En el actual entorno empresarial, globalizado y altamente competitivo, las organizaciones afrontamos el reto de mantener prácticas éticas, transparentes y sostenibles que garanticen nuestra permanencia en el mercado. Gobernanza empresarial y cultura corporativa son el binomio perfecto, ya que, si se alinean de manera efectiva, permiten a una organización lograr sus objetivos y consolidar su reputación.
Gobernanza empresarial y cultura corporativa deben abordarse como un todo, aunque una, la cultura corporativa, sea un intangible y la otra, la gobernanza, esté claramente establecida. Pueden parecer conceptos separados, pero en la práctica están profundamente interconectados. La gobernanza establece el marco estructural que guía a la organización, mientras que la cultura determina cómo se vive y se interpreta ese marco en el día a día. En Grupo Pikolin hemos visto cómo la gobernanza empresarial influye y, al mismo tiempo, se ve influida por la cultura organizacional, y por qué es crucial que ambas trabajen de manera sinérgica.
La gobernanza empresarial en Pikolin se basa en principios de transparencia, responsabilidad, ética y compromiso social. Como empresa familiar con más de 75 años de historia, Pikolin ha desarrollado una estructura de toma de decisiones que combina la visión a largo plazo con la agilidad para adaptarse a los cambios del entorno. Así, por ejemplo, tanto el consejo de administración como el equipo directivo prestan especial atención a la protección del medioambiente y al impacto social de sus decisiones, especialmente desde su apuesta por la sostenibilidad.
Así, el compromiso de Pikolin con la sostenibilidad no es una estrategia de marketing, es una decisión corporativa avalada por políticas internas, certificaciones y acciones concretas. La cultura empresarial respalda esa decisión, promoviendo la innovación orientada a productos más sostenibles y procesos más eficientes.
Cultura corporativa de Pikolin: personas, innovación y descanso sostenible
Hemos construido nuestra cultura corporativa sobre valores profundamente arraigados en la compañía: la calidad, el compromiso, la innovación, la mejora continua, la cercanía con el cliente y el respeto a las personas y al entorno. Valores que guían la forma en que se trabaja día a día y que incorporamos a nuestras campañas externas como parte de nuestra identidad. Cuando los valores éticos son compartidos por todos los niveles de la organización, el cumplimiento de normas y políticas ocurre de manera natural. Si queremos transmitir una cultura orientada al bienestar, tanto de clientes o proveedores como de empleados, esto debe reflejarse en políticas internas que promuevan el desarrollo profesional, el trabajo en equipo, la seguridad en el trabajo, la igualdad de oportunidades y la conciliación laboral.
Este enfoque de «descanso responsable» no puede limitarse al producto final. Abarca procesos de producción respetuosos con el medio ambiente, reducción de huella de carbono, utilización de materiales reciclables y relaciones laborales basadas en la confianza y el respeto. En Pikolin, la gobernanza y la cultura corporativa están alineadas estratégicamente, lo que se traduce en coherencia organizacional. Las políticas éticas y de cumplimiento no se quedan en el papel: se viven en la forma en que se toman decisiones, se lideran los equipos y se gestiona la relación con los stakeholders. Por ejemplo, la transparencia en la comunicación, tanto interna como externa, es un principio fundamental. Los empleados conocen los objetivos de la empresa, los desafíos que enfrentamos y las metas que se persiguen. Este nivel de comunicación fortalece el compromiso y fomenta una cultura de responsabilidad compartida.
Liderazgo coherente: clave del modelo Pikolin
En cualquier organización, los líderes son los principales transmisores de cultura. En Pikolin, que es además una empresa familiar con más de 75 años de historia, el liderazgo se ejerce reforzando constantemente nuestros valores corporativos mediante una alineación clara entre los valores, la visión y las decisiones estratégicas que se abordan. Un claro ejemplo de cómo el liderazgo coherente garantiza el éxito en la implantación de cambios importantes lo tenemos en la transición tranquila, sin sobresaltos, que ha supuesto la llegada de la tercera generación de la familia a la presidencia. Un relevo generacional que ha fluido con naturalidad apoyándose en esa visión y valores claros.
En un mercado dinámico como el actual, los líderes tienen que ser capaces de adaptarse y ajustar sus estrategias sin perder el foco en los principios fundamentales. La coherencia en el liderazgo también implica flexibilidad y capacidad para tomar decisiones estratégicas informadas, aunque con una base sólida que mantenga el propósito de la empresa.