Hace unas semanas tuve la oportunidad, junto con otras compañeras del Foro de Directivas de Personas, de visitar la Fundación Pasqual Maragall. Fue una experiencia profundamente inspiradora que nos conectó no solo con la ciencia y la investigación, sino también con la parte más humana de nuestra labor como líderes de personas.
Desde el primer momento, nos pareció una ocasión única para generar un puente entre liderazgo femenino y compromiso social, en sintonía con nuestros valores: el cuidado de las personas, la salud mental y la responsabilidad corporativa.
Visitar la Fundación nos permitió visibilizar la importancia de la investigación en Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas, reforzando la idea de que el liderazgo femenino puede y debe estar presente en causas de alto impacto humano.
La experiencia no terminó cuando salimos de la Fundación. Todo lo contrario: despertó conversaciones muy enriquecedoras entre las directivas que participamos.
Nos hizo sentir un orgullo profundo por poder vincular nuestras responsabilidades profesionales con una causa tan humana y necesaria. También fortaleció nuestra conexión como red de líderes, recordándonos que nuestro impacto va mucho más allá de las decisiones corporativas.
En definitiva, nos reafirmó en la importancia de gestionar talento y bienestar desde una perspectiva de propósito y compromiso social.
Uno de los momentos más emocionantes de la jornada fue la intervención de Glòria Oliver, directora general adjunta de la Fundación. Su cercanía, claridad y pasión nos conmovieron profundamente. Nos habló de la necesidad de unir ciencia, empatía y acción, transmitiendo con fuerza la urgencia de sumar esfuerzos desde distintos sectores.
Su visión y compromiso dejaron una huella emocional muy positiva en todas nosotras, recordándonos que la investigación y la colaboración intersectorial son esenciales para avanzar hacia un futuro sin Alzheimer.
Recientemente, el Foro de Directivas de Personas dio un paso más y se sumó como entidad colaboradora con la Fundación. Estoy convencida de que este tipo de alianzas generan un impacto positivo, no solo en quienes se benefician directamente, sino también en nuestros clientes, equipos y grupos de interés.
Colaborar con una causa tan transformadora proyecta autenticidad y coherencia. Demuestra que nuestras organizaciones no solo trabajan bien, sino que también lo hacen con conciencia y propósito, algo que cada vez es más valorado por la sociedad.
A quienes todavía se lo están pensando, les diría de corazón que no lo duden. Colaborar con la Fundación Pasqual Maragall no solo cambia la vida de quienes luchan contra el Alzheimer, sino que también transforma profundamente a quienes deciden implicarse.
Es una oportunidad para alinear propósito y acción, para dejar una huella que trascienda los resultados económicos.
Porque, al final, lo que realmente importa es el impacto que generamos en la vida de las personas. Y pocas causas son tan universales y humanas como la lucha contra el Alzheimer.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Alzheimer