En el marco de su programa de sostenibilidad Compromiso R, Ripley y Banco Ripley impulsaron una innovadora iniciativa de economía circular junto a Sonner, emprendimiento chileno pionero en acústica sustentable. La alianza ha permitido transformar a la fecha más de 1.300 kilos de uniformes corporativos en desuso en paneles acústicos, instalados en sus oficinas y salas de reunión.
Andrea Oyarce, Subgerenta de Proyectos Sostenibles en Ripley, explicó que este proyecto “no solo reduce residuos, sino que también mejora los espacios de trabajo de nuestros colaboradores y apoya a un emprendimiento nacional con foco en sostenibilidad”. La iniciativa responde a uno de los pilares de Compromiso R: la circularidad, en línea con la estrategia de sostenibilidad que Ripley viene desarrollando desde 2020.
“Tenemos un sistema que separa los residuos textiles que pueden ser donados o reutilizados, y los que están en malas condiciones, específicamente para el caso de muestras de fabricación propia y uniformes corporativos. Estos últimos son los que entregamos a Sonner para ser reciclados”, detalló Oyarce. En esta primera etapa se trabajó con uniformes en desuso del personal de tiendas y banco.
La solución acústica desarrollada por Sonner ofrece una alternativa funcional y estética para reducir la contaminación acústica en entornos laborales, mejorando la calidad de vida de los equipos. “Estos paneles tienen un triple impacto: ambiental, social y ocupacional”, aseguró Oyarce.
La iniciativa, lanzada en mayo de 2025, fue posible gracias a la articulación de distintas áreas de la compañía, desde operaciones hasta arquitectura, por eso es un proyecto transversal. “No es una acción de un solo departamento. Las distintas áreas fueron las que detectaron las necesidades, y nosotros desde sostenibilidad facilitamos, coordinamos y generamos los vínculos con emprendimientos como Sonner”, indicó la ejecutiva.
Valorización de los residuos
La experiencia se enmarca en una trayectoria más amplia de Ripley en proyectos circulares. Desde hace cinco años, la empresa ha trabajado con diversos emprendimientos para encontrar nuevas formas de valorización de residuos. “Este camino lo iniciamos en 2020 y estamos convencidos de que las soluciones colaborativas son clave para avanzar”, afirmó Oyarce.
Además del trabajo con Sonner, Ripley ha desarrollado metas internas para su producción de vestuario. En Chile, el 88% del vestuario de sus marcas propias ya cuenta con al menos un atributo de sostenibilidad certificado, y la meta es llegar al 100% en 2026. Esto abarca las líneas de vestuario mujer, hombre, infantil y deporte, lo que representa un importante avance en su cadena de suministro.
La compañía también forma parte activa de instancias regulatorias y colaborativas, como el sistema de gestión colectivo de envases y embalajes Resimple, en el marco de la Ley REP y del Acuerdo de Producción Limpia (APL) de Textiles, lo que refuerza su compromiso con futuras normativas ambientales. “Estamos contribuyendo con data y participando en mesas de trabajo con otras empresas para impulsar regulaciones basadas en la realidad del sector”, señaló Oyarce.
Sin embargo, reconoce que aún hay desafíos, especialmente en la adopción de hábitos de consumo sostenibles. “Hay más interés y conciencia en las personas, pero eso todavía no se traduce de forma masiva en decisiones de compra. Esa es una brecha que como sociedad debemos cerrar”, dijo.
En esta línea, Ripley implementó un plan anual de comunicación. La empresa aprovecha fechas relevantes como el Día del Agua o el Día de la Tierra para visibilizar sus iniciativas e invitar a sus clientes y colaboradores a adoptar prácticas más responsables. “Buscamos vincular cada mensaje a nuestro negocio y mostrar cómo las decisiones cotidianas tienen un impacto”, explicó.
Oyarce destacó que uno de los principales avances de la empresa ha sido definir una estrategia de sostenibilidad estructurada, con pilares y objetivos concretos. “No basta con acciones aisladas, se necesita una hoja de ruta y el compromiso de todas las áreas”, señaló. Con más de 18.000 colaboradores entre Chile y Perú, Ripley busca que el cambio cultural ocurra de forma orgánica, con liderazgo desde la gerencia de sostenibilidad y ejecución desde los propios equipos.
La alianza con Sonner marca un hito dentro de esa ruta. No solo representa un caso exitoso de innovación circular, sino que también demuestra cómo una empresa del retail puede liderar transformaciones en sus operaciones y en la forma en que se relaciona con su entorno. “Estamos convencidos de que estas iniciativas son sostenibles solo si son genuinas, colaborativas y tienen sentido para todas las partes involucradas”, concluyó Oyarce.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: Desarrollo empresarial sostenible en Chile