En una compañía hay tantas preocupaciones como personas. Cada uno vive su realidad y tiene su propio check list diario que cubrir, con prioridades que pronto se convertirán en otras. Sin embargo, la sociedad en la que vivimos es diversa, con personas que tienen sus propios obstáculos en su día a día y en cada movimiento. Y cuando levantamos la mirada, vemos esas otras realidades con sus particularidades. Una diversidad que, al descubrirla, nos enriquece, nos hace ver la vida de otra forma y nos enseña un mundo más real.
Las empresas, las instituciones y, en definitiva, cada uno de nosotros, debemos estar abiertos a escuchar lo que cada colectivo necesita. En nuestra agenda de prioridades tiene que estar la inclusión, tanto en las acciones internas de nuestra compañía, como apoyando aquellas iniciativas y entidades que nos lo reclaman. Eso es por lo que trabajamos cada día en Vegalsa-Eroski.
Si algo tengo claro es que como compañía tenemos una responsabilidad. Somos un agente clave a la hora de conseguir que la sociedad que habitamos sea más inclusiva. Un trabajo ambicioso, en el que las alianzas con entidades del tercer sector marcan la diferencia, porque son ellas las que mejor conocen la realidad de las personas que acompañan. Por eso, son muchos nuestros compañeros en este camino hacia la normalización y la inclusión. Uno de ellos es Enki.
En el año 2015, conocimos esta entidad a través de un proyecto que estaban iniciando, una carrera de obstáculos por la integración. Carmen Touza nos contó entonces en qué consistía esta iniciativa, una prueba lúdica, no competitiva y abierta a todas las personas independientemente de su edad o condición. Una forma de incluir, de visibilizar, de educar y de promover un deporte sano y divertido. Hace unas semanas que se celebró la edición de 2025 y con ella son ya 10 años de Vegalsa-Eroski corriendo por la inclusión.
El mes de octubre está marcado en el calendario de todos los que vivimos en Coruña gracias a esta carrera. Durante un día, la ciudad se convierte en una demostración de lo que podemos conseguir entre todos. Enki lleva su lucha a las calles, enseñándole al mundo que, si un espacio está adaptado, todos podemos disfrutar de una vida sin obstáculos. Cuando vives esta carrera de primera mano disfrutas muchísimo del momento, pero también reflexionas sobre lo que es verdaderamente importante. Una iniciativa que sirve para cambiar mentalidades, para cambiar vidas.
Aunque Enki es mucho más que esta maravillosa carrera. Como explican, su propósito es demostrar, a través del deporte y el ocio, que la inclusión hace más feliz a la sociedad. Dos espacios esenciales para el bienestar de las personas y que tienen un poder transformador.
Hace unos meses tuvimos la oportunidad de que parte de los equipos de Vegalsa-Eroski conociesen mejor la filosofía de este movimiento. Una oportunidad para sensibilizar, romper mitos y enseñar a nuestros compañeros los proyectos que hacen en Enki contados en primera persona por su presidente, Ángel López, y uno de los deportistas que forma parte de la entidad, Daniel Prada. Un día lleno de aprendizajes que también nos sirvió para ponernos en su lugar, haciendo una prueba de handbike y silla de atletismo.

Ese día nos sirvió además para formalizar de nuevo nuestra colaboración anual, que nos permite apoyar iniciativas de la entidad que impactan en los más pequeños a través de los colegios o en personas adultas. Una de estas últimas es el programa anual de ‘Enki no Camiño’, una experiencia de convivencia y ocio en el Camino de Santiago que no nos pudo gustar más. En ella participan personas con y sin discapacidad acompañadas por el equipo de deportistas de la entidad. Una forma más de demostrarnos que la diversidad no tiene por qué ser un límite, sino una oportunidad para construir una sociedad inclusiva, real y justa para todos.
Enki es para mí el ejemplo claro de éxito. Una entidad que trabaja por conseguir un deporte donde quepamos todos, por llevar la felicidad a cada persona y por demostrarnos que la solidaridad transforma nuestras vidas. El movimiento Enki lo consigue. Cada día, mejora la vida de las personas que forman parte de él. Y es un movimiento imparable del que me siento orgullosa de apoyar como compañía. ¡Seguimos!

