El ictus y las enfermedades vasculares
Lo primero que me gustaría hacer es situar el ictus dentro de las enfermedades vasculares, existen las enfermedades cardiovasculares, estrechamente ligadas al corazón, como el infarto de miocardio y las enfermedades cerebrovasculares, que tienen que ver con el cerebro, aquí está situada el ictus.
Ambas enfermedades tienen factores de riesgo específicos, pero comparten muchos de los riesgos cardiovasculares ligados en gran medida a hábitos y estilos de vida poco saludables, alguno de estos riesgos puede ser; obesidad, sedentarismo, colesterol elevado, hipertensión, tabaquismo, etc.
Actuando sobre estos factores, estamos reduciendo tanto el riesgo de infarto como de ictus, es decir, la salud del corazón y del cerebro están muy relacionadas y modificando nuestros hábitos estamos mejorando significativamente nuestra calidad de vida.
No hay que olvidar que ambas enfermedades tienen una tasa de mortalidad muy elevada, cierto, pero en este punto resaltar que el ictus es una enfermedad también altamente discapacitante y las secuelas provocadas tras un ictus son muy diversas, secuelas físicas, cognitivas, conductuales, del lenguaje, secuelas invisibles como la fatiga, perdida de la atención, etc., es decir, el ictus es una enfermedad que te puede matar, como otras, pero que si no lo hace lo normal es que te genere secuelas discapacitantes, incluso dependientes.
Antecedentes y situación del ictus en España y Europa
Seguramente en este especial se darán datos genéricos de impacto social de las enfermedades “vasculares” pero permítanme que haga un zoom y os cuente el impacto real del ictus en nuestro país y en nuestro entorno, estos datos están obtenidos de la Estratégia en ictus del Sistema Nacional de Salud 2024 (la Fundación Freno al ICTUS participó en su elaboración como parte del comité técnico).
El ictus es la segunda causa de muerte, la tercera causa de discapacidad y una de las principales causas de demencia en todo el mundo. La incidencia por edad de ictus en personas más jóvenes (es decir, <55 años) está aumentando, el ictus no es ya una enfermedad exclusiva de gente “mayor”.
Anualmente, cerca de 1,1 millones de europeos sufren un ictus, de las cuales entre un 20% y un 35% fallecen. Cerca de un tercio de las personas que sobreviven quedan en situación de dependencia funcional, siendo la primera causa de discapacidad en Europa.
Cada año, alrededor de 120.000 personas sufren un ictus en España y fallecen alrededor de 25.000 personas por esta enfermedad, el ictus es la primera causa de muerte entre las mujeres españolas.
Por último, se estima que, en el mundo, una de cada cuatro personas sufrirá un ictus a lo largo de su vida.
¿Qué podemos hacer desde la empresa?
Afortunadamente, el ictus es una enfermedad altamente prevenible y tratable, el 90% de los ictus son debidos a factores modificables (cosas que podemos cambiar en nuestro día), pero además es una enfermedad tiempo-dependiente y si somos capaces de reconocer los síntomas y actuar rápida y correctamente le podemos cambiar el futuro a alguien, ¿qué podemos hacer nosotros?, te lo cuento:
- Promoción de la salud, revisiones médicas
- Formar espacio
- Multiplicar en nuestro entorno
- Ayudar a la inclusión
El ictus es una prioridad que nos concierne a todos. Debemos responsabilizarnos de nuestra salud, conocer y llevar a cabo medidas para prevenirlo. Estas medidas también son efectivas en la prevención de otras patologías muy graves y prevalentes, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer o la enfermedad de Alzheimer. Es preciso saber cuáles son los síntomas de alarma y qué pasos seguir al detectarlos: es una emergencia y, como tal, el pronóstico dependerá de la calidad de las intervenciones y la rapidez con la que se lleven a cabo.
El ictus trae consigo un enorme sufrimiento y un impacto en todas las esferas de la vida de las personas y de su entorno más cercano. Afecta también al ámbito profesional, laboral y social y supone un gasto económico muy elevado para todos los servicios sanitarios y sociales. Las inversiones dirigidas a la implementación de medidas para reducir el impacto de esta enfermedad redundarán también en una disminución del coste sanitario, en coste económico sobre la dependencia y en coste social.
Líneas de actuación
- Promoción de la salud, prevención primaria y secundaria, promoviendo a través de la divulgación entornos más saludables en educación, salud laboral, promover cambios culturales hacia una mejor salud cerebral que mejoren la prevención primaria en nuestra sociedad. Informar sobre la importancia terapéutica y a los tratamientos entre los pacientes, para mejorar los datos actuales en prevención secundaria.
- La importancia del tiempo. Fase hiperaguda. Divulgar y formar a la sociedad sobre la enfermedad, sobre sus síntomas para una detección precoz y activación rápida del código ictus, hay que educar a la población como primer eslabón de la cadena de supervivencia ante un ictus.
- Neurorrehabilitación y vida después de un ictus, los tratamientos de rehabilitación mejoran el pronóstico de los pacientes con ictus pero como se indica en la estrategia – el acceso es aún es muy desigual – , reducir esa inequidad es un objetivo, facilitar la información necesaria para que las familias obtengan en el menor tiempo posible los recursos del sistema sobre situación de dependencia, discapacidad, medidas de apoyo, etc., recursos que mejoran la evolución del paciente, trabajar en la inclusión laboral de una persona afectada por un daño cerebral, proporcionar rehabilitación emocional ¿y después de un ictus qué? y la creación de redes de apoyo, de pacientes para pacientes, que reduzcan el aislamiento social.
Implementación
Para la implementación de las diferentes líneas de actuación es necesaria una coordinación entre las diferentes autoridades con apoyo de las sociedades científicas y las organizaciones de pacientes:
- Ministerio de Sanidad y Ministerio de Derechos Sociales.
- Comunidades Autónomas (a través de sus Consejerías de Sanidad y Servicios Sociales).
- Sociedades Científicas.
- Organizaciones de pacientes.
Abordaje en el EU Cardiovascular Health Plan
El ictus, por prevalencia, previsiones de crecimiento e impacto personal, social y económico en Europa, necesita el impulso de la Unión Europea para reducir el drama actual que representa en nuestra sociedad.
Incluir el ictus dentro del “EU Cardiovascular Health Plan” garantizaría el apoyo político y económico para mejorar la situación del ictus en España.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Corazón