El Perú avanza de forma sostenida hacia un modelo energético más limpio para el 2024, así lo demuestra el portal LowPower Carbon al indicar que más del 63 % de la electricidad generada en el país provino de fuentes de baja emisión de carbono, principalmente hidroeléctricas. En este contexto, las microrredes se consolidan como una herramienta clave para que la minería peruana reduzca costos y emisiones, garantizando un suministro confiable incluso en zonas de difícil acceso.
Estas infraestructuras integran energías renovables, almacenamiento y gestión digital, permitiendo reducir costos operativos y asegurar la continuidad eléctrica en entornos aislados. Su adopción representa una inversión estratégica para fortalecer la resiliencia energética y avanzar hacia una minería más sostenible.
“Las microrredes son sistemas de energía localizados que pueden operar de forma independiente o conectadas a la red principal. Combinan fuentes renovables, almacenamiento y control digital para garantizar un suministro confiable y optimizado”, explicó Anderson Gómez, Key Account Manager de Schneider Electric.
De acuerdo con el análisis de Grand View Research, el mercado de microrredes en América Latina generó más de USD 6 500 millones en 2023 y crecerá a una tasa anual superior al 16 % hasta 2030, impulsado por la transición hacia energías renovables y la adopción de sistemas de almacenamiento. En el Perú, este potencial se orienta principalmente al sector minero, responsable de cerca del 10 % del PBI nacional, y donde la eficiencia energética se ha convertido en un pilar de competitividad.
Continuidad eléctrica y reducción de costos
En operaciones mineras de altura, las microrredes permiten optimizar el uso de energía, reducir las emociones y asegurar la continuidad eléctrica. A través de la plataforma EcoStruxure™ Microgrid Advisor, Schneider Electric ofrece soluciones que combinan automatización, inteligencia artificial y analítica avanzada para monitorear, prever y optimizar el flujo energético en tiempo real.
“Garantizar energía limpia y continua en minería no solo es un tema de productividad, sino de responsabilidad ambiental. Las microrredes permiten reducir la huella de carbono y asegurar la continuidad operativa incluso en condiciones extremas”, añadió Gómez.
Más allá de su impacto industrial, estas soluciones también promueven la electrificación de comunidades cercanas a las zonas mineras, contribuyendo al desarrollo local y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) vinculados a energía asequible y acción climática.

