio ambiente hasta la inclusión y el bienestar de los trabajadores»
Por otro lado, Cáritas ha demostrado su gran capacidad de respuesta en momentos críticos, como durante la pandemia.
Permítanme también mencionar, con orgullo, a la Fundación Randstad, que ha liderado la gestión de la integración de personas con discapacidad, el empleo, y las políticas de diversidad e inclusión.
Existen muchas otras entidades que han estado a la vanguardia, abriendo caminos para impulsar y desarrollar prácticas que respeten el planeta, las personas y el desarrollo económico sostenible.
Mirando hacia adelante, ¿cómo visualizas el futuro de la RSE y la sostenibilidad? ¿Qué retos y oportunidades crees que surgirán en las próximas dos décadas?
Considero que el gran desafío será que la sostenibilidad se integre cada vez más de manera holística en el desarrollo económico y social. Será necesario avanzar en la resolución de los retos ambientales, energéticos, sociales y estructurales, siempre buscando un equilibrio económico, cultural y social sostenible.
Creo que aún queda camino por recorrer para establecer estándares claros en distintos ámbitos, y en particular, en los próximos años el mayor reto estará en el plano social, para avanzar hacia una igualdad de oportunidades real para todos.
«Aunar esfuerzos entre administraciones, tejido empresarial y organizaciones sociales es clave para lograr un impacto social significativo»
Es fundamental promover el desarrollo de ecosistemas sociales de acción, donde la unión y colaboración de todos los agentes involucrados permita alcanzar los objetivos comunes. Los problemas actuales son complejos y sólo se resolverán mediante la acción conjunta de todos los implicados.
Afortunadamente, la sociedad está cada vez más concienciada sobre estos retos, lo que sin duda facilitará los avances necesarios.
¿Qué rol consideras que tendrán las nuevas generaciones en la continuidad y fortalecimiento de este legado?
Hasta ahora, hemos trabajado en definir los conceptos y en difundir la importancia del compromiso con estos valores. Pero serán, sin duda, las nuevas generaciones quienes tendrán la llave para que la responsabilidad social y la sostenibilidad se conviertan en el pilar fundamental sobre el que se construya el desarrollo de cualquier negocio o actividad futura.
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