Cada 31 de octubre, con la celebración del Día de las Ciudades, se abre una oportunidad única para reflexionar sobre cómo nos movemos en nuestras ciudades y qué podemos hacer para avanzar hacia un futuro más sostenible, inclusivo y accesible. Más que una jornada simbólica, este día nos recuerda la urgencia de replantear el papel que juega el transporte en nuestra vida cotidiana y en la lucha contra el cambio climático.
Las ciudades concentran la mayor parte de la población mundial y, con ello, los desafíos más complejos en materia de movilidad. El tráfico rodado es responsable de buena parte de las emisiones contaminantes, de la congestión urbana y de la pérdida de calidad de vida. La alternativa pasa necesariamente por un transporte público que sea eficiente, asequible y confiable, capaz de competir con el coche privado no solo desde el punto de vista medioambiental, sino también en comodidad, rapidez y coste.
En este contexto, el estudio Better Connected 2025, elaborado por Hitachi Rail, ofrece una radiografía reveladora de cómo perciben los ciudadanos de diferentes ciudades en todo el mundo la movilidad urbana y qué factores resultan determinantes a la hora de elegir cómo desplazarse. Las conclusiones no deberían dejar indiferente a nadie:
- Tres cuartas partes de las personas aseguran que utilizarían el transporte público con más frecuencia si los tiempos de viaje fueran más cortos. La rapidez sigue siendo la vara de medir principal.
- La fiabilidad (71%), la facilidad de uso (70%) y la frecuencia (69%) se posicionan como elementos clave para que el transporte colectivo sea una opción real frente al coche privado.
- La asequibilidad no es un aspecto menor: un 68% de los encuestados indica que la reducción de costes sería una fuerte motivación para cambiar de hábitos y dejar atrás tanto el coche como el avión en trayectos de media distancia.
Estos datos evidencian que la transición hacia una movilidad sostenible no es solo una cuestión tecnológica o medioambiental, sino también de confianza y experiencia de usuario.
Además, el estudio Better Connected 2025 subraya la importancia de diseñar la movilidad pensando en todas las personas. Esto incluye no solo a quienes viven en grandes ciudades, sino también a quienes se desplazan desde áreas periurbanas; a quienes tienen limitaciones de movilidad; y a quienes dependen del transporte público para acceder a su lugar de trabajo, a la educación o a los servicios básicos. La movilidad inclusiva no puede ser una aspiración secundaria: debe ser el eje central de cualquier estrategia urbana.
La digitalización también juega un papel esencial. Soluciones como la información en tiempo real, las aplicaciones integradas de movilidad o los sistemas de pago sin contacto facilitan la vida del usuario y reducen las barreras de entrada al transporte colectivo. En un mundo donde la experiencia digital marca la diferencia, el transporte público no puede quedarse atrás.
El Día de las Ciudades nos invita, en definitiva, a imaginar cómo serían nuestras urbes si apostáramos decididamente por la movilidad sostenible. Menos tráfico, menos contaminación, más espacios para peatones y ciclistas, más salud y más calidad de vida. La movilidad sostenible no es una opción futurista, es la única manera de garantizar que nuestras ciudades sigan siendo habitables para las generaciones presentes y futuras.

