Laura Inés Fernández, CEO de Bein Mindset, lleva más de dos décadas impulsando un modelo de empresa alineado con el desarrollo sostenible. “Me cautivó la idea de que el tejido empresarial podía ser un motor real de transformación social”, recuerda sobre sus inicios en la Responsabilidad Social, allá por los años 90. Desde entonces, ha sido testigo de una evolución profunda: “Hemos pasado de una RSE basada en acciones puntuales a una visión estratégica e integrada en el negocio”, afirma con claridad. En esta entrevista repasa, con visión crítica y experiencia acumulada, los avances y las deudas pendientes de las organizaciones, especialmente en el ámbito de la sostenibilidad social.
Con motivo del 20º Aniversario de Corresponsables, Fernández subraya el papel clave del medio como impulsor del cambio y espacio de referencia: “Lo que más me llamó la atención desde el inicio fue su foco en los datos objetivables”. A su juicio, la labor de Corresponsables ha sido fundamental para “visibilizar la importancia de la sostenibilidad empresarial y profesionalizar el sector”. Además, destaca su contribución a un ecosistema más informado, exigente y con capacidad de influencia real.
“Es un viaje, no un destino”, asegura Laura cuando se le pregunta por la mayor lección aprendida. Con humildad y convicción, subraya la importancia de evolucionar al ritmo de las sociedades a las que servimos, apostando siempre por la escucha activa, la rendición de cuentas y la integración del propósito en el corazón del negocio. Casos como el de Novartis, o referentes como Patagonia y GRI, son para ella ejemplos de cómo la RSE puede y debe estar alineada con la esencia de la actividad empresarial.
De cara al futuro, se muestra optimista pero exigente: reconoce los avances, pero advierte de que “aún queda mucho por hacer” y que la presión social seguirá siendo una palanca esencial.
Laura, ¿cómo descubriste tu vocación por la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad, y qué vivencias recuerdas de aquellos primeros pasos en este camino?
Mi interés por la Responsabilidad Social surgió a finales de los años 90, durante mis estudios universitarios. Fue entonces cuando empecé a comprender que las empresas no solo podían generar beneficios económicos, sino también tener un impacto positivo en la sociedad y en el medio ambiente. Me cautivó la idea de que el tejido empresarial podía ser un motor real de transformación social.
“Me cautivó la idea de que el tejido empresarial podía ser un motor real de transformación social”
Recuerdo bien las épocas en las que las iniciativas más innovadoras pasaban por plantar árboles, y muchas de ellas acababan siendo simplemente actividades de teambuilding. Aunque, al mismo tiempo, fui testigo de iniciativas muy inspiradoras, como alianzas entre grandes farmacéuticas y compañías aéreas para hacer llegar medicamentos a territorios desfavorecidos. Todo ello me confirmó que otro modelo empresarial era posible y que, con visión y compromiso, se podía generar un cambio real.
¿Cómo ha evolucionado, desde tu perspectiva, el concepto de Responsabilidad Social desde aquellos primeros años hasta hoy?
En sus inicios, la RSE era vista fundamentalmente como una iniciativa filantrópica o como una extensión del departamento de relaciones públicas. Muchas organizaciones la entendían más como un gasto accesorio que como una inversión estratégica. Se percibía como una opción, no como una obligación.
“La Responsabilidad Social pasó de ser una opción filantrópica a convertirse en un imperativo estratégico”
Hoy, afortunadamente, ese enfoque ha cambiado sustancialmente. La Responsabilidad Social se ha integrado en el núcleo de muchas estrategias empresariales, y su valor es reconocido tanto para la reputación como para la atracción de talento y la sostenibilidad a largo plazo. Aun así, todavía queda un largo camino por recorrer para que todas las empresas la asuman de forma integral y con la profundidad que merece.
Repasando este largo camino, ¿cuándo conociste Corresponsables y qué destacarías de su papel en la profesionalización de la RSE durante estos veinte años?
Hace ya varios años que descubrí Corresponsables, y lo que más me llamó la atención desde el inicio fue su foco en los datos objetivables. En un ámbito donde muchas veces predominan los discursos genéricos, su apuesta por la medición, el análisis riguroso y la transparencia informativa me pareció un diferencial muy valioso.
A lo largo de estas dos décadas, Corresponsables ha desempeñado un papel fundamental en la profesionalización de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad. Ha contribuido de forma decidida a visibilizar su importancia dentro del ámbito empresarial y a impulsar la adopción de prácticas responsables. Su labor como medio especializado ha ayudado a consolidar un ecosistema más exigente, más informado y con mayor capacidad de transformación.
“Corresponsables ha contribuido a visibilizar la importancia de la sostenibilidad empresarial y a profesionalizar el sector”
Desde tu experiencia, ¿qué cambios estructurales consideras más relevantes en el campo de la RSE? ¿Qué avances destacarías como más transformadores?
Los cambios que hemos vivido han sido realmente radicales. Hemos pasado de una RSE basada en acciones puntuales y desarticuladas a una visión mucho más estratégica e integrada en el negocio. Hoy, la Sostenibilidad se ha convertido en una prioridad no solo para las empresas, sino también para inversores, consumidores y profesionales.
Además, el marco regulatorio ha evolucionado con fuerza, impulsando mayores niveles de transparencia, exigencia y rendición de cuentas. Aun así, considero que seguimos teniendo una gran deuda pendiente en materia de Sostenibilidad Social, que requiere aún más atención y compromiso por parte de las organizaciones.
¿Cuáles dirías que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas?
Sin lugar a dudas, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) han sido un hito clave. Han ofrecido un marco común, claro y global que ha permitido a las empresas alinear sus estrategias de Sostenibilidad con retos universales. Han facilitado la conexión entre el propósito social de las organizaciones y sus modelos de negocio.
“Los Objetivos de Desarrollo Sostenible han ofrecido un marco común que ha conectado propósito y negocio”
También ha sido muy relevante la complejización de la legislación y de los requerimientos de reporting, que ha elevado el nivel de exigencia y profesionalización. En este sentido, la aparición de métricas comparables —como las que ofrecemos desde Bein Mindset— ha sido decisiva para impulsar una mayor rendición de cuentas, especialmente en temas de DEI y Sostenibilidad.
A lo largo de tu trayectoria, que hoy repasamos contigo, ¿qué aprendizajes personales te ha dejado este camino? ¿Hay alguna anécdota que resuma los retos y aprendizajes de los primeros años y quieras compartir con el público de Corresponsables?
Si tuviera que resumirlo en una frase, diría: es un viaje, no un destino. La RSE requiere paciencia, visión a largo plazo y una actitud de mejora continua. Las prácticas deben evolucionar en paralelo a las sociedades a las que servimos, y eso implica estar siempre atentos, abiertos y comprometidos con el cambio.
“Es un viaje, no un destino: la RSE requiere paciencia y una actitud de mejora continua”
Una anécdota que siempre recuerdo con claridad fue aquella vez que, en una reunión interna de una multinacional, se propuso “salir a plantar árboles” como gran acción de RSE. Recuerdo verme explicando que, si bien era una buena idea, la RSE iba mucho más allá. Fue un momento muy ilustrativo de cómo ha cambiado —y madurado— el entendimiento general sobre la responsabilidad de las organizaciones. Hoy sabemos que ya no se trata solo de reputación o acciones puntuales, sino de un compromiso real con el planeta y las personas.
¿Qué referentes personales o institucionales destacarías como pioneros en el impulso de la RSE?
Desde mi experiencia, destacaría el papel de Patagonia y Unilever como dos organizaciones pioneras que supieron integrar la Sostenibilidad en el corazón mismo de su modelo de negocio. Ambas marcaron el camino de lo que hoy entendemos como empresas con propósito, demostrando que es posible generar valor económico y, al mismo tiempo, tener un impacto social y ambiental positivo.
También considero que GRI (Global Reporting Initiative) ha realizado un aporte enorme a la hora de estandarizar la información no financiera. Gracias a su labor, hoy existe una base sólida para evaluar, comparar y mejorar el desempeño en materia de Sostenibilidad.
¿Puedes compartir algún caso de éxito que te haya marcado especialmente a lo largo de tu trayectoria?
Hay muchos casos que considero valiosos, incluso aquellos que no logran todo el impacto previsto nos dejan grandes lecciones para seguir evolucionando. Pero si tengo que destacar uno que me impactó especialmente, mencionaría el caso de Novartis y su estrategia para facilitar el acceso a medicamentos en territorios desfavorecidos. Fue uno de los primeros ejemplos que conocí de una acción de RSE totalmente alineada con el core business de la compañía.
“El caso de Novartis me impactó por estar completamente alineado con el core del negocio”
Ese enfoque —centrado en generar impacto social desde la propia actividad principal de la empresa— me pareció transformador. A día de hoy, sigue siendo una de las iniciativas que más recuerdo y que mejor ejemplifica cómo la Sostenibilidad puede integrarse de forma auténtica y estratégica.
Bajo tu punto de vista, ¿cómo imaginas el futuro de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad? ¿Qué retos y oportunidades anticipas en las próximas décadas?
Cada vez vemos más empresas que adoptan prácticas sostenibles, y también un aumento significativo en la demanda por parte de consumidores y clientes que exigen productos y servicios más responsables. Esta presión social se ha convertido en una poderosa palanca de transformación.
Sin embargo, alcanzar plenamente los Objetivos de Desarrollo Sostenible sigue siendo un desafío pendiente. Aún queda mucho por hacer. En este contexto, el rol de los propios consumidores —junto con el de las personas empleadas, proveedores y aliados— es clave para empujar a las organizaciones a actuar de forma cada vez más coherente con los valores de la Sostenibilidad.
Y Laura, hablando de ese futuro, ¿qué papel deberían jugar las nuevas generaciones en este proceso de transformación?
Todo apunta a que las nuevas generaciones son más conscientes y están mejor informadas. Son también más exigentes a la hora de consumir y relacionarse con las marcas. Esta actitud crítica y proactiva será clave para acelerar la transformación sostenible.
“Las nuevas generaciones serán el motor que lleve la transformación sostenible al siguiente
Cuando lleguen a puestos de decisión, estarán mejor preparadas para integrar la Responsabilidad Social no solo como un valor añadido, sino como una forma natural de hacer empresa. Su compromiso puede marcar la diferencia tanto para las organizaciones como para el planeta y las personas. En definitiva, ellas serán el motor que mantenga el impulso y lleve esta evolución al siguiente nivel.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.