El pasado año fue un año clave para la energía solar en España. Por primera vez, la fotovoltaica se consolidó como la principal fuente de generación eléctrica peninsular, con más de 44.500 GWh. Una cifra histórica que demuestra la madurez del sector y, al mismo tiempo, nos recuerda que todavía tenemos por delante grandes retos: cómo gestionar el almacenamiento, cómo reforzar la confianza en la cadena de valor y, sobre todo, cómo garantizar que este crecimiento vaya acompañado de prácticas responsables y sostenibles.
Una garantía de confianza
En mi experiencia, uno de los grandes aliados para lograrlo es la tan mencionada trazabilidad. A menudo se la percibe como un simple control técnico, pero en realidad es mucho más: es la herramienta que nos permite conocer el origen de nuestro producto y, a partir de ahí, auditar de manera objetiva los compromisos ESG de cada proveedor. Gracias a ella se aporta transparencia, se demuestra con hechos que los materiales cumplen los estándares, que los procesos respetan y promueven la Sostenibilidad a lo largo de toda la cadena de producción, y que las promesas en materia de responsabilidad corporativa no se quedan en meras palabras.
Esto se vio claramente durante el último Solar & Storage Event que organizamos desde TÜV Rheinland en Madrid. Muchos profesionales coincidimos en que rastrear el origen y la gestión de los componentes no solo mejora la eficiencia de los proyectos, sino que abre la puerta a una innovación más consciente: desde optimizar materiales críticos hasta prolongar la vida útil de los módulos y reducir residuos.
Esa transparencia, además, genera confianza. Inversores, reguladores y clientes necesitan certezas, y la trazabilidad se las da. Permite verificar, auditar y certificar que lo que se promete en términos de Sostenibilidad realmente se cumple. En TÜV Rheinland llevamos años trabajando para que esa verificación independiente sea una realidad tangible, porque sabemos que sin confianza no hay transición energética posible.
Una responsabilidad de todos los agentes del sector
- Si algo he aprendido en este sector es que la Sostenibilidad no se alcanza en solitario. Se construye colaborando: fabricantes, operadores, certificadores y administraciones tenemos que remar en la misma dirección. Solo así lograremos que cada proyecto fotovoltaico no sea únicamente un paso más hacia la descarbonización, sino también un ejemplo de responsabilidad y de visión a largo plazo.
En definitiva, debemos aceptar que la energía solar está y seguirá creciendo a gran velocidad. Por ello, tenemos el desafío de acompañar ese crecimiento con rigor, transparencia y compromiso. Impulsar la trazabilidad implicar impulsar no solo un modelo energético que produce electricidad limpia, sino que también genera confianza, innovación y futuro. Y estoy convencido de que esa es la única manera de garantizar que la transición energética sea realmente justa, sostenible y duradera.