En Zoho estamos convencidos de que el buen gobierno no es un área funcional ni un documento de referencia. Es la forma práctica en la que se dirige una empresa cuando la ética, la sostenibilidad y la responsabilidad están integradas en la cultura desde su fundación. Durante casi tres décadas hemos demostrado que este modelo no solo es posible, sino que genera un impacto real en las personas, en las comunidades y en los resultados de la organización. Somos una empresa privada, pero nos consideramos públicamente responsables.
Nuestra historia refleja esta convicción. Hoy en Zoho contamos con más de 130 millones de usuarios a los que prestamos servicio a través de una presencia en más de 150 países y un equipo de más de 18.000 empleados en todo el mundo. Esta evolución no es cuestión de un día, sino del trabajo que venimos realizando desde que nacimos en 1996, con un enfoque claro: crear soluciones digitales que impulsaran la productividad y la colaboración de las empresas. Ahora bien, nuestro recorrido nunca ha sido únicamente el desarrollo de software. Lo que considero que nos distingue es haber construido una forma de trabajar que entiende la innovación y el impacto social como partes inseparables.
El buen gobierno, en nuestro caso, se expresa sobre todo en nuestra visión a largo plazo. Como empresa bootstrapped, nos hemos mantenido fieles a lo que llamamos The Long Game: resistir la presión de los retornos inmediatos y enfocarnos en generar valor sostenible. Esto se refleja en la forma en que hemos crecido, apostando por la innovación orgánica y creando más de 55 soluciones digitales, y en cómo invertimos en personas y comunidades. Nos apasiona ayudar a que las comunidades generen y hagan crecer su propia economía. Para empezar, creemos que el talento excepcional no está limitado a las grandes ciudades: el talento es universal, aunque la oportunidad no lo sea. El crecimiento sostenible exige visión y compromiso con las personas y los productos, llevando la oportunidad hacia el talento en lugar de provocar una “fuga de cerebros” desde pueblos o ciudades pequeñas hacia las grandes urbes.
Esta visión se materializa en políticas claras y vivas que sostienen la cultura corporativa. Por poner algunos ejemplos tangibles, además de nuestros programas de desarrollo y generación de valor añadido a nivel local, en Zoho articulamos nuestra cultura corporativa con un Código de Ética, una Política contra la Esclavitud Moderna y una Política Anti-soborno propios. Estas políticas son la base que orienta la conducta diaria en torno a la imparcialidad, el respeto, la transparencia, la seguridad o la lucha contra cualquier forma de corrupción. Se complementan con una gobernanza estructurada, que incluye comités especializados en riesgos, privacidad, continuidad de negocio o la garantía de la integridad física y mental de nuestros trabajadores. De esta manera nos aseguramos de que los valores se gestionen de forma deliberada desde la dirección, garantizando confianza y credibilidad.
Y trascendiendo a nuestro negocio, nos encontramos también con la privacidad de los datos, otro ámbito donde el buen gobierno se hace tangible. Antes incluso de que se convirtiera en un mandato global, en Zoho ya era una prioridad estratégica. Nuestras certificaciones ISO/IEC 27701, ISO/IEC 27001, BCMS, CSA STAR y QMS demuestran nuestro compromiso con la integridad y la seguridad de la información, reforzando la confianza de clientes y socios en nuestra forma de operar.
Y más allá de nuestro día a día en la empresa, o de los datos y el software, la sostenibilidad —o, mejor dicho, nuestro posible legado— completa este marco. No la concebimos como un objetivo separado, sino como un principio rector que informa cada decisión. Desde el uso de energías renovables en nuestros centros de datos y oficinas hasta el reciclaje de agua, la inversión en eficiencia energética o la movilidad eléctrica, trabajamos para reducir nuestro impacto ambiental. También alentamos a nuestros empleados a participar en proyectos de desarrollo comunitario, porque entendemos que la sostenibilidad se construye con acciones concretas que fortalecen a las comunidades en las que operamos.
Como no puede ser de otra forma, también invertimos en capacitar a las personas y en generar oportunidades. Esto se refleja en nuestro programa Zoho Schools of Learning, que ofrece una alternativa significativa a la educación universitaria convencional. Pagamos una beca a los estudiantes y ofrecemos puestos dentro de nuestra empresa a quienes se gradúan. Este es solo un ejemplo de las muchas iniciativas que llevamos a cabo para ayudar a las personas a desarrollar y fortalecer sus competencias digitales.
El impacto del buen gobierno en Zoho es evidente. Al abrir oficinas en zonas rurales o ciudades secundarias hemos desafiado la idea de que la innovación solo ocurre en grandes urbes, al tiempo que contribuimos al desarrollo de economías locales. De esta manera, al alinear objetivos empresariales con sociales, hemos confirmado que la rentabilidad y la responsabilidad son dos caras de la misma moneda.
Para nosotros, el buen gobierno no es un área de cumplimiento ni un ejercicio de comunicación. Es la manera en que decidimos ser empresa. Es la integración de ética, sostenibilidad y responsabilidad en la estrategia, en la dirección y en la cultura. Y es lo que nos ha permitido construir, a lo largo de los años, una organización resiliente, con impacto positivo y con valor duradero.
Estamos convencidos de que este es el camino. Con el apoyo de nuestros stakeholders y el esfuerzo colectivo de la familia Zoho, seguiremos ampliando los límites de lo que significa gobernar con responsabilidad, para alcanzar metas aún más ambiciosas en nuestra misión compartida. Y es que, personalmente, considero que el buen gobierno no se impone con reglas: se respira en la manera de trabajar. En Zoho creemos que las políticas no inventan valores: solo les dan forma para que puedan transmitirse de manera clara. La diferencia está en que los principios ya están vivos en la organización. Lo escrito simplemente los ordena para que trasciendan y para que quienes se suman a nuestro equipo encuentren una guía estructurada de algo que ya se practica.
Este modelo, que en nuestro caso comienza desde la fundación y ha sido reforzado por todas y cada una de las personas que nos hemos unido a esta compañía, es el que nos ha permitido crecer de manera coherente y generar confianza con todos nuestros grupos de interés. Son estos los principios que esperamos nos sigan guiando durante, al menos, otros treinta años y más allá.