En las últimas décadas, las ciudades españolas han experimentado una transformación profunda. Más de la mitad de la población vive ya en entornos urbanos, y las previsiones apuntan a que esta tendencia seguirá creciendo. Este fenómeno plantea retos enormes: desde el acceso a la vivienda y los servicios básicos, hasta la movilidad, la calidad ambiental y, sobre todo, la necesidad de construir comunidades más humanas y solidarias.
La transformación demográfica que están viviendo nuestras ciudades es especialmente visible en el crecimiento de la población mayor de 80 años. España contaba con algo más de 1,5 millones de personas en este grupo de edad en el año 2000. Dos décadas después, la cifra se ha duplicado, superando los 3 millones de personas mayores de 80 años en la actualidad. Las proyecciones apuntan a que, en 2050, este colectivo podría alcanzar cerca del 10% de la población total, cerca de 5 millones de personas. Este dato positivo sobre la longevidad, un logro de nuestra sociedad, nos cuestiona algunos planteamientos actuales.
En este contexto surge una pregunta clave: ¿Cómo podemos hacer que nuestras ciudades sean lugares donde todas las personas, en cualquier etapa de la vida, se sientan cuidada y acompañada? La respuesta pasa por situar el cuidado en el centro de las políticas urbanas, y eso es precisamente lo que propone el proyecto “Ciudades que Cuidan” de la Fundación Mémora, una iniciativa que invita a los municipios de toda España a incorporar la mirada del cuidado.
El reto de las ciudades: mucho más que sostenibilidad
Según los informes internacionales sobre desarrollo urbano, más de mil millones de personas viven en barrios precarios sin acceso a transporte, zonas verdes ni servicios básicos, una realidad que afecta a mayores, familias y jóvenes en su vida cotidiana.
Pero las ciudades no solo deben ser sostenibles en lo ambiental y lo económico, sino también en lo social y humano. El crecimiento urbano acelerado ha traído consigo desigualdades, soledad no deseada, dificultades de acceso a servicios y una creciente sensación de desconexión. En España, el envejecimiento de la población y el aumento de personas que viven solas, hasta un 28% de los hogares, multiplicándose por ocho en 50 años (INE), son realidades que no podemos ignorar.
Una propuesta innovadora y cercana: Ciudades que Cuidan
La Fundación Mémora impulsa el proyecto “Ciudades que Cuidan”, una iniciativa nacida en 2020 y desplegada ya en algunos municipios de España, que propone un paradigma de ciudad centrado en las personas. En este modelo, el cuidado se convierte en el eje vertebrador de todas las políticas y programas municipales, resaltando la atención en el final de vida y específicamente tratando de evitar y de prevenir la soledad no deseada, y en lo posible, la muerte en vulnerabilidad y en soledad de las personas.
El proyecto se apoya en tres grandes pilares que quieren cubrir la sensibilización, la generación de contenido y la aplicación concreta de su metodología. El primero, el Observatorio de Ciudades que Cuidan, analiza cómo se aborda la soledad en los medios de comunicación y genera conocimiento para sensibilizar a la sociedad. El Foro de Debate “Hacia una Sociedad Cuidadora” ha servido para reunir a más de 100 expertos de distintos ámbitos para reflexionar sobre el cuidado en la ciudad y ha dado lugar al Libro Blanco de Ciudades que Cuidan. Por último, la Metodología de Ciudad que Cuida, ofrece a los municipios una herramienta práctica de autoevaluación, basada en indicadores objetivos y alineada con los grandes consensos internacionales sobre desarrollo urbano.
¿Qué significa ser una Ciudad que Cuida?
El modelo conceptual de “Ciudad que Cuida” integra los valores de las ciudades amigables, compasivas, inteligentes, saludables y sostenibles, poniendo el cuidado como eje vertebrador de todas las políticas y programas municipales. Se trata de construir comunidades inclusivas, seguros, resilientes y sostenibles, donde la innovación y la tecnología estén al servicio de la calidad de vida y la equidad.
Una “Ciudad que Cuida” garantiza hogares dignos, servicios cercanos, movilidad sostenible, salud de calidad, participación ciudadana, igualdad de oportunidades y un final de vida digno y, principalmente, que puedan afrontar el final de la vida en las mejores condiciones posibles.
Además, una de las grandes fortalezas del proyecto “Ciudades que Cuidan” es su vocación de cercanía y aplicabilidad en cualquier municipio, grande o pequeño, de cualquier comunidad autónoma. La metodología desarrollada por la Fundación Mémora incluye 78 indicadores agrupados en nueve categorías clave: hogar, servicios de proximidad, movilidad, ambiente, salud, participación, comunicación, igualdad de oportunidades y final de vida.
Estos indicadores permiten a cada ayuntamiento autoevaluarse y detectar áreas de mejora, sin exigir un esfuerzo desproporcionado. Además, el modelo es dinámico y abierto a la mejora continua, permitiendo que cada ciudad adapte los indicadores a su realidad y avance a su propio ritmo.
El desarrollo y la implantación del modelo “Ciudades que Cuidan” cuentan con el respaldo y la colaboración de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), lo que facilita su difusión y aplicación en ayuntamientos de todo el país, reforzando el compromiso institucional con el cuidado de las personas en el ámbito local.
Fruto de este trabajo entre la FEMP y la Fundación Mémora, se ha suscrito recientemente el convenio de colaboración entre ambas entidades que permitirá desarrollar el Sello de Calidad de “Ciudad que Cuida”, un reconocimiento a los municipios que apliquen una metodología de autoevaluación en materia de cuidados.
Cuidar es construir comunidad
El enfoque de la Fundación Mémora pone el acento en la prevención de la soledad y la vulnerabilidad, especialmente en las personas mayores y en el final de la vida. Pero el cuidado no es solo una cuestión de servicios: es, sobre todo, una actitud colectiva, una forma de entender la ciudad como una gran comunidad donde nadie queda atrás.
El proyecto “Ciudades que Cuidan” promueve la participación activa de la ciudadanía, las administraciones, entidades sociales y empresas para lograr evolucionar de la ciudad funcional a la ciudad relacional. Como señala la filósofa y experta en ética Victoria Camps: “Hay que reconocer que existe un derecho a ser cuidado y un deber de cuidar que no admite excepciones, que afecta a todo el mundo y cuya responsabilidad ha de ser asumida individual y colectivamente.”
Un futuro urbano más humano
El reto de las ciudades españolas es enorme, pero también lo es su potencial para liderar un cambio de paradigma. Apostar por el cuidado como valor central de la vida urbana es apostar por ciudades más justas, inclusivas y sostenibles. El proyecto “Ciudades que Cuidan” ofrece una hoja de ruta concreta y realista para avanzar en esa dirección, desde la cercanía y el compromiso con las personas. Porque cuidar la ciudad es, en definitiva, cuidar a quienes la habitan. Y solo así podremos construir un futuro urbano verdaderamente sostenible.

 
  
 
 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 







 
  
  
 