El futuro del Tercer Sector en España se presenta como un desafío lleno de oportunidades. En un contexto social cada vez más complejo, marcado por nuevas desigualdades, el envejecimiento poblacional y formas de exclusión de nueva creación, las entidades del Tercer Sector —ONG, asociaciones, fundaciones y cooperativas sociales— desempeñan un papel fundamental en la construcción de una sociedad más justa, cohesionada y solidaria. Estas organizaciones actúan allí donde el Estado y el mercado no siempre llegan, ofreciendo apoyo a personas vulnerables, promoviendo derechos y fomentando la participación ciudadana.
En este panorama, la Plataforma del Tercer Sector (PTS) se ha consolidado como una pieza clave. Su papel como aglutinador de las principales organizaciones sociales españolas —desde Cáritas o Cruz Roja hasta la ONCE y la Plataforma de ONG de Acción Social— le otorga una voz unificada y fuerte ante las instituciones públicas. Gracias a su labor de coordinación, el Tercer Sector ha conseguido mayor reconocimiento político y social, además de avances normativos como la Ley del Tercer Sector o la Estrategia Estatal de Voluntariado. La PTS no solo representa intereses comunes, sino que impulsa la profesionalización, la transparencia y la sostenibilidad económica de las entidades, aspectos esenciales para su credibilidad y eficacia.
De cara al futuro, el reto principal será adaptarse a las nuevas realidades sociales y tecnológicas sin perder su esencia humana. La digitalización, la transición ecológica o la economía de los cuidados abren nuevos espacios de intervención, pero también exigen una modernización interna. La PTS deberá seguir siendo el puente entre las instituciones, las empresas y la ciudadanía, garantizando que la voz del Tercer Sector siga siendo escuchada en la agenda pública.
En definitiva, el futuro del Tercer Sector en España dependerá de su capacidad para mantenerse unido, innovar y seguir poniendo a las personas en el centro.

