Veinte años no se cumplen todos los días. Llegar hasta aquí ha sido un viaje lleno de aprendizajes, de esfuerzo colectivo y de una determinación que nunca nos ha faltado: la de creer que otra manera de producir energía era posible. En 2005, cuando un grupo de profesionales decidimos poner en marcha Solarig, el sector fotovoltaico en España apenas daba sus primeros pasos. No existían todavía las certezas ni los marcos regulatorios sólidos que hoy acompañan a la transición energética. Existía, eso sí, la convicción de que el futuro debía construirse con energías renovables y de que el trabajo constante sería la mejor herramienta para hacerlo realidad.
Dos décadas después, podemos afirmar con orgullo que ese esfuerzo ha merecido la pena. Hoy, Solarig es una compañía con más de 1.500 profesionales, presente en 12 países y con una cartera superior a los 20 GW en proyectos de energía renovable. Un recorrido que no puede entenderse sin el compromiso de todas las personas que forman parte de esta organización. Porque más allá de cifras, plantas conectadas o acuerdos internacionales, lo que ha elevado a Solarig hasta donde está hoy ha sido el trabajo diario de sus equipos: en las áreas corporativas y financieras, en los parques solares o eólicos, en las operaciones de mantenimiento o en los proyectos de biometano. Cada hito alcanzado en estos años tiene detrás el esfuerzo de mujeres y hombres que han creído en este proyecto común.
De la solar fotovoltaica a una compañía multienergética
La clave de Solarig siempre ha sido mirar hacia el futuro. Hace 20 años sabíamos que el futuro energético pasaba por fomentar la energía solar fotovoltaica. Hoy, ese mismo espíritu sigue guiando el rumbo de la compañía. Contamos con operaciones en doce países, cuatro continentes y un negocio renovable diversificado: solar, eólica, almacenamiento energético por baterías (BESS) y moléculas verdes, como el biometano y el CO₂ biogénico. Somos parte activa del cambio y queremos seguir creando un impacto beneficioso y duradero en la sociedad, mirando por el bienestar de las personas y el desarrollo de los territorios.
En los últimos años, hemos dado un salto cualitativo al convertirnos en una compañía multienergética. A nuestro liderazgo histórico en fotovoltaica hemos sumado la hibridación tecnológica, con activos eólicos y sistemas de almacenamiento energético con baterías (BESS, por sus siglas en inglés), que refuerzan la estabilidad del sistema eléctrico y consolidan el papel de las renovables en la matriz energética.
Al mismo tiempo, hemos impulsado con fuerza los gases verdes a través de Biorig, nuestra división de producción de biometano, que cuenta con una cartera de más de 26 proyectos en España que producirán más de 2,5 TWh anuales de energía limpia, y un ambicioso plan de desarrollo en Italia. Esta energía será crucial para sectores de difícil electrificación, como la industria o el transporte pesado, donde el biometano se perfila como una de las soluciones más prometedoras de Europa. A ello se suma el combustible sostenible para aviación (SAF, por sus siglas en inglés), un vector con enorme potencial de crecimiento que permitirá descarbonizar el transporte aéreo, uno de los grandes retos de los próximos años.
Esta diversificación responde a una idea que guía todo nuestro camino: la transición energética no se logrará con una sola tecnología, sino con la suma de todas ellas. Y en esa suma, Solarig quiere estar siempre a la vanguardia.
Una visión estratégica para mirar hacia delante
Mirar atrás nos llena de orgullo, pero sería un error detenernos ahí. Los retos más importantes nunca se encuentran detrás; se hallan delante. El sector energético ha cambiado radicalmente en los últimos veinte años, pero cambiará aún más en las próximas décadas. Por eso necesitamos estar preparados para afrontar lo que viene de la mejor manera que sabemos: innovando, apostando por la descarbonización y buscando siempre la excelencia.
En esa dirección se enmarca nuestra estrategia que refuerza el impulso a los gases verdes y que convertirá a Biorig en uno de los principales productores de biometano y CO2 biogénico de Europa. El plan también apuesta por seguir desarrollando proyectos híbridos —solar, eólica y almacenamiento— que permitirán construir un sistema eléctrico más resiliente, limpio y adaptado a las nuevas necesidades de la demanda.
Además, mantenemos compromisos claros y medibles: alcanzar la neutralidad climática en nuestras operaciones para 2040 y destinar al menos un 10% del valor de cada proyecto a medidas de biodiversidad. Estos objetivos no son declaraciones de intenciones, sino compromisos concretos que guiarán nuestra forma de trabajar en los próximos años.
Un futuro compartido: compromiso con la transición ecológica
Solarig es hoy una empresa global, pero sigue siendo, sobre todo, una empresa de personas que creen en lo que hacen, que asumen la responsabilidad de liderar la transición energética y que saben que la excelencia se construye cada día, con cada proyecto, con cada decisión. Por estos motivos hemos sido reconocidos como organización Great Place To Work.
Celebrar veinte años es también agradecer: a los accionistas que nos brindan su confianza para seguir creciendo y que nos retan a mejorar cada día, a quienes han hecho crecer el proyecto con su esfuerzo y talento, y a quienes siguen incorporándose para aportar nuevas ideas y tecnologías. Y también a nuestros clientes, a la administración pública y nuestros colaboradores. Tras estas dos décadas de historia reafirmamos nuestra visión: ser una empresa más industrial, más internacional, comprometida con la transición ecológica, la creación de empleo de calidad y el desarrollo económico de los territorios en los que operamos.
Los próximos veinte años estarán llenos de desafíos, pero también de oportunidades. Y en Solarig estamos preparados para afrontarlos con la misma determinación con la que un día, hace dos décadas, dimos nuestros primeros pasos en una pequeña oficina en la Dehesa de Cervantes de Soria.